Funerarios definen cómo manejar cuerpos con Covid-19

La Secretaría de Salud y los servicios funerarios han implementado protocolos para el manejo de los cadáveres que presentaron coronavirus. Si el número de muertos aumenta, se podría correr el riesgo de no contar con los equipos suficientes para atender todos los casos
Viviana Bran Viviana Bran Publicado el
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A medida de que los decesos por coronavirus (Covid-19) aumentan en México, la población ha comenzado a manifestar su inquietud sobre cuál será el manejo que se le dé a los cadáveres en las unidades médicas y los servicios funerarios.

Hace dos semanas, la Secretaría de Salud (SSa) puso en línea una guía operativa para el adecuado manejo de cuerpos que presentaron patologías de Covid-19. De manera general, este documento expresa los cuidados y medidas que el personal médico deberá tener desde el momento en que se anuncia una muerte por este virus, hasta el traslado de los restos humanos a la morgue.

Como primera instancia, los principios de precaución y dignidad humana se deben acatar en todo momento de la manipulación del cadáver.

Usarán equipo sanitario

Todo el personal que intervenga en el manejo, traslado y disposición final de los cuerpos, deberá cumplir con las normas de bioseguridad, que incluyen el lavado frecuente de manos con agua y jabón, y el Uso de Equipo de Protección Personal (EPP), que se refiere a la utilización de guantes no estériles, mascarilla quirúrgica, N-95 (solo para el procedimiento de necropsia), bata impermeable con manga larga y protección ocular.

Una vez que el cuerpo ha sido tratado y extraído de la sala de aislamiento o área de urgencias, existe la posibilidad de que los familiares puedan ver el cuerpo de su ser querido, sin embargo, esta opción no ha sido viable en diversos hospitales del mundo y de México, ya que el alto grado de contagio que presenta el Covid-19 podría estar latente aún en un cuerpo sin vida.

La mayor parte de los familiares que han perdido a algún pariente por coronavirus, no tuvieron la oportunidad de despedirse, ni de tener acceso al hospital. Existen algunos casos en donde se les ha permitido ver a su ser querido bajo la condición de que no lo toquen y se mantengan a una distancia considerable

De acuerdo con la guía sobre el manejo de cadáveres de la SSa, este tipo de restricciones puede incrementar el sentimiento de pena por la falta de cierre en el proceso de duelo, por lo que la institución que esté a cargo debe poner a disposición de la familia a un trabajador social que explore las posibilidades de apoyo y guía en el manejo de los restos humanos, el proceso de pérdida y seguimiento a la salud mental de los afectados.

A la fecha, no hay evidencia de que exista riesgo de infección a partir de cadáveres con patologías por Covid-19, sin embargo, las secreciones que llegan a quedar en boca y nariz si pueden considerarse un riesgo de infección para las personas que estén en contacto directo con los cuerpos.

Cuando las autoridades de salud se disponen a entregar el cadáver, los parientes del fallecido ya deben contar con un plan de disposición del cuerpo y con los servicios funerarios contratados. De lo contario, los restos podrían quedar en la morgue por varios días y, en el peor de los casos, ser recuperados cuando ya se incineraron.  

Manuel Ramírez, director general del grupo funerario J. García López, asegura que las medidas y acciones que han implementado algunas funerarias frente al Covid-19 tienen como finalidad asegurar la salud de los colaboradores y clientes que optan por el servicio, ya que son los que quedan más expuestos al tener contacto directo con los cadáveres.

Hay protocolos más estrictos para funerarios

El director de J. García López comenta que tras el aumento en las muertes por coronavirus se han tenido que robustecer los protocolos de seguridad. Los colaboradores que se encargan de recoger los restos humanos en el hospital deben usar de manera obligatoria cubrebocas, guantes, gafas de protección, trajes de cuerpo completo y botas especiales.

“Las personas que han contratado un servicio funerario para recoger el cuerpo de su familiar tienen más posibilidades de despedirse, ya que los restos se pueden embalsamar a través de productos químicos que eliminan en su totalidad el riesgo de contagio. Sin embargo, los clientes que hasta ahora hemos atendido no han realizado velación, ya sea porque están en observación o cuarentena. Cuando eso pasa, nosotros nos encargamos de la cremación y les llevamos las cenizas”, detalla Ramírez.  

Conforme pasen los días y aumenten los casos de defunciones por Covid-19, los servicios funerarios podrían comenzar a saturarse y las familias quedan expuestas a servicios informales.

Además de la pena por haber perdido a un ser querido, las personas que estén expuestas a esta situación deberán buscar la forma de solventar los gastos que trae la muerte y, al no contar con los recursos, muchas de ellas comienzan a caer en la contratación de servicios informales.

Manuel Ramírez, director de J. García López, explica que en emergencias sanitarias como ésta, la industria funeraria está expuesta a una gran cantidad de informalidad, pues basta con dar seguimiento a lo que pasa afuera de los hospitales públicos, en donde se ven a grupos de personas ofreciendo servicios funerarios, y cuando son investigados se puede notar que no cuentan con la infraestructura ni el equipo necesario para manipular un cuerpo.

“Las actividades informales pueden generar un foco de infección muy alto al sacar un cuerpo de forma irresponsable del hospital, hay algunos servicios que no llevan ningún tipo de protección, y esto no solo representa un riesgo para ellos, sino para las familias que los contratan y la sociedad en general”.

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