Ecoducto y cómo los chilangos pueden caminar sobre las aguas

El parque lineal Ecoducto Río de la Piedad será un pulmón para la capital, por sus 50 mil ejemplares de plantas; además de ser un proyecto sustentable, debido a que se filtrará el agua del drenaje y se utilizará para regar la flora

La naturaleza se ha encargado año con año de recordarle a los habitantes de la Ciudad de México que su metrópoli fue construida sobre las aguas.

Y es que los poco más de 25 millones de personas que diariamente deambulan sobre la inmensa carpeta de asfalto gris olvidan que viven, trabajan, estudian, aman y odian sobre lo que antes era el gran lago de Texcoco.

Lo han olvidado porque parece una historia de fantasía, porque parece ilusorio, y porque creen que es un tema del pasado. Algo que ya no existe y por lo que no deberíamos preocuparnos.

Hace menos de cien años el agua aún se resistía a morir, se aferraba a mostrarse con algunos de sus brazos. Fue tal su terquedad que los habitantes de la ciudad bautizaron sus caminos con el nombre de estos brazos: Río de la Piedad, Río de Guadalupe, Gran Canal, Río de los Remedios, etcétera.

No fue suficiente y los capitalinos terminaron entubando sus ríos y enterrando sus aguas. Hasta que un grupo de personas decidieron construir epitafios con el propósito de recordarlos y el afán de resucitarlos.

Ecoducto

A mediados de los años 50 del siglo pasado se construyó sobre lo que era el cause de varios ríos el Viaducto Miguel Alemán. Una vía rápida que atraviesa la zona central de la Ciudad de México con una orientación Este-Oeste.

En el centro de la avenida hay un cajón de concreto, que contiene los ríos entubados, para controlar inundaciones.

Sobre este camellón el gobierno de la Ciudad de México construyó un ‘Ecueducto’, una área de esparcimiento, la cual también está diseñada para el tratamiento de 30 mil litros de agua residual del Río de la Piedad que se encuentra entubada.

El proceso para pulir la calidad de las aguas negras es a través de 8 biodigestores y cuatro humedales artificiales, que remueven los principales contaminantes que se encuentran en las aguas residuales: materia carbonosa, microorganismos patógenos, nutrientes, sólidos suspendidos y metales pesados, entre otros.

En este espacio hay 4 mil 800 metros cuadrados de vegetación y 50 mil ejemplares de plantas.

El andador peatonal en la parte central del camellón, de 2.60 metros de ancho, cuenta con 110 bancas para el descanso de los visitantes, 15 techumbres para el resguardo del sol, 186 luminarias que hacen seguro el paseo, 31 reflectores RGB para iluminación artística de los árboles y 48 conexiones USB para la recarga de aparatos eléctricos.

Ambos lados del corredor cuentan con un barandal de 1.50 metros de altura, así como cuatro entradas ubicadas en los cruceros de Viaducto con las avenidas Insurgentes, Patricio Sanz, Medellín y Monterrey.

El andador cuenta con una longitud de 1600 metros, en los cuales los chilangos podrán volver a caminar sobre las aguas.

Un picnic, el origen de todo

El origen de esta propuesta viene de cinco años atrás, cuando el arquitecto Elias Cattan, fundador de Taller13 Arquitectura Regenerativa, promovió en 2012 el primer “Picnic en tu río” junto con las organizaciones La Cuadra, Biológica Urbana, Factor Eficiencia y Cultiva Ciudad. La intención de esta actividad, que se realizíoó sobre un tramo del camellón del Viaducto, era crear conciencia de que existen ríos que corren por la Ciudad de México.

En ese entonces la propuesta que lanzó Taller13 era desentubar el Río de la Piedad, crear un ecosistema alrededor de él a fin de limpiar el agua y hacer un corredor peatonal para caminar entre el río. La propuesta contemplaba los vehículos a los lados y por debajo de este, entubados ellos, los autos, no el agua.  Incluso, esa propuesta fue reconocida en  2011 por los Premios Holcim que promueven la innovación en construcciones sustentables.

Tras cinco años continuos de “Picnic en tu río” y de insistencia ante las autoridades para rescatar los ríos, finalmente el esfuerzo rindió frutos y este año la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, junto con los titulares de la Agencia de Gestión Urbana (AGU), Jaime Slomianski Aguilar, y de la Autoridad del Espacio Público (AEP), Roberto Remes, se reunieron con Cuatro al Cubo con el propósito de anunciarles la creación del Parque Lineal Viaducto.

En un inicio, las autoridades sólo pretendían aprovechar los camellones de Viaducto y simplemente colocar focos azules de led para simular el cauce de un río y hacer recorridos virtuales con la finalidad de demostrar cómo era en el pasado esa área. El colectivo rechazo la idea y se propuso crear algo mucho más útil: un humedal demostrativo donde obtendrían agua del río, la limpiarían y probar así cómo se puede recuperar ese caudal.

El gobierno aceptó la propuesta pero fue más allá. La intervención creció para recuperar 1.6 kilómetros del Viaducto, desde la calle Unión hasta el cruce con Monterrey. 

La licitación fue lanzada por la Secretaría de Obras y Servicios a través de la propia AGU en junio pasado; el 21 de julio otorgó el fallo a favor de la empresa Irkon Holdings S.A. de C.V.

El presupuesto de esta obra fue de 76 millones de pesos para el proyecto integral y 4 millones más para la supervisión.