Impulsan turismo sustentable para comunidades rurales

Las comunidades rurales han destacado por los proyectos turísticos que han impulsado en estos años.

Luego de la emergencia sanitaria, productores de todo el país han buscado reactivar la industria a través de diferentes proyectos de corte social.

De acuerdo con el artículo “Otro mundo es posible: turismo en el campo mexiquense”, de la revista Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), el turismo rural también puede favorecer el acceso a los servicios básicos, a través del diseño participativo de productos y/o servicios acordes a las culturas, el ambiente y las economías rurales.

“En el caso específico del medio rural mexiquense, el periodo de reactivación posterior al pico máximo de la pandemia ha constituido un escenario favorable para la emergencia de nuevas propuestas de gestión territorial a través del turismo rural en la escala local”, refiere el estudio.

Como un ejemplo exitoso los investigadores especializados en agroindustria y desarrollo rural de la UAEMéx mencionan a la junta de Pueblos Originarios Coordinados para el Bosque y el Turismo, como una herramienta que ha permitido incluir a los territorios de propiedad social ante la compra y renta de sus tierras para iniciativas turísticas privadas.

En esta iniciativa participa un total de doce ejidos y dos territorios comunales de tres municipios mexiquenses: Amanalco, Donato Guerra y Temascaltepec en un total de 15 mil hectáreas, de las cuales dependen mil 227 personas ejidatarias, 905 posesionarias y 89 avecindadas.

Entre las acciones más destacadas que se han realizado en esta red se encuentran ferias artesanales y gastronómicas, como la Octava Feria del Hongo de San Antonio de la Laguna, Donato Guerra, así como los primeros puentes de intercambio de experiencias para conocer las dinámicas turísticas en otros territorios, como la Sierra Norte de Oaxaca.

De acuerdo al artículo de la revista de la UAEMéx, el turismo comunitario representa una estrategia de innovación para el campo mexiquense, particularmente para aquellos territorios que presentan un capital rural consolidado y que cuentan con elementos claros para su inserción en el sector turístico.

“Bajo una visión ética de la economía y del desarrollo, deben plantearse alternativas de corte social y solidario, cuya finalidad sea equilibrar los flujos económicos entre el campo y la ciudad, desde una mirada centrada en la reproducción de la vida, salvaguarda del patrimonio rural y la sustentabilidad en clave multidimensional”, concluye este artículo.