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El narco, detrás del homicidio de española

El secuestro y homicidio de la ciudadana española María Villar Galaz podría tener conexión con células del cártel de las drogas. De acuerdo a fuentes de la PGR, el plagio que ocurrió en la ciudad de México y concluyó en el Estado de México, podría atribuirse a un grupo de secuestradores que 

colabora con La Familia Michoacana.

 

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grupos delincuenciales dedicados al plagio actúan en la capital del país

El secuestro y homicidio de la ciudadana española María Villar Galaz podría tener conexión con células del cártel de las drogas. De acuerdo a fuentes de la PGR, el plagio que ocurrió en la ciudad de México y concluyó en el Estado de México, podría atribuirse a un grupo de secuestradores que 

colabora con La Familia Michoacana.

 

Las primeras líneas de investigación, trazadas desde la Procuraduría General de la República, apuntan a la posibilidad de que el plagio haya sido cometido por integrantes de la banda que lidera José Luis Valencia Arzate “El Chuky”.

 

Él fue una de las cabezas que se quedaron al mando del Cártel de Los Caballeros Templarios luego de la caída del entonces jefe de ese grupo criminal, Servando Gómez Martínez “La Tuta”, compartiendo el poder con Homero González “El Gallito”, del que finalmente se distanció.

 

Otra línea de investigación que se sigue desde la Procuraduría de Justicia del Estado de México apunta a la posibilidad de que el secuestro y asesinato de María Villar Galaz, haya sido cometido por el grupo de José Ángel Casarrubias Salgado, hermano de Sidronio, principal indiciado por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.

 

La banda de Los Sapos Guapos, grupo delictivo que comanda José Ángel, es el responsable de la mayoría de los secuestros que se han registrado en la zona que conforman los límites de los estados de Guerrero, Puebla, Morelos y el Estado de México.

 

De acuerdo a datos del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos A. C., en nuestro país operan al menos 850 bandas de secuestradores que actúan bajo la estructura de un cártel, en donde las células no se conocen y operan de forma independiente por órdenes que descienden desde la cúpula.

 

Pero para la PGR, en la capital del país, en donde se registró el secuestro de la española que terminó asesinada en el Estado de México, operan al menos 23 bandas delincuenciales dedicadas al plagio. El mayor número de ilícitos se atribuye a la banda de José Luis Valencia Arzate, Los Chukies, y a la de los Sapos Guapos, de José Ángel Casarrubias Salgado.

 

A la alza, el secuestro

 

Otras bandas de secuestradores que operan en la Ciudad de México, según registros de la PGR, son El Tío, El Israel, El Gato, El Erick, El Garrocha, El Espinky, El Huesos, El Amador, Los santeros y la del Gumi, que junto con Los Chukies y Los Sapos Guapos, sólo en este año han cometido al menos 30 de los 34 secuestros reconocidos por el Sistema Nacional de Seguridad Pública. 

 

Para el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el secuestro es uno de los delitos que no se ha podido contener en lo que va de este año; según su reporte nacional de incidencia delictiva, con corte al 31 de agosto pasado, este 2016 se han registrado un total de 710 secuestros en todo el país. 

 

El 42 por ciento de los secuestros reconocidos por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) fueron cometidos en las cinco entidades en donde las autoridades locales saben de la presencia de 

Los Chukies y Los Sapos Guapos, ligados principalmente con los grupos de La Familia y Los Guerreros Unidos.

 

Los Sapos Guapos… y solidarios

 

La banda de secuestradores Los Sapos Guapos, formada en abril del 2014, según fuentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), tiene como única función ayudar al financiamiento del cártel de Los Guerreros Unidos.

 

El objetivo de los secuestros es lograr fondos que se destinan al pago de la defensa legal de todos los detenidos de esa agrupación, entre ellos Sidronio Casarrubias Salgado, acusado de haber participado en la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero.

 

Con fondos de los raptos, Los Guerreros Unidos financian también la defensa legal de por lo menos 230 integrantes de ese cártel, que actualmente se encuentran bajo proceso penal acusados de delincuencia organizada y fomento al narcotráfico, y que mayormente se encuentran en las cárceles estatales de Guerrero, y en las federales de Puente Grande, Nayarit, Matamoros y Almoloya.

 

Se presume que esa organización criminal opera desde las prisiones en donde están recluidos Sidronio, Mario y Adán Zenen, quienes –de acuerdo al CISEN- bajan las órdenes a las células a través de su hermano José Ángel, al que se le atribuye la participación en el secuestro y asesinato de María Villar Galaz.

 

Los Chukies, desplazados pero siguen muy activos

 

La banda de secuestradores Los Chukies, bajo las órdenes de José Luis Valencia Arzate, es el grupo criminal al que la PGR le atribuye la mayoría de los 16 secuestros que han ocurrido en Michoacán en lo que va del año. También de al menos la mitad de los 12 secuestros ocurridos en Jalisco hasta el 31 de agosto pasado.

 

Pero la mayor operatividad que ha registrado esa banda de secuestradores, según datos de algunos comandantes  de los grupos de autodefensa en Michoacán, se ubica en el Estado de México, hacia donde se han desplazado esas células tras la lucha frontal que han confrontado con los civiles armados.

 

Entre los estados en donde Los Chukies operan con mayor intensidad, dijo un comandante de los Autodefensas, está Guanajuato, en donde en lo que va de este año han cometido siete secuestros; en Querétaro, 4 plagios, y en Colima han secuestrado a tres personas.

 

La presencia de Los Chukies también se ha detectado en la Ciudad de México, donde la PGR presume que ese grupo delictivo ha tenido participación en secuestros coordinados con otras bandas, como El Cártel Federal, El Cártel de la Charola y La Hermandad.

 

La estructura de mando de Los Chukies se atribuye principalmente a José Luis Valencia Arzate, pero también tienen injerencia otros miembros de La Familia Michoacana que en su momento formaron parte del Cártel de Los Caballeros Templarios, como Ignacio Rentería Andrade “El Cenizo”, Nicandro Barrera Medrano “El Nica” y Gerardo Orozco Flores.

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