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El espejismo de los bebederos

La instalación de bebederos en las escuelas públicas es un sueño casi imposible de cumplir.                        
Y es que además de la escasez de agua en diversas zonas de la Ciudad de México, no hay presupuesto para concretar el proyecto.

En enero de 2014, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunció la construcción de tomas de agua potable con filtro en los planteles de educación básica y las 74 dependencias capitalinas.

200
millones de pesos considera el diputado Jorge Gaviño que podría etiquetar la ALDF en el 2015 para este proyecto
En próximos días iniciará el cabildeo en la Cámara de Diputados para que el DF obtenga recursos para el proyecto de bebederos
http://youtu.be/LJEOAGoqi-E

La instalación de bebederos en las escuelas públicas es un sueño casi imposible de cumplir.                        
Y es que además de la escasez de agua en diversas zonas de la Ciudad de México, no hay presupuesto para concretar el proyecto.

En enero de 2014, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunció la construcción de tomas de agua potable con filtro en los planteles de educación básica y las 74 dependencias capitalinas.

A nueve meses desde que el mandatario local aseguró a los habitantes de la capital del país que esa propuesta sería una más de sus acciones de gobierno , todavía no hay avances en la materia.

De acuerdo con la presidente de la Comisión de Presupuesto en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Esthela Damian, en este año ni siquiera se etiquetaron recursos para ese rubro.

El proyecto fue impulsado por el diputado local de Nueva Alianza, Jorge Gaviño y avalado por la administración mancerista, pero sin contemplar dinero para la compra, instalación y mantenimiento de bebederos, al menos en el 2014.

En teoría, el Instituto Local de Infraestructura Física Educativa del DF (ILIFE) tendría la tarea de adecuar las instalaciones de las más de 8 mil 482 escuelas públicas de educación preescolar, primaria y secundaria.

Puesto que entre sus atribuciones está la construcción, equipamiento, mantenimiento, rehabilitación, reforzamiento, reconstrucción, reconversión y habilitación de los inmuebles e instalaciones destinados al servicio del sistema educativo local.

Sin embargo, de acuerdo con el titular de este organismo, David Arturo Zorrila Cosío, esta institución no tiene la capacidad financiera para desarrollar la obra, ya que su presupuesto de este año es de 32 millones 626 mil 413 pesos.

Por esa razón, la encomienda quedó a cargo de la la Secretaría de Educación que encabeza Mara Robles, explicó el director general del ILIFE. 

Al respecto, el diputado promotor del proyecto, Jorge Gaviño, dice que esa dependencia no ha avanzado ante la falta de recursos, cuyo monto total es de casi 200 millones de pesos.

Por esa razón, la ALDF pretende incluir en el presupuesto 2015 una partida multianual para que a lo largo de los próximos tres años, un millón 715 mil alumnos de la capital del país puedan beber agua potable.

Eso, en el supuesto de que los planteles educativos de las 16 delegaciones políticas de la ciudad cuenten con el abastecimiento del líquido. Esta casa editorial dio a conocer en su edición del 8 de abril que el primer problema es la escasez de agua.

La inviabilidad financiera

Según un estudio elaborado por la ALDF, se estima que cada escuela requiere una inversión inicial de 50 mil pesos para la compra o remodelación, así como instalación y mantenimiento de los bebederos.

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que en la Ciudad de México hay 8 mil 482 escuelas de preescolar, primaria y secundaria.

Eso significa que para atender el 100 por ciento de la demanda, la administración mancerista requeriría destinar cerca de 424 millones con 100 mil pesos en una primera parte.

Y es que no basta con comprar los bebederos, hay que instalarlos, darles mantenimiento, garantizar el abasto del líquido y cambiar los filtros, por lo menos una vez al año.

Reporte Indigo cotizó con diversas empresas el costo promedio de los despachadores públicos de agua, los cuales oscilan entre los 7 mil 189 pesos a los 11 mil 327 pesos por unidad y de contado.

Dicha cantidad no contempla el filtro de agua –que se debe cambiar una o dos veces al año, según su uso; el costo estimado de cada uno es de 2 mil 487 pesos. Tampoco está considerada la instalación.

La asambleísta del PRD, Esthela Damián, dijo en entrevista con esta casa editorial, que para aterrizar el proyecto hídrico de Miguel Ángel Mancera se requieren recursos locales y de la federación.

“Con las reformas en la materia la educación nuevamente está centralizada y es por eso que el Gobierno Federal tiene la obligación de aportar recursos para garantizar bebederos en las escuelas”

Incluso, adelantó que en los próximos días comenzarán el cabildeo en la Cámara de Diputados para que el Distrito Federal pueda obtener dinero suficiente para aterrizar éste y otros proyectos.

“Otra de las alternativas que debemos analizar es si los remanentes y subejercicios de las dependencias locales se reorientan a la Secretaría de Educación a fin de contar con una bolsa, para la instalación de bebederos”.

Por su parte, Jorge Gaviño agregó que tan solo para el 2015 podrían etiquetarse 200 millones de pesos iniciales y seguir apoyándose en el presupuesto de las delegaciones, las cuales ya han instalado algunos.

“Es una erogación multianual, donde tengamos presupuestada la forma de llevar agua a todas las escuelas y darle el mantenimiento necesario a todos los bebederos de las escuelas y dependencias de gobierno”, explica Gaviño.

Las otras dificultades

En la edición del pasado 8 de abril, Reporte Indigo dio a conocer en su edición La sequía en las escuelas, que la iniciativa de ley para garantizar despachadores de agua potable en los planteles educativos era, de por sí compleja, debido a la escasez del líquido en la ciudad.

Y es que en las zonas periferias del Distrito Federal el líquido no llega ni siquiera a las escuelas, lo cual complica la finalidad de la propuesta: brindar mejores condiciones de salud a la niñez.

Según la explicación que dio el secretario de Salud, Armando Ahuedo, a principios de año indicaba que otro problema que se busca acotar es el consumo de refrescos, ya que es uno de los principales factores que contribuyen a que México ocupe el segundo lugar en sobrepeso infantil. 

Pero el 2015 es año electoral, y por ende gran parte del presupuesto y la atención de la clase política se centrará en la renovación de las 16 jefaturas delegacionales y las 66 curules de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. 

De ese modo, la viabilidad de que ese decreto de ley se convierta en una realidad para los niños y adolescentes de la capital del país se ve cada vez más complicado. 

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