En México, son años sin poder erradicar el grito homofóbico y ahora ya es ‘visible’ otra expresión reprobable.

Futbol, entre racismo y agresores; el balompié va perdiendo

El deporte más popular del planeta lleva años lidiando con actitudes deleznables, tanto en las gradas como en la cancha, y la Liga MX no es excepción; urgen sanciones más duras para combatir de verdad esta problemática

A lo largo de su historia, el futbol, el deporte más popular del planeta, ha sido llamado “opio del pueblo”, “guerra moderna” e incluso para Jorge Valdano, exfutbolista y filósofo del balompié, es “la cosa más importante de las cosas menos importantes”.

Sin embargo, en los últimos años ha quedado evidenciado que también sirve como “refugio” de ese lastre que es el racismo, muy presente en las gradas de las ligas europeas y ya se hizo “visible” en la pasada trilogía de Clásicos Nacionales entre América y Chivas.

La Liga MX tiene un largo historial de discriminación con el grito homofóbico; sin embargo, esta vez, un sector de aficionados de Guadalajara insultó al delantero americanista Julián Quiñones imitando sonidos de mono.

Primero, ocurrió el 6 de marzo pasado, durante la Ida de los Octavos de Final de la Copa de Campeones de la Concacaf. Luego, 10 días después, el sábado pasado, se presentó nuevamente esta situación.

Al cierre de esta edición no se ha informado sobre alguna sanción para el club. Lo “único” que hizo la Liga MX fue presentar el protocolo anti racismo que tiene desde la campaña 2020-2021.

“Con el Protocolo contra el Racismo y la Discriminación, en Liga MX no solo no hay lugar para ese tipo de comportamientos, también se pueden sancionar. Los mexicanos somos divertidos, desmadrosos, relajados, pero nunca racistas“, se lee en el comunicado en el que se mostraron las acciones a seguir.

En estas se establece que “los responsables serán sacados del estadio para después ser presentados ante las autoridades competentes y perderán su FanID de por vida”, precisó. Asimismo, se difundió un video en el que los jugadores invitan al público a comportarse, así como identificar y denunciar a quienes realizan expresiones racistas.

Esa es la estrategia que tiene la Liga MX, de momento, sobre una problemática que en España, por ejemplo, ha causado ya denuncias penales y juicios.

Asimismo, de acuerdo con Kick It Out, organismo británico que combate el racismo en su futbol, en la pasada temporada 2022-2023 recibió 1,007 reportes sobre actos de discriminación en las canchas de futbol, profesional o amateur, y en redes sociales. Esto representa un incremento de 65 por ciento, con respecto a la campaña 2021-2022.

En México, racismo ‘disfrazado’

De acuerdo con el maestro Otto Ulrike Amilcar Becerril García, académico del Centro de Estudios del Deporte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el racismo habita en el deporte porque este “siempre ha sido una expresión más de nuestra convivencia social desarrollada en un espacio diferente.

“Nos gustaría que fuera como un espacio de convivencia, recreativo. Al final, es un reflejo de nuestras sociedades que se muestran en un terreno de juego. No son aficionados aislados, sino miembros de sociedades que replican actitudes”.

En los últimos días se destacó la situación con Quiñones; sin embargo, el 9 de marzo pasado, seguidores del América realizaron comentarios homofóbicos al portero de Tigres, Nahuel Guzmán.

“¿Qué sucede en nuestro país? Estos abusos son cotidianos; sin embargo, no le llamamos racismo. Es una situación típica que va disfrazada como ‘mensajes graciosos’, cuando en realidad es el mismo abuso.

“En México podríamos catalogarlo como ‘racismo suave’, porque no es un ataque violento, sino sutil. Como sociedad se siguen replicando, disfrazados de un comportamiento de broma”, dijo Becerril en entrevista con Reporte Índigo.

Las conductas se replican al campo y son mucho más constantes porque hay más presencia de jugadores que puedan ser objeto de ataques de aficionados que tienen un marco social que refleja una cultura racista”, añade.

Desde su punto de vista, la FIFA debería tener un papel más relevante, pues no son solo cánticos o chistes hacia un sector, sino un problema social que está creciendo y al que no se le está dando la importancia para enfrentarlo.

Protocolo de la Liga MX contra el racismo

  • El árbitro central podría detener el juego: se pide a los asistentes detener el comportamiento.
  • Suspensión temporal del partido en caso de que los insultos no se detengan.
  • De reincidir las actitudes racistas y discriminatorias en el estadio, se dará aviso en el sonido local, se abrirá un procedimiento por parte de la Comisión Disciplinaria y el estadio podría ser vetado.
  • Los responsables serán sacados del estadio para después ser presentados ante las autoridades competentes y perderán su Fan ID de por vida.

Educación y más dureza en los castigos, claves

Para el maestro de la UNAM, hay dos vías para tratar de poner un alto al racismo en el deporte.

La primera de ellas, dice, es la educación desde el nivel más básico en las escuelas, con organismos que se encarguen de generar conciencia, “como existe en la Premier League, que tratan de orientar a clubes, jugadores y afición sobre estos temas, además de dar seguimiento a casos”.

La otra, es que las ligas de futbol tomen medidas fuertes ante los agresores y no solo hagan llamados.

“En 2006, la Juventus descendió a la Serie B tras descubrirse que arreglaron partidos con árbitros. Ante el racismo, las ligas también deberían relegar a los participantes a competiciones inferiores o quitarles la licencia, si realmente les interesa y no va a predominar lo comercial.

Lo que sucedió con la Juventus dañó a la liga y por eso se tomó la medida, pero el racismo solo es sobre un individuo o 10, que siguen siendo una minoría y se arregla con una pequeña sanción”, detalló Becerril García.

Vinícius Jr., el más atacado

El 31 de mayo de 2023 ocurrió uno de los hechos más lamentables en los últimos años en el futbol español. Vinícius Jr., jugador del Real Madrid, se encaró con un aficionado del Valencia, reclamando un insulto.

A nivel mundial, la “persecución” al brasileño ha sido la más mediática. Hace unos meses, fans del Atlético de Madrid colgaron en un puente, un muñeco del atacante sudamericano; la semana pasada, entonaron “Ale, Ale, Ale, Vinícius chimpancé”, previo al encuentro del Barcelona en los Octavos de Final de la Champions League ante el Inter.

La Liga ha trabajado para erradicar estos comportamientos, pero evidentemente han sido insuficientes. De acuerdo con la competición, en las últimas dos temporadas se han presentado denuncias en nueve ocasiones ante el Comité de Competición de la Real Federación Española de Futbol, la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, así como la Fiscalía de Odio y los Juzgados.

No solo en España ha sido evidente este mal comportamiento, pues esta semana de Fecha FIFA, se reportó que el defensor del Inter, Francesco Acerbi, fue relegado de la concentración de la selección italiana, tras presuntos insultos racistas al jugador Juan Jesús, del Napoli, en el duelo de la Serie A del domingo 17 de marzo.

Se sienten ‘intocables’

El racismo no es el único problema que ha enfrentado el futbol en los últimos meses, sino que han quedado expuestas diversas agresiones sexuales por parte de jugadores.

Uno de los casos más relevantes ha sido el de Dani Alves, quien después de un largo juicio se decretó que violó a una joven en un bar, el pasado 31 de diciembre de 2022.

También, el año pasado se suscitó la agresión de Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) a Jennifer Hermoso, quien fue besada en los labios sin su consentimiento, luego de que España conquistó el Mundial Femenil.

Recientemente, el futbol argentino también ha estado en medio del escándalo, pues Sebastián Sosa, quien jugó en México, así como José Ignacio Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio, de Vélez Sarsfield, fueron acusados de abusar sexualmente de una joven periodista.

Todos ellos fueron detenidos el lunes y el equipo optó por suspender sus contratos.

“Cada uno obedece a una circunstancia en particular, pero podemos encontrar la figura que se construye alrededor del deportista, prácticamente intocable. Algunos llegan a sentir esta capacidad de creer que lo que ellos hagan no está mal”, declaró sobre esta situación el maestro Otto Ulrike Amilcar Becerril García, académico del Centro de Estudios del Deporte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

No solo en el balompié se han registrado estos casos, ya que han sido frecuentes en Grandes Ligas e incluso un mexicano forma parte de los mismos. Así es, a mitad del año pasado, Julio Urías fue arrestado por violencia doméstica y la MLB decidió inhabilitarlo.

Otro caso es el de Trevor Bauer, quien jugará algunos partidos con los Diablos Rojos, acusado de agresión sexual en 2022 y también fue suspendido. En ambos casos, los pitchers salieron bien librados; “El Culichi” no fue encontrado culpable y el estadounidense llegó a un acuerdo con la demandante, pero ninguno ha regresado a Las Mayores.

Falta mayor educación, pero no en el sentido de que el deportista puede echar a perder su carrera, sino encaminada a respetar a todos. En caso de los abusos sexuales, es un reflejo de la sociedad, porque la agresión de hombres a mujeres es uno de los mayores delitos denunciados a nivel mundial”, declaró el especialista.

Finalmente, en la NFL, el último caso relevante lo protagonizó el quarterback Deshaun Watson, quien en 2021 fue acusado por 24 mujeres de conductas sexuales inapropiadas cuando jugaba con los Texans de Houston.

Sin embargo, ello no importó y firmó en 2022 un contrato por cinco años y 230 millones de dólares con su actual equipo, los Browns de Cleveland.

Watson llegó a un acuerdo compensatorio con 23 de las 24 mujeres y cumplió una suspensión de 11 juegos, así como el pago de 5 millones de dólares, los cuales serían donados a agencias que trabajan para prevenir la agresión sexual.

Y tras ello, sigue jugando.

Alves deja la cárcel… por ahora

En febrero pasado, Dani Alves fue condenado a 4 años y medio de cárcel. Ayer, un tribunal español decretó su libertad bajo fianza, aunque para ello, debió depositar un millón de euros (1.1 millones de dólares) y entregar sus pasaportes (brasileño y español) para no salir de España.

Todo esto, mientras espera la apelación de su condena por agredir sexualmente a una mujer en una discoteca de Barcelona, en diciembre de 2022. Negó haber cometido un delito durante el juicio de tres días.

El también exjugador de Pumas está en prisión desde enero de 2023. Hasta ayer, los jueces habían rechazado sus solicitudes de libertad condicional alegando que existía riesgo de fuga.

La decisión se dio un día después de una audiencia en la que Alves, desde la prisión de Brians 2, compareció ante el juzgado vía teleconferencia para expresar que no tiene la intención de salir del país, según su abogada Inés Guardiola.

El brasileño llevaba en prisión desde enero de 2023. El juicio fue en febrero pasado. Foto: Especial

Tanto Guardiola como la fiscalía han recurrido la condena. Su defensa busca la absolución, mientras que los fiscales quieren que la pena de cárcel se eleve a nueve años.

Por el momento, no hay fecha para el nuevo juicio en el Tribunal Superior de Cataluña y podría llegar al tribunal de Madrid.

Vale decir que el fallo de los jueces de la Audiencia Provincial de Barcelona para que se le otorgara la libertad provisional fue 2-1. Los magistrados a favor de ello argumentaron que el riesgo de fuga se ha aminorado, puesto que el jugador viajó voluntariamente a España tras ser imputado y ha respondido a los citatorios de la policía tras ser detenido.

El otro juez se mostró en desacuerdo al advertir que persiste el riesgo de fuga, pese a las restricciones en su cuenta.

Otro factor mencionado por los dos jueces es que, según la legislación española, una persona no puede permanecer en detención preventiva por más de la mitad del periodo de su sentencia, mientras aguarda que se resuelva su apelación.

En el caso de Alves, está a casi un año de alcanzar el punto de los dos años y tres meses, y el trámite de las apelaciones tarda más que eso.

Una vez que se complete el proceso de las apelaciones, si se ratifica la condena y dependiendo de la sentencia definitiva, podría volver a la cárcel.

Por ahora, Alves tampoco puede acercarse a mil metros de la víctima o intentar comunicarse con ella, y deberá reportarse semanalmente ante el juzgado.

Asimismo, como parte de la condena, tendrá que pagarle 150 mil euros (162 mil dólares) a la víctima como compensación.

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