Según Our World in Data, a la fecha, 68.7 por ciento de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19

COVID-19, regresa el enemigo en este invierno

Ante el repunte de contagios de COVID-19 en China tras la flexibilización de sus medidas preventivas, gobiernos de todo el mundo plantean regresar a sus políticas sanitarias con el fin de proteger a su población de futuros brotes y evitar una nueva pandemia

Como sucedió en 2019, la atención mundial volvió a China por el registro de nuevos casos de coronavirus causante de COVID-19.

De acuerdo con datos de Our World in Data, los contagios en el gigante asiático ascendieron desde el pasado 7 de diciembre, fecha en la cual el Gobierno del presidente Xi Jinping ablandó sus medidas sanitarias.

Mientras que hace 14 días se detectaron 1.81 millones de casos acumulados, el 20 de diciembre fueron 1.90 millones; la cifra más alta registrada desde junio de 2020, cuando empezó el conteo de los contagios a nivel mundial.

En China, las medidas sanitarias se flexibilizaron cuando gran parte de su población decidió salir a las calles a manifestarse en contra con el argumento de que en vez de beneficiarlos, las políticas sanitarias los perjudicaban.

Los inconformes tomaron como ejemplo el caso de la ciudad de Urumqi, donde a finales de noviembre pasado, al menos 10 personas perdieron la vida durante el incendio de un edificio debido a que los bomberos se retrasaron en llegar al lugar de los hechos por las reglas de confinamiento que había en la urbe.

En cuanto se detectaban nuevos contagios de COVID-19, el gobierno chino ordenaba que las personas involucradas se quedaran en confinamiento estricto, llegando a cerrar incluso las calles en las que se encontraban.

Ante las protestas en contra de las medidas sanitarias, las autoridades decidieron suspender la realización de pruebas de COVID cada tres días para acceder a lugares públicos, el confinamiento de barrios y edificios y la cancelación de los códigos móviles de salud

Respecto a este panorama, la maestra Cristina Godos González, especialista en Asia y docente de la UNAM, considera que aunque el gobierno tomó esa decisión por el “hartazgo” de la gente, regresar a las medidas sanitarias podría perjudicar interna y externamente a la nación.

“Se podría volver a las medidas estrictas siempre y cuando los índices de contagios se aceleren estrepitosamente. Sin embargo, eso afectaría a China terriblemente en su economía y en su imagen frente al mundo (…) Habría más protestas por parte de su población, un control en su apartado de seguridad y una afectación interna en materia política”, subraya la académica.

Prevención internacional ante contagios de COVID-19 en China

Ante la situación de crisis sanitaria en la que se encuentra China, gobiernos de todo el mundo han considerado volver a instaurar medidas sanitarias con el fin de proteger a sus poblaciones.

Por lo que podría regresar el uso del cubrebocas así como los programas de vacunación en dado caso de que aún existan personas no inmunizadas.

Según Our World in Data, a la fecha, 68.7 por ciento de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, llegando a administrar 2 millones 320 mil 1dosis cada día

Óscar Abad Corral, internacionalista de la UNAM, opina que aunque en efecto se deberían establecer medidas preventivas, cerrar las actividades económicas por completo no es una opción.

“El fenómeno sanitario está teniendo ciertos repuntes, en este caso en China, y en ese sentido se esperaría que los Gobiernos empezaran a tomar medidas un poco más racionalizadas con las métricas suficientes para que puedan darnos un mejor funcionamiento de la sociedad.

“Si no tomamos acciones, correríamos el riesgo de tropezar con la misma piedra, lo que hablaría mal de nosotros como sociedad al no haber aprendido nada en los últimos años”
Óscar Abad CorralInternacionalista de la UNAM

Desde su punto de vista, para la sociedad a nivel mundial, ya no tendría que ser ninguna sorpresa regresar a ciertas medidas preventivas, como así lo fue hace tres años, cuando se experimentó por primera vez el cierre de edificios y establecimientos para evitar mayores contagios.

También se empezó a solicitar un comprobante que avalara que cada persona había sido vacunada contra el coronavirus, lo que le permitía tomar aviones y entrar a lugares públicos y cerrados.

“Aunque puede sonar lejano lo que suceda en el país asiático, indudablemente va a tener repercusión en todas las latitudes en espera de que el resto de los gobiernos empiecen actuar lo más pronto posible.

“A pesar de que el número de contagios en ciertos países pueden ser menores al de China, eso no quita la responsabilidad de sus autoridades de proteger a sus poblaciones”, recalca Abad.

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