Inundaciones en el Valle de México paralizaban también a habitantes prehispánicos

Desde tiempos prehispánicos la relación adoración-odio hacia Tláloc, deidad que representaba el agua, se daba entre los habitantes del ahora Valle de México como en estos días cada que las lluvias de septiembre paralizan la ciudad o el congestionamiento vial a causa de inundaciones o socavones. 

Desde tiempos prehispánicos la relación adoración-odio hacia Tláloc, deidad que representaba el agua, se daba entre los habitantes del ahora Valle de México como en estos días cada que las lluvias de septiembre paralizan la ciudad o el congestionamiento vial a causa de inundaciones o socavones. 

“Tláloc es benévolo, es el dador del agua indispensable para los mantenimientos del hombre aunque puede manifestar su enojo con fuertes tormentas, granizo, heladas o nevadas que destruyen las cosechas, provocan inundaciones, arrastran y destruyen los cultivos y los asentamientos humanos”, explica la Geógrafa por parte de la UNAM, Beatriz E. de la Torre Yarza en su estudio “Tláloc en la Cuenca del Río Magdalena”.

Un nuevo socavón sorprendió esta madrugada a automovilistas y autoridades de la Ciudad de México. El hundimiento del asfalto se registró en el cruce de Eje 8 Sur Popocatépetl y la calle de San Felipe, colonia Xoco, en la delegación Benito Juárez.

El lugar fue acordonado por personal de Protección Civil de la capital del país y oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública para evitar accidentes.

Cuadrillas del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) ya laboran en la zona. Previamente, el C5 reportó que personal de la Secretaría de Protección Civil capitalina se dirigía a la calle de Nezahualpilli y División del Norte por otro socavón en la colonia Xotepingo, en la delegación Coyoacán.

La intersección entre las calles Humboldt, Cristóbal Colón y la lateral de Paseo de la Reforma, en la colonia Centro, delegación Cuauhtémoc continúa cerrada a causa del socavón de hasta casi 10 metros de diámetro que se abrió el pasado jueves.

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La construcción de una ciudad colonial antes de 1600 en la que el sistema lacustre fue sustituido por una planicie urbanizada, la condenó a sufrir graves y frecuentes inundaciones, de acuerdo con el investigador del Laboratorio de Interacción Planta Animal del Departamento de Ecología Evolutiva, Cesar A. Domínguez en su artículo “El Valle de México, ¿paraíso perdido?”.

“Este problema llevó al Virrey de Velasco a proponer un proyecto para desalojar las aguas de los lagos por el norte. A principios de 1600 se comenzó a construir el famoso túnel de Nochistongo, que drenaba el agua hacia el río Tula.

Esta fue sólo la primera de una serie de obras cada vez más ambiciosas (y costosas) como el Gran Canal del Desagüe de Porfirio Díaz y el Drenaje Profundo de los años 70’s que cambiaron la vocación lacustre del Valle de México convirtiéndolo en una planicie salobre y extremadamente urbanizada”, explicó el experto.

Al estar compuesta por los cinco lagos Xochimilco, Chalco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango, por mejor planeación que existiera en la antigua Tenochtitlán respecto a su extensión hasta 1499, la isla lidiaba con grandes inundaciones de todas formas, según la UNAM. 

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