El costo para que las celebridades se presenten en eventos particulares dibuja un panorama esclarecedor acerca del dinero invertido por las autoridades en este tipo  de eventos. Foto: Especial

Conciertos públicos, el nuevo proselitismo en Nuevo León

En el ‘nuevo Nuevo León’, las ´presentaciones públicas de cantantes en festejos masivos se están convirtiendo en una forma de ganar adeptos y hacer política, todo con cargo al erario público

Los conciertos públicos en Nuevo León van al alza. Tanto la administración estatal como las municipales han optado por ofrecer este tipo de eventos a la población, especialmente en días festivos, derrochando dinero del erario público en escenarios, equipos de audio e iluminación, sin olvidar los altos costos que cobran los artistas por presentación.

Uno de los casos más sonados es el llamado “Macro Fest”, espectáculo musical mensual auspiciado por la administración de Samuel García, y que en sus hasta ahora tres ediciones ha reunido a artistas como Santa Fe Klan, Kumbia Kings, Los Ángeles Azules y Café Tacvba.

El costo para que ellos y otras celebridades se presenten en eventos particulares dibuja un panorama esclarecedor acerca del dinero invertido por las autoridades en este tipo  de eventos.

Una presentación del rapero guanajuatense Santa Fe Klan puede costar entre uno y dos millones de pesos, mientras que Los Ángeles  Azules suelen cobrar entre 500 mil y un millón de pesos por actuación.

Municipios replican estrategia

Sin embargo, la “fiebre” por la música en vivo no sólo tiene cabida en el gobierno estatal.

Administraciones municipales como las de Apodaca y Monterrey organizaron mega eventos con motivo del Día de las Madres y del Día del Maestro, contratando para ellos a agrupaciones musicales cuyos honorarios oscilan entre los 100 mil y un millón de pesos.

Sin ir más lejos, la administración de César Garza Villarreal, en Apodaca, anunció 12 eventos de este tipo en los que se presentarán artistas como JLB y Compañía, Salomón Robles, Banda La Treviñosa, LMT y La Sonora Dinamita; cuatro de ellos fueron pospuestos de acuerdo con lo que se comunica en sus páginas de Facebook.

Para el festejo del Día del Maestro, el municipio de Apodaca tiró la casa por la ventana.

El lugar elegido para llevar a cabo el evento fue la Arena Monterrey, recinto cuya renta diaria ronda el medio millón de pesos; ahí se presentaron artistas como Edén Muñoz, exvocalista de Calibre 50, así como Los Ángeles Azules.

Como ejemplo, el costo aproximado de un evento similar, por el Día del Maestro, realizado en 2022 en Apodaca fue de, según datos obtenidos vía transparencia, 10 millones de pesos. Este festejo contó con la presencia del grupo Bronco y la cantante Gloria Trevi.

En este evento del Día del Maestro se rifaron tres automóviles entre los asistentes, premios cuyo costo aproximado, con cargo al erario público, representó casi el 50 por ciento de lo otorgado mensualmente a la Secretaría de las Mujeres en 2023.

El municipio de Monterrey, gobernado por el emecista Luis Donaldo Colosio, no se queda atrás.

La celebración del Día de las Madres contó con artistas más “conservadores”, pero también más costosos, destacando el caso de Raúl Di Blasio, Tania Libertad y Francisco Céspedes, entre otros.

Aunque no se transparentaron las cifras oficiales, el precio para que este trío de artistas pudiera presentarse en el evento municipal sobrepasa el millón de pesos; dicho de otra forma, a algunos se les pagó por una presentación equivalente a la aportación mensual a la Cruz Roja, según la Ley de Egresos.

Para el Día del Maestro, cuyo festejo se realizó en la Arena Monterrey, la administración de Colosio Riojas rifó 164 laptops y 50 pantallas, regalos que, de acuerdo con su precio en el mercado,  pudieron sumar más de medio millón de pesos en costo para el municipio.

La cercanía de estos eventos millonarios al año electoral hacen pensar en una nueva modalidad de proselitismo, dejando atrás la entrega de despensas, camisetas y otros artículos y ofreciendo en cambio la presentación de reconocidos artistas, una práctica que ya es común en Nuevo León.

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