Los 15.1 millones de votos en favor de la continuidad de AMLO reflejan el piso electoral de su movimiento. Es decir, el mínimo que se puede esperar que obtenga en una elección.

El voto duro del lopezobradorismo

Los 15.1 millones de votos en favor de la continuidad de AMLO reflejan el piso electoral de su movimiento. Es decir, el mínimo que se puede esperar que obtenga en una elección.

El principal resultado de la consulta de revocación de mandato, dado que no alcanzó el mínimo de participación para ser vinculante, es la comprobación del voto duro con el que cuenta el presidente Andrés Manuel López Obrador. Cuya figura sigue contando con el mayor capital político del país, y del Movimiento Regeneración Nacional, rumbo al 2024.

De acuerdo con el cómputo final del Instituto Nacional Electoral, el primer mandatario recibió el respaldo de 15 millones 159 mil 323 votantes. Siendo el 91.8 por ciento de la participación del 10 de abril, por lo que se entiende que fueron los simpatizantes de López Obrador, casi de manera absoluta, quienes acudieron a las casillas pese a los diversos factores.

Esta cantidad se destaca como el voto duro del lopezobradorismo, es decir, la cantidad mínima que se puede esperar que obtenga en una elección, con posibilidad de incrementar todavía más. Así lo muestran los resultados históricos del propio López Obrador como candidato en contiendas a nivel federal.

En 2006, López Obrador recibió 14.7 millones de votos y, seis años después, subió a 15.8 millones en la contienda de 2012. La votación de la revocación de mandato cae dentro de este rango histórico, siendo la anomalía los 30.1 millones con los que ganó en 2018, lo que muestra que este piso electoral es apenas un mínimo y puede aumentar hasta duplicarse.

Una explicación para el incremento de 2018 es que, al arrastre electoral de López Obrador, se sumó el profundo descrédito de los otrora partidos dominantes, Acción Nacional y el Revolucionario Institucional. Pues no solo estuvieron lejos de las cifras con las que ganaron, sino que terminaron reeditando sus derrotas más contundentes.

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En 2018, Ricardo Anaya, abanderado de la coalición del PAN, apenas logró 12.6 millones de votos, 100 mil menos que Josefina Vázquez Mota en 2012, cuando quedó tercera. En tanto que José Antonio Meade, candidato externo del PRI, apenas obtuvo 9.2 millones, casi los mismos que Roberto Madrazo, igualmente el tercer lugar de 2006.

Además del volumen de este voto duro, también se muestra su distribución al contrastarlo con las entidades que  ganó en dos de sus tres campañas presidenciales. Comenzando por la Ciudad de México, donde logró 1.3 millones de votos, sólo superada por los estados de México, con 1.7, y Veracruz, con 1.4, donde también ganó en 2006 y 2018.

Las otras seis entidades que votaron tres veces por López Obrador son Tabasco, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y Morelos, mientras que en Chiapas, Campeche, Veracruz, Hidalgo, Nayarit, Puebla, Baja California Sur y Zacatecas ganó al menos dos veces.Estos estados aportaron 6.5 millones de votos para la continuidad del primer mandatario.

Por el contrario, los estados con menor participación, aún con la movilización del lopezobradorismo de base, son los que históricamente se le indigestan a López Obrador. Como ocurrió en Guanajuato, bastión panista y único estado que nunca ganó, donde menos del 9.5 por ciento de la lista nominal votó. Siendo el tercero con menos participación.

Menor participación que en Guanajuato se registró en Jalisco y Aguascalientes, estados que apenas ganó López Obrador en 2018, pero que en 2006 se decantaron por Felipe Calderón y en 2012 por Enrique Peña. Patrón que se repite en el resto de entidades con menos del 14 por ciento de participación: Querétaro, Durango, Chihuahua, Baja California y Sonora.

Con este historial, pero con mayor participación, se colocaron Sinaloa, San Luis Potosí, Coahuila y Colima, oscilando entre menos del 16 por ciento y poco más del 19. Yucatán rompió el patrón, pues votó más del 21 por ciento, siendo el octavo estado por participación.

Nuevo León y Tamaulipas, únicos estados que el PAN ganó tanto en 2012 como en 2012 antes del “efecto AMLO” de 2018, tuvieron participaciones del 10.7 y 17.9 por ciento, respectivamente, pero entre los dos sumaron menos de 11 mil 600 votos totales.

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