Para el especialista en seguridad y derecho y catedrático del Tecnológico de Monterrey, Juan Carlos Piña, la detención de Rafael Caro Quintero y líderes del crimen organizado se está politizando no solo en México, sino también en Estados Unidos.
Mientras en el país de las barras y las estrellas se busca justicia por el asesinato de Enrique Camarena casi 40 años después, en nuestro país la detención está funcionando como vuelta de tuerca en la estrategia de seguridad.
Además de la captura del capo mexicano, días antes, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital del país se enfrentó con presuntos miembros del Cártel de Sinaloa en el kilómetro 28.5 de la carretera federal México-Cuernavaca, en la localidad de San Miguel Topilejo, alcaldía Tlalpan.
Como resultado del operativo, se logró la detención de 14 personas y se rescató a cuatro que se encontraban secuestradas. Varios de los detenidos eran provenientes de Sinaloa y portaban medallones alusivos a Joaquín “El Chapo” Guzmán y a su hijo Ovidio Guzmán López.
Para el especialista en seguridad, estos dos golpes al crimen organizado apuntan a un cambio de estrategia de seguridad por parte de las autoridades federales y de la Ciudad de México.
“Esto apunta a un cambio de estrategia, van a aplicar la fuerza del Estado para combatir al crimen organizado. Resulta curioso y alentador y es bienvenida, porque al final del día al crimen organizado se le combate con un gobierno bien organizado y con cero impunidad”, dice el entrevistado.
Finalmente, Juan Carlos Piña asegura que esta nueva estrategia de seguridad se debe acompañar con un seguimiento a las reglas del debido proceso.
“Le deben de apostar al debido proceso, es decir, muchas de las causas de la impunidad o de la evasión de la justicia obedecen a un operativo o procedimientos mal empleados”, advierte.