Victoria’s Secret: fantasía VS realidad

La firma de ropa interior se niega a cambiar su cánones de belleza y aceptar a mujeres trans o de tallas grandes, pero también deja de ser la favorita entre las jóvenes, por lo que tendrá que renovarse o morir

En el desfile más reciente de Victoria’s Secret se vivió un debut y despedida. Por una parte, un video proyectó la trayectoria de “el ángel más grandioso de todos los tiempos”, como agradecimiento y homenaje a Adriana Lima, quien renunció a sus alas en la pasarela. Por otra, Winnie Harlow, se convirtió en la primera modelo con vitiligo en aparecer en el Fashion Show.

En 1999, Lima llegó a la firma de lencería. En 2013 fue nombrada “la modelo más sexy del mundo”, según el ranking de Forbes, aunque ella no se considerara así. Hace un año publicó en su cuenta de Instagram: “No volveré a quitarme la ropa por una causa vacía”. Y este 2018 hizo valer las declaraciones que ya había revelado.

“Estoy cansada de las imposiciones, nosotras, como mujeres, no deberíamos continuar viviendo en un mundo con tales valores superficiales. No es justo para nosotras, y más allá de la justicia, es insano física y mentalmente”, adelantó.

En entrevista con Reporte Índigo, Eder Salamanca, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la publicidad ha tenido una función estereotipadora y la moda es clasista y sexista, por lo que aplaude la acción de esta modelo.

“Es aplaudible el reconocer que la mujer es más que un cuerpo bonito. Es una líder, una mujer empoderada y ese es un nuevo estereotipo que se tiene que estar fomentando en la publicidad. Ella debería considerarse como una mujer transformadora de la belleza”
Eder SalamancaExperto de la UNAM

Sin embargo, la salida de Lima rompe con las declaraciones del director de marketing, Ed Razek, quien en entrevista con Vogue se negó a integrar al desfile a modelos transgénero o de talla grande.

“¿Debería tener transexuales en el show? No. No, no creo que debamos. ¿Bueno, por qué no? Porque el show es una fantasía. Es un especial de entretenimiento de 42 minutos”, expresó.

“Ahora tenemos que entender que la sexualidad va más allá del sexo biológico, ya no podemos hablar de que una mujer es así solamente porque tiene vagina. Hablemos también de la identidad de género, cualquiera que viva como mujer tiene derecho a representarse como quiera. Ahora debemos dar cabida a todas las personas”, menciona el comunicólogo de la UNAM.

Las críticas no se hicieron esperar, al grado de que el ejecutivo de la firma de moda tuvo que pedir una disculpa pública que también levantó polémica.

“Para que quede claro, absolutamente elegiríamos una modelo transgénero para el show. Hemos tenido modelos transgénero que han venido a los castings y, como muchas otras, no lo lograron, pero nunca fue por su género”, dijo a través de un comunicado.

“Se trata de un embajador de la marca, alguien que la representa y que debe ser congruente con los valores. Su objetivo son las ventas, pero se le olvida que las marcas también comunican y esto genera un rechazo”, comenta el publicista de la UNAM.

Renovarse o morir

Estos mensajes negativos repercuten en las ganancias de la marca. Pese a las nuevas aperturas de tiendas, su participación en el mercado ha disminuido 28.8 por ciento de 2012 a 2017, según datos de la consultora Euromonitor.

“Hay dos niveles de consumo y hay que preguntarse quiénes se sienten realmente ofendidas, ¿las mujeres que consumen la marca o todas aquellas consumidoras simbólicas? En donde sí puede afectar es en la reputación e imagen, porque el consumidor real y simbólico es muy susceptible”, señala.

Victoria’s Secret dejó de colocarse como la favorita de las mujeres jóvenes. La firma no se ha adaptado al concepto de belleza actual ni a las demandas de inclusión, diversidad y feminismo, explica el especialista de la UNAM. La compañía tiene que aplicar la frase “renovarse o morir”.

“Podemos decir que es una marca vieja. Las marcas deben renovarse considerando el entorno comercial, pero sobre todo el social. Los valores son algo que deberían de tener en común con la sociedad, en esta época ya no podemos separarlos”, señala sobre la firma fundada en 1967.

La belleza es el valor por el cual ha apostado la casa de moda desde hace décadas y en los noventa fue su esplendor por los desfiles con modelos catalogadas como ángeles: blancas, rubias, con ciertas medidas corporales

“Los valores no se pierden, se resignifican como los conceptos, por ejemplo, el de belleza. Los valores que tenía en el 67 no pueden ser los mismos que los de ahora, que no todas las mujeres están de acuerdo con ese estereotipo. La marca puede conservar el valor de la belleza, pero resignificarlo en la actualidad”, propone Salamanca.

Intentos fallidos de inclusión

El 8 de noviembre, al Victoria’s Secret Fashion Show 2018 llegó por primera vez una modelo con vitiligo entre las más de 40 mujeres que desfilaron. Se trata de la canadiense Winnie Harlow, de 24 años.

“Hay que tener cuidado de no caer en cuerpos bonitos, hay que hablar de cuerpos bellos. La belleza es un concepto más poderoso que habla de autoestima, independientemente de la raza, el sexo, el género, la identidad”, expresa el experto.

La aparición de Harlow en la que es considerada la pasarela más importante representa apenas un primer paso.

“Qué curioso que nada más pongan a una modelo de todas las que hay en una pasarela. Hay que incluir a las mujeres, pero hay que incluirlas a todas, no solamente a una. La diversidad está en representarlas a todas”, argumenta el especialista en publicidad.

Desde 2011, dos modelos llegaron a la pasarela luciendo su embarazo. Se trata de Lily Aldridge y Alessandra Ambrosio, cuando otras mujeres optaban por abandonar temporalmente el mundo de la moda durante el periodo de maternidad.

“Es sólo una campaña, no se hace desde la comunicación integral de la marca. Hay que tener cuidado de no caer en la cultura de las tendencias, tienen que ser constantes y resolver el problema desde la estructura”, comenta Eder Salamanca.

Victoria’s Secret apenas está en la etapa de visibilizar las diversidades. Aún le falta llegar al segundo paso que es reconocerlas y entenderlas para, finalmente, alcanzar la inclusión con un nivel de alcance en su totalidad.

Para el publicista, la marca necesita entender el concepto de la inclusión para integrar, no para discriminar.