La UAEMéx y la UNAM protegen al ajolote de montaña

Especie amenazada por la contaminación y manipulación de su hábitat

El ajolote es una especie representativa de México. La imagen de este simpático anfibio la vemos en murales, billetes, cervezas artesanales, restaurantes, peluches y hasta mascotas de equipos deportivos; sin embargo, a diferencia de su lugar en la cultura y la publicidad, las condiciones de su hábitat no son tan favorables, incluso, la contaminación y los cambios en su entorno amenazan esta especie cuya protección es el objetivo de un proyecto conjunto de investigación entre las universidades Autónoma del Estado de México (UAEMéx) y Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para lograr que se aleje del peligro de extinción, ambas universidades estudian las características ecológicas y microbiológicas del ajolote Ambystoma altamirani, conocido popularmente como ajolote de montaña, una de las 18 especies mexicanas que, a su vez, son parte del ecosistema de 376 anfibios del país. 

Hugo Morales Hernández y Víctor Ávila Akerberg, investigadores de la UAEMéx, destacan que la intervención humana es uno de los principales factores del deterioro de su hábitat; no obstante, la amenaza directa es un hongo denominado Batrachochytrium dendrobatidis que se aloja en la piel de esta salamandra.

Los especialistas en biología y biodiversidad que participan en este estudio en el municipio mexiquense de Isidro Fabela, donde habita esta especie que se reproduce en ríos de zonas boscosas y montañosas, explicaron que las muestras recolectadas se almacenan en el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, cuya consulta y aplicación científica contribuirán a la implementación de medidas para su conservación.

Para dimensionar la importancia del ajolote como bioindicador del agua, debido a que su capacidad reproductiva sirve como señal de calidad hídrica, los científicos universitarios recomiendan ver Metamorfosis, reconocido documental ambientalista que enfatiza la importancia de la cuenca de la presa de Guadalupe, fuente de oxígeno, agua potable, madera, alimento, plantas medicinales e identidad cultural de esta región poblada por indígenas de la etnia otomí.

El documental no solo muestra el valor del ajolote en términos del ecosistema, sino su relevancia como símbolo comunitario y de cosmogonía.

“Para nosotros es un regalo de los dioses”, “es un animal venerado desde tiempos prehispánicos”, comentan los habitantes de la comunidad de Tlazala en esta producción audiovisual entre cuyas tomas de frondosos bosques y ríos dinámicos también expresan su preocupación por las consecuencias de la contaminación y la injerencia humana en las cadenas alimentarias para la población decreciente del “monstruo de agua”, como se traduce el término náhuatl “Axolotl”, de donde deriva el nombre de esta apreciada criatura de los mexicanos.