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Adictos a las armas

Aunque el discurso oficial del Gobierno de Jalisco asegura priorizar la prevención de la violencia y la delincuencia, los recursos empleados en adquirir armamento no parecen respaldarlo. 

La administración jalisciense se ha vuelto uno de los principales compradores de armas de todo el país, destinando a ello decenas de millones de pesos de su presupuesto.

La Consulta 2015 del INE arrojó datos sobre la inseguridad que perciben los niños y jóvenes en Jalisco
En el 2014, sólo Nuevo León superó a Jalisco en la inversión en armamento, por 67 millones de pesos, por 56 millones que gastó el gobierno local. En el 2015, el estado escaló al primer sitio
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Aunque el discurso oficial del Gobierno de Jalisco asegura priorizar la prevención de la violencia y la delincuencia, los recursos empleados en adquirir armamento no parecen respaldarlo. 

La administración jalisciense se ha vuelto uno de los principales compradores de armas de todo el país, destinando a ello decenas de millones de pesos de su presupuesto.

De acuerdo con los registros que transparenta la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), las adquisiciones de armas que realizó el Gobierno de Jalisco en los años 2014 y 2015, con el actual gobernador priista, Aristóteles Sandoval Díaz, fueron de las más cuantiosas entre las entidades federativas. 

Tan solo en el 2014, Jalisco tramitó compras de armas a través de la Sedena y su Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones, por 56 millones 806 mil 813 pesos, un monto que se colocó únicamente por debajo de Nuevo León, con operaciones por 67 millones 412 mil 485 pesos. 

Mientras que en el 2015, el gobierno de Sandoval Díaz se posicionó como el primer lugar nacional en gasto de armamento, con 25 millones 957 mil 91 pesos para ese rubro, superando a entidades como el Distrito Federal, con 18 millones 850 mil 361 pesos o el Estado de México, con 10 millones 499 mil 72 pesos. 

La Sedena señala que su Dirección de Comercialización es la “facultada para importar, exportar y enajenar armamento, municiones y material conexo.

“Con la finalidad de satisfacer las necesidades de los cuerpos de seguridad pública del país, las dependencias de la administración pública federal y empresas de seguridad privada”. Pero “esta dependencia únicamente funciona como intermediario entre proveedores y compradores”.

En contraste con este gasto público de Jalisco, en su discurso del 21 de julio de 2014, el gobernador  hacía énfasis en la necesidad de atacar a la inseguridad de forma integral.

“Iniciamos señalando que para nosotros la visión de la seguridad tiene que ver de manera integral. Solamente viéndolo de manera integral es como vamos a obtener nosotros resultados concretos, resultados óptimos y no solamente a través de la fuerza policial, sino desde cómo hacemos nosotros las acciones para prevenir el delito. 

“Para poder orientar a nuestros jóvenes a que puedan evitar caer en las adicciones o que caigan en las garras de la delincuencia organizada. Por eso es tan importante señalar este ejemplo que no todo es el tema policial”. 

En 2013 el Estado ya había erogado en este rubro 3 millones 501 mil 434 pesos, lo que eleva el gasto hecho por esta gestión a 86 millones 265 mil 339 pesos a septiembre de 2015. 

Récord batido

En el mandato del exgobernador panista de Jalisco, Emilio González Márquez, de 2007 a 2012, sus operaciones de compra de armamento ante la Sedena ascendieron a 68 millones 468 mil 65 mil pesos, según la institución federal.

Esto quiere decir que el actual gobierno de Sandoval Díaz ha superado ya el gasto en armas de todo el sexenio pasado en un 26 por ciento, aún antes de haber alcanzado siquiera la mitad de su periodo.   

Ese disparo en el gasto debe tener entre sus causas la habilitación del cuerpo policial mixto Fuerza Única Jalisco, integrado con oficiales estatales y municipales en una modalidad de mando único que hoy sigue vigente en el interior del estado, pero ya no en la metrópoli de Guadalajara, donde los gobiernos de Movimiento Ciudadano retiraron los agentes aportados. 

No obstante, apenas el 11 de enero de 2016, Sandoval Díaz insistía:

“Debemos de ir al origen del problema y no solamente ante la causa, el origen del problema es la falta de oportunidades para nuestros jóvenes, que no sean presa fácil de las garras de la delincuencia organizada, nos obliga a nosotros a generar más espacios de convivencia, orientarlos hacia la cultura, orientarlos hacia el deporte.

“Decían: ‘hay que educar a los niños para no castigar a los adultos’ y hoy es la visión, es la filosofía con la que estamos trabajando”. 

El temor por la caída de los jóvenes en “la delincuencia organizada” está sustentado.

Mientras crecía este gasto en armas hasta volverse de los más altos del país (se adquirieron al menos 5 mil 222 piezas), la Consulta Infantil y Juvenil 2015 del Instituto Nacional Electoral arrojaba resultados preocupantes para Jalisco. 

Un 3 por ciento de los niños de 10 a 13 años encuestados respondieron afirmativamente al reactivo “me obligan a formar parte de un grupo de delincuentes”, así lo hicieron 2 mil 494. 

Uno de cada tres niños en ese mismo rango de edad dijo que por donde vivía no había lugares de calidad para divertirse y hacer deporte (33.1 por ciento); y uno de cada cinco respondió que en su escuela o por donde vive les ofrecen drogas a niños y jóvenes (19.7 por ciento).

En el rango de edad de 14 a 17 años, un cuarto de los menores señaló que los jóvenes no tienen lugares adecuados para divertirse y hacer deporte (25.7 por ciento); un tercio que a él o a sus amistades les han ofrecido drogas (32.2 por ciento); y el 3.9 por ciento respondió “sí” al reactivo “me obligan a formar parte de un grupo de delincuentes”, así lo hicieron mil 285 de los consultados.

Es decir que, al hacer su Consulta, el INE se encontró directamente con 3 mil 779 menores de 10 a 17 años de edad en Jalisco, quienes se dijeron coaccionados para ser parte de un grupo delictivo en el estado. 

Ya la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014, indicaba que el 15.2 por ciento de los jóvenes de Guadalajara de 15 a 29 años había tenido la presencia en su vida de conductas delictivas, y el 13.7 por ciento del uso de mariguana, inhalantes u otras drogas; un 3.3 por ciento decía haberse ligado a una pandilla violenta.

Armas y confiabilidad

El Gobierno estatal ha dirigido más de 86 millones de pesos a la compra de armamento para los policías locales, sin antes haber garantizado plenamente la confiabilidad de esos oficiales que las portan, tanto en las fuerzas estatales como municipales, ni que su uso se dará en beneficio de la sociedad y no de grupos delictivos.

En diciembre de 2015 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indicaba que de los 20 mil 657 oficiales estatales y municipales que patrullan las calles de Jalisco, sólo 17 mil 354 aprobaron sus pruebas de confianza, y no los 3 mil 303 restantes que también siguen activos.  

El 14 de enero pasado, el gobernador Sandoval Díaz reconocía el incumplimiento que se mantiene en este sexenio de ofrecerle a la sociedad policías confiables:

“Necesitamos tener Policías fuertes ante un crimen que creció, que permeó en algunas de nuestras instituciones. Si bien hoy todos han sido evaluados, todavía hay policías que reprobaron exámenes de control de confianza y siguen vigentes en las corporaciones municipales, estatales, y algunas federales”.

“Necesitamos entonces tomar una decisión de tajo y en los próximos meses tener todos y cada uno de los elementos, dándole cumplimientos a los exámenes de control de confianza, y los que no hayan aprobado estén ya afuera a la brevedad de estas corporaciones”.