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El Golfo en disputa

Aunque ya fue ratificado el Tratado entre México y EU sobre la Delimitación de la Frontera Marítima de la Región Oriental del Golfo de México, el país aún está rezagado en la regulación de los yacimientos que hay en el fondo del mar

La Comisión de Energía del Senado ratificó el tratado sobre la frontera marítima entre México y Estados Unidos en el Golfo de México, donde se localizan yacimientos petroleros.

El tratado, firmado en Washington en enero de este año, reconoce la vigencia del marco jurídico existente en materia de yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México, que ambos países comparten con Cuba, señaló el Senado en un comunicado.

Sin embargo, ya desde principios de noviembre, el coordinador general de Asuntos Internacionales del Gobierno de la Ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas, había solicitado reconsiderar esos acuerdos.

“Justamente en los fondos submarinos, aparte de petróleo y gas natural que es muy probable que ahí exista, porque lo existe en zonas muy cercanas a esta parte de los 20 mil kilómetros cuadrados, existen también otros recursos que pueden ser importantes para las economías de los tres países”, comentó en este entonces, el líder moral del PRD.

Por su parte, Sergio Benito Osorio, del Observatorio Ciudadano de Energía, calificó el proceso como apresurado y superficial, ya que en el desahogo del 9 de noviembre solamente intervino un senador y el dictamen se aprobó en menos de media hora.

La Comisión de Energía ratificó el Tratado entre México y EU sobre la Delimitación de la Frontera Marítima, firmado el 8 de enero del 2017

“¿Cuáles son entonces las razones del gobierno de Peña Nieto y de los senadores para actuar con tal prisa, sin adoptar precauciones necesarias que salvaguarden el interés nacional?”, cuestionó.

Para el embajador Alberto Székely la tarea aún no termina después de que el tratado entre en vigor, ya que aún México no ha negociado las zonas exclusivas marítimas y plataformas continentales en el Caribe, sobre todo con Guatemala y Belice.

Además de que el país está muy rezagado en el desarrollo de un régimen jurídico que regule los yacimientos que hay en el fondo del mar.

Székely también denunció que México ha tenido poca participación en fondos marinos.

Tensa cooperación

Un asunto de seguridad y de combate al narcotráfico en la década de los 90 derivó en una nueva división de los límites marítimos.

A través de los años, la cooperación entre ambos gobiernos para interceptar a los barcos que transportaban las drogas se fue reforzando, pero para impedir que se violentara la Constitución y la soberanía nacional, el gobierno mexicano impuso algunas restricciones.

Durante este periodo, la Constitución prohibía que los tripulantes de los aviones estadounidenses utilizados para detectar los cargamentos de drogas pudieran dormir en México, así que todas las noches los aviones tenían que regresar a Estados Unidos.

La limitación también aplicaba para la visita de los barcos a los puertos mexicanos.

La cooperación militar fue ríspida, pero continuó hasta que una decisión de la marina mexicana de codificar sus procedimientos para tratar con fuerzas navales extranjeras la puso en jaque.

Otro punto que tensó la cooperación fue que México dejó en claro que no permitiría la presencia de barcos nucleares o con armas nucleares en sus puertos.

“Durante décadas no buscamos dicha autorización, y no teníamos intención de hacerlo en ese momento. En realidad, no había problema alguno. Hasta que los militares mexicanos decidieron poner por escrito sus fundamentos para la cooperación”, señaló en uno de sus libros el entonces embajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow.

El documento se publicó en el Diario Oficial de la Federación y el problema se convirtió en una crisis binacional.

Estados Unidos amagó con terminar la cooperación militar.

Como compensación, el gobierno estadounidense desmarcó la frontera marítima bilateral. El límite entre los dos países en el Golfo de México se basa en el derecho territorial reconocido internacionalmente, 200 millas marítimas desde el punto de tierra más cercano.