Ambulantes: ¿La tercera es la vencida?

Sin éxito, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha intentado en más de una ocasión limpiar de comerciantes ambulantes a las instalaciones del Metro.

En otros ejercicios, igual que ahora lo intenta el GDF, se han destinado millones para entregarlos a través de becas a fin de hacer desistir a miles de que vendan sus productos dentro del Sistema de Transporte Colectivo.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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Millones de pesos destinará el GDF a becas para integrar a la economía formal a los ambulantes
El STC Metro logró un convenio para transferir recursos al Programa Estratégico de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa con la finalidad de liberarse del comercio informal
Las secretarías capitalinas de Gobierno, Desarrollo Económico y el Sistema de Transporte Metro se coordinarán en el nuevo proyecto
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Sin éxito, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha intentado en más de una ocasión limpiar de comerciantes ambulantes a las instalaciones del Metro.

En otros ejercicios, igual que ahora lo intenta el GDF, se han destinado millones para entregarlos a través de becas a fin de hacer desistir a miles de que vendan sus productos dentro del Sistema de Transporte Colectivo.

Hoy por hoy, pese a las becas, los comerciantes comúnmente denominados “pasilleros”, “vagoneros” o “bocineros”, estos últimos cuando su actividad principal es la venta de discos compactos con música, siguen burlando al personal del Metro para continuar la vendimia.

Desde el 2008, la subsecretaría de Programas Delegacionales a cargo del hoy secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, realizó un censo de comerciantes informales al interior del Metro y contabilizó a 2 mil 856 personas ejerciendo esta actividad.

Ya desde ese año, durante el sexenio de Marcelo Ebrard Casaubón, se puso en marcha el primer intento para regularizarlos a través del “Programa de Regularización del Comercio Ambulante en las Instalaciones y Material Rodante del Sistema de Transporte Colectivo”.

Pese al dinero, las becas y permisos para explotar negocios que se les han entregado, los ambulantes siguen ahí sin que nadie pueda sacarlos de los pasillos y los vagones del Metro.

Ni la persecución ni la represión de la que son víctimas por parte del personal de seguridad del Metro han logrado frenarlos.

Por eso es que en este último intento el STC Metro, a cargo de Joel Ortega Cuevas, logró un convenio para transferir recursos con cargo al presupuesto 2014 a favor del Programa Estratégico de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa con la finalidad de propiciar la liberación del comercio informal.

En la sesión extraordinaria de febrero de 2014, el Consejo de Administración del Metro analizó que entre otros muchos factores, los comerciantes ambulantes del Metro están enraizados en las instalaciones por la dificultad para conseguir empleo en otras actividades; porque es la única habilidad o conocimiento que tienen y por la facilidad para involucrar a otros miembros de la familia en la actividad y paralelamente acrecentar el ingreso y el cuidado familiar.

Además de que vender en el Metro les permite una flexibilidad laboral: sin horario fijos, sin tasas impositivas y productos de temporada de fácil comercialización.

Esta vez, la administración del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, intentará sacarlos del Metro para cumplir a los ciudadanos que aceptaron el cambio de la tarifa, pero que demandaron el retiro de los ambulantes.

De la mano de la Secretaría de Gobierno de Héctor Serrano; del STC Metro, de Joel Ortega, y de la Secretaría de Desarrollo Económico, de Salomón Chertorivski, esta vez la autoridad local busca que los ambulantes se inserten a la economía formal.

Y tomarán como ejemplo las experiencias de otros programas de reordenamiento del comercio informal, como los que se ejecutaron en el Centro Histórico (pese a que hoy siguen luchando contra los llamados toreros) como en el atrio de la Basílica de Guadalupe, así como otras áreas de la capital.

“El programa para la integración a la economía formal de los comerciantes al interior del Sistema de Transporte Colectivo, es una acción del Gobierno de la Ciudad que se nutre de las experiencias obtenidas a través de los programas de reordenamiento del comercio informal”, detalla el convenio que dio paso a la liberación de 40 millones de pesos destinados a becas para este sector. 

Los otros millones

El intento de hoy para sacar a los ambulantes del Metro tiene antecedentes:

En diciembre de 2008 y mediante el acuerdo IV-2008-III-2 se aprobó el Programa para evitar el comercio ambulante en el Sistema de Transporte Colectivo, mediante el cual se autorizó a la Dirección General del STC para tramitar ante la Secretaría de Finanzas la transferencia de 9 millones de pesos a la Secretaría del Trabajo, para que realizara cursos de capacitación y otorgara becas para la integración de sociedades cooperativas con personas registradas como vendedores ambulantes del STC.

Ese acuerdo fue modificado por el propio Consejo en la sesión del 24 de marzo de 2010:

En esa ocasión, se autorizó al STC la transferencia de 40 millones de pesos (la misma cantidad destinada por Joel Ortega a la Sedeco hace unos días) a la Secretaría del Trabajo para cursos de capacitación, becas y la integración de cooperativas entre los ambulantes.

Pese a lo acordado en el Consejo de Administración, el STC transfirió solo 7 millones 879 mil pesos en los ejercicios 2010 y 2012.

Además, establece un recuento de esta problemática del propio STC, se otorgaron permisos administrativos temporales revocables a cinco cooperativas constituidas y capacitadas por un total de 99 locales comerciales en las estaciones Cuatro Caminos, Pantitlán, hidalgo y Martín Carrera.

Y los ambulantes siguen ahí…

En esta última intentona de la autoridad por sacarlos del Metro, aproximadamente 2 mil de estos ambulantes aceptaron empadronarse ante la Sedeco del DF para recibir la “beca” de mil pesos quincenales.

Otros tantos siguen manifestándose en las calles y se rehúsan a dejar la venta en vagones y pasillos del Metro. 

Muchos ya cobraron el dinero de la “beca”, habrá que ver cuántos acuden a los cursos para integrarse a la economía formal, a finales de marzo.

Porque en más de una ocasión, los ambulantes ya le han demostrado a las autoridades capitalinas que son un pulpo de mil tentáculos. Basta con recorrer algunas calles del Centro Histórico que, en teoría, deberían lucir despejadas.

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