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Blindaje cero en confusa balacera

El pasajero de un vuelo proveniente de España podría ser la clave para entender la balacera que dejó tres policías federales muertos en la zona de comida rápida de la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El sospechoso que arribó a la Ciudad de México en un vuelo comercial y con un equipaje en el que presuntamente transportaba droga o dinero, iba a ser detenido por Policías Federales, quienes fueron sorprendidos por otros uniformados que se desempeñaban como escoltas del viajero que sería detenido.

En 2008, a raíz de la captura de Jesús Zambada García, “El rey Zambada”, quedó al descubierto una estructurada red de federales al servicio del Cártel de Sinaloa en el Aeropuerto
La refriega detonó las interrogantes en torno al papel de los federales: ¿Iban a detener o estaban protegiendo a un narco?

El pasajero de un vuelo proveniente de España podría ser la clave para entender la balacera que dejó tres policías federales muertos en la zona de comida rápida de la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El sospechoso que arribó a la Ciudad de México en un vuelo comercial y con un equipaje en el que presuntamente transportaba droga o dinero, iba a ser detenido por Policías Federales, quienes fueron sorprendidos por otros uniformados que se desempeñaban como escoltas del viajero que sería detenido.

El segundo grupo de uniformados abrió fuego contra los policías José Matadamas, Fidel Rojas y Jesús Pacheco, quienes murieron en la refriega que ocasionó pánico entre los usuarios de la terminal aérea que sólo atinaron a esconderse en negocios y entre las mesas.

Los uniformados que sirvieron de escolta del presunto narco que sería detenido se dieron a la fuga con el viajero a quien protegían.

Los federales José Matadamas y Jesús Pacheco quedaron abatidos en el lugar de los hechos, mientras que Fidel Rojas perdió la vida en el hospital.

Esa es la versión interna que corre entre algunos mandos de la Policía Federal: uniformados dispararon contra otros uniformados al servicio del narcotráfico.

Cuatro horas después de la balacera, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Policía Federal catearon cuatro locales de una casa de cambio con razón social “Prodira”.

Un grupo de unos 12 policías federales ingresó al local “Prodira Casa de cambio”, ubicada en el ambulatorio de llegadas de la terminal y revisaron papelería, desconectaron las cámaras de video y tomaron fotografías.

Dos de los locales asegurados se ubican en el segundo nivel de la terminal aérea, junto a la puerta siete; los otros están en la planta baja del inmueble.

La PGR y la SSP evitaron corroborar la relación entre los cateos realizados a la casa de cambio y la balacera ocurrida por la mañana.

Otra vez la teoría de delincuentes disfrazados de policías federales surge en los hechos que cimbraron la mañana de ayer al AICM y a sus usuarios.

Lo cierto es que la balacera entre policías y narcotraficantes rompió el cerco que mantenía blindado al AICM de las balaceras y muertos que cotidianamente se registran en otras zonas del país.

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal que encabeza Genaro García Luna, hasta el cierre de la edición no  comentó sobre la presunta investigación que sus muchachos realizaban en la  zona.

A través de un escueto comunicado de prensa, sólo informó que los agentes, quienes “realizaban trabajos de investigación se trasladaron para realizar el aseguramiento de probables respondables vinculados con el delito de tráfico de drogas, en la terminal 2 del AICM, al verse rodeados por la Policía Federal, se realizaron disparos con arma de fuego contra los efectivos federales”.

Policías federales ¿víctimas o victimarios?, es la interrogante que podría esclarecerse mediante la difusión del video que captaron las cámaras del aeropuerto.

También se despejarían dudas mediante el oficio de comisión para saber qué hacían en ese lugar los agentes abatidos en el Aeropuerto, uno de los cuales vestía de civil.

En tanto, la tarde de ayer,el vocero de la Policía Federal, Josè Ramón Salinas, dio a conocer que ya se tenían identificados a dos de los agresores responsables del crimen de los federales, a través de la revisión de las imágenes obtenidas de las cámaras. No dio más detalles.

Narco en el AICM, capítulo olvidado

La balacera detonó las interrogantes en torno al papel de los policías federales en el Aeropuerto de la capital.

¿Iban a detener o estaban protegiendo a un narco? 

No sería la primera vez que los muchachos de García Luna operan con uniforme a favor de la delincuencia organizada.

En 2008, a raíz de la captura de Jesús Zambada García, “El rey Zambada”, quedó al descubierto una red bien estructurada de federales al servicio del Cártel de Sinaloa que operaba en el Aeropuerto de la Ciudad de México.

De esa investigación polémica se desprendió una cacería de policías al servicio del narco.

De acuerdo con testigos –narcos que luego sirvieron como testigos– se supo que agentes de la Policía Federal, en su mayoría ex AFIS, formaron una red de protección en las dos terminales aéreas del AICM para apoyar la recepción y envió de cargamentos de cocaína y dinero.

El famoso testigo conocido con la clave “María Fernanda” fue quien exhibió la extructura y el modus operandi de los elementos federales en la nómina del narcotráfico.

María Fernanda fue quien puso en la mira a “Edwin Said Gonzalez Isaías”, un agente de la AFI, encargado del aeropuerto.

El testigo apoyaba a la organización del Rey Zambada a “sacar maletas con cocaína de la terminal, hacía detenciones en el mismo aeropuerto para nosotros, ayudaba dándonos protección hasta la salida cuando bajábamos un avión con coacína, por lo que se le pagaba 10 mil dólares mensuales”, declaró María Fernanda.

A raíz de esa averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/0350/O8 se ubicó la terminal 2 (donde ocurrió la balacera y muerte de los tres efectivos) como el punto de las principales operaciones del tráfico de droga.

Junto a la terminal 2 se ubican las compañías llamadas “Aviones S.A de C.V”, con acceso directo al aeropuerto, donde se resguardaba y se le daba mantenimiento a la flota del cártel, según lo plasmado en aquellas declaraciones.

Mucho por explicar

Han pasado cuatro años de aquella operación que dejó al descubierto la red de complicidades en el AICM; aunque muchos de aquellos policías involucrados fueron detenidos, ¿hasta dónde se puede garantizar que llegó la depuración de los cuerpos policiacos a cargo de la seguridad de la terminal aérea más importante del país?

Otra vez, el titular de la SSP federal, Genaro García Luna vuelve a colocarse en el ojo del huracán, el hombre de toda la confianza del presidenre Felipe Calderón  tiene mucho qué explicar respecto al papel que hacían sus muchachos en el aeropuerto.

Podría empezar por aclarar de qué división eran, para saber a que mando habría que responsabilizar en todo caso, de las fallas que ayer desencadenaron la muerte de los tres efectivos.

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