Golpe a la clase media por crisis sanitaria

Este grupo poblacional en México lleva años deteriorándose y la actual crisis sanitaria provocada por el COVID-19 lo dejará aún más débil, conduciendo a miles de personas a la pobreza si no se toman acciones concretas para frenar el impacto que la pérdida de empleos y el cierre de negocios están generando en su poder adquisitivo
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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La pandemia no será eterna, pero muchas de sus secuelas sí. El daño a la economía mexicana provocará que la vida de los grupos más vulnerables se deteriore y la clase media se reduzca aún más.

Los ingresos de este segmento de la población han disminuido con el paso del tiempo y la actual crisis sanitaria se convirtió en la mayor amenaza desde la Gran Depresión en 1929.

En los últimos 14 años, este sector se achicó más de 10 por ciento, resultado de que 2 millones de personas perdieron su poder adquisitivo por la precariedad laboral, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)

En 2005, aproximadamente 56.16 por ciento de la población ocupada era clase media, para el primer trimestre de 2019, la OCDE estimó que el nivel decayó a 45 por ciento y la emergencia sanitaria hará más profundo el retroceso.

Se estima que al cierre de este año 13.3 millones de personas de clase media caerán en condición de pobreza por el COVID-19 y el Banco Mundial (BM) pronostica que el virus empujará aproximadamente a entre 40 y 60 millones de personas a la pobreza extrema.

Históricamente este grupo de personas en México no ha sido fácil de delimitar, pero el Inegi establece que en los hogares de estos individuos se perciben entre 8 mil y 20 mil pesos mensuales, utilizan al menos una tarjeta de crédito y uno o más integrantes de la familia están insertos en el mercado laboral formal.

Gonzalo Hernández Licona, director de la Red de Pobreza Multidimensional, Oxford (MPPN por sus siglas en inglés), opina que está crisis está afectando a todos, aunque el mayor impacto será para los pequeños y medianos negocios, así como para los ciudadanos de a pie.

“México es un país de clases medias, pero millones de personas entrarán en una situación de pobreza porque si no tienen empleo recurrirán al sector informal enfrentándose a salarios más precarios y esto también tendrá secuelas en su calidad de vida”, precisa el también exsecretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Los más vulnerables de la clase media

Las niñas, niños y adolescentes se encuentran en la primera línea, ya que cuando los ingresos familiares se ven alterados su bienestar también.

En periodos de incertidumbre este segmento de la población está expuesta a un menor acceso a los servicios de salud, educación y seguridad social.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que si el gobierno mexicano no toma las medidas necesarias para mitigar los efectos de la crisis económica esto repercutirá incluso en la alimentación.

Con la crisis financiera que ocurrió hace poco más de una década el 14 por ciento de los menores de 18 años solo comió una vez al día o dejó de hacerlo y los hogares que sufrieron inseguridad alimentaria severa pasaron de 8 a 17 por ciento, revelan cifras de un estudio de Unicef.

Aunque es complicado determinar el total de cuántas niñas, niños y adolescentes son parte de la clase media en México, se puede tener un acercamiento al tomar en cuenta que el Sistema Nacional DIF distribuye desayunos escolares a aproximadamente 6 millones, en tanto que en escuelas públicas de tiempo completo el número asciende a 1.5 millones.

Otro de los segmentos de la población que se encuentra en una complicada situación son los millennials (los nacidos entre 1983 y 2002), quienes hasta el año pasado 60 por ciento de sus integrantes eran clase media, según la OCDE.

Al mirar el promedio de sus padres y abuelos, la generación del Milenio se encuentra rezagada, ya que un 68 por ciento de los baby boomers son parte de la categoría, mientras que 64 por ciento de los nacidos entre 1965 y 1982 (Generación X) pertenecen a la clase media en México.

La pandemia está provocando un efecto devastador en el mercado laboral y los jóvenes son los más afectados por las condiciones de precariedad que ya vivían desde antes de la emergencia sanitaria.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que al cierre del 2019, la tasa de desempleo juvenil se ubicó en 13.6 por ciento, la más alta en todos los grupos poblacionales. El saldo hasta la fecha es que uno de cada seis jóvenes ha dejado de trabajar desde el comienzo de la crisis del COVID-19.

Luis Foncerrada Pascal, director de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad del Mayab, destaca la importancia de proteger los intereses de la población infantil y juvenil por la relevancia que tienen no solo para la clase media, sino para la sociedad en general.

En periodos de crisis los más vulnerables son los bebés y los niños porque se da un deterioro en su salud a causa de la desnutrición, otros que también están siendo afectados por el tema del desempleo son los jóvenes, debido a que tal vez no están preparados para enfrentar esta situación
Luis Foncerrada PascalDirector de la Facultad de Economía y Negocios en la Universidad del Mayab

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