La Norma de Trazabilidad consiste en monitorear la pesca desde que se captura hasta que llega al plato del consumidor final. Foto: Especial

La pesca legal no solo es saber qué comemos sino de dónde proviene

Mariana Aziz, de Oceana, señala que el primer paso para combatir el mercado negro y evitar la sobreexplotación de mares es que las autoridades salgan del letargo y agilicen la Norma de Trazabilidad

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada supera el 40 por ciento de la captura total en nuestro país, según reconoce el Gobierno, sin embargo, un consumidor final prácticamente está atado de manos para evitarlo, pues no hay instrumentos que le permitan saber si lo que está en su mesa proviene de una pesca que cumple con las leyes.

“Como consumidor es muy difícil darnos cuenta que el pescado que llega a nuestros platos proviene de la pesca ilegal porque tú lo ves en el mercado, junto al otro, y cómo distinguir cuál viene de la pesca legal y cuál de la ilegal”, cuestiona Mariana Aziz, directora de campañas de transparencia en Oceana.

La especialista en Derecho Ambiental considera urgente que las autoridades agilicen la aprobación de la Norma de Trazabilidad para dar certeza a los consumidores sobre lo que llega a sus mesas.

“Como consumidores lo que podemos hacer es exigir a las autoridades que nos den las herramientas necesarias para que cuando compremos un pescado tengamos la certeza de que no viene de la ilegalidad.

“A finales de 2019 se creó un grupo de trabajo técnico para crear un borrador de norma que permitiera implementar la trazabilidad, el cual ya está avalado, incluso, por el propio sector pesquero. Quienes han estado más flojos son las autoridades”, además, señala que las autoridades llevan dos años asegurando que trabajan en el desarrollo del sistema, pero no se han visto avances.

Mariana Aziz explica que la Norma de Trazabilidad consiste en monitorear la pesca desde que se captura hasta que llega al plato del consumidor final.

“Quienes participan en la cadena de valor de la pesca tendrían que informar dónde, cómo, cuándo se pescó, incluso, ayudaría a evitar que consumamos productos durante la veda. Tendrían que informar también a quién se le vende, a qué planta procesadora se va, cuál es el proceso de transformación que sufre y cómo se transporta”.

Además, asegura que los propios pescadores que cumplen con los protocolos son quienes también impulsan la Norma de Trazabilidad.

“Al final del día, los pescadores legales que sí cuidan el entorno y el ecosistema se ven más afectados porque su producto se vende junto con el de quien no tuvo ningún cuidado ni cumplió con los protocolos, como periodos de veda o tallas”.

Por otra parte, señala que uno de los problemas para evitar la ilegalidad es que se trabaja prácticamente a ciegas, pues los datos no se utilizan o están desactualizados.

“No existe un censo pesquero, en México no sabemos cuántos pescadores totales hay, los registros de embarcaciones y permisos están desactualizados, no se ha hecho una labor por parte de la autoridad de ir actualizando los datos año con año, que sean públicos y abiertos”.

Congelar para ‘surfear la veda’

En el mercado mexicano es común encontrar productos disponibles durante los periodos de veda, como el caso del pulpo, sin embargo, persiste la incertidumbre sobre su origen.

“En las previsiones de este borrador de trazabilidad se prevé que se declare si el producto que se vende viene del inventario de veda, es decir, cuando las personas tienen producto, lo congelan y lo venden durante la veda tienen que hacer un inventario, entonces, con ello se daría certeza de que ese producto viene del stock de inventario de veda y no de pesca durante la veda”, señala Aziz.

Información ‘a bajo costo’

De acuerdo con Mariana Aziz, implementar la Norma de Trazabilidad no impactaría sobremanera en los costos de operación, ni en los finales.

“Lo que tratamos de hacer fue tomar en cuenta informes y documentación que ya se lleva a cabo”.

Explica que cuando los pescadores llegan a puerto tienen que entregar el aviso de arribo, donde se declara qué pescaron, dónde, qué cantidad y cuáles especies.

“El problema es que ese documento se queda ahí y no se le da seguimiento durante toda la cadena de valor; al final, no se sabe qué pasó con ese producto”.

Asegura que la idea es que no se tenga que recabar nueva información porque la necesaria ya está ahí, “solo es recopilarla en un sistema electrónico que pueda darle seguimiento a la información por lote, es decir, que se sepa qué pasa con algún lote desde que entra a puerto hasta que llega al punto de venta”.

Aquí te puedes sumar a la petición para que CONAPESCA apruebe la Norma de Trazabilidad.

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