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Un nuevo compañero

Interactuando con Root, un pequeño robot, es como los alumnos aprenderán conceptos básicos de programación. Este nuevo compañero de clases utiliza un programa llamado Square para dar instrucciones al pequeño robot. En el proceso, los niños, aprenden conceptos básicos de programación.

Si preguntamos a un estudiante qué quiere ser de mayor es poco probable que en sus vocaciones esté “informático” o “programador”. Sin embargo, las tecnologías de la información y, especialmente, la programación prometen ser de los sectores con más proyección laboral a mediano y largo plazo.

El precio de las primeras unidades será de 199 dólares y se espera que estén disponibles en 2017

Interactuando con Root, un pequeño robot, es como los alumnos aprenderán conceptos básicos de programación. Este nuevo compañero de clases utiliza un programa llamado Square para dar instrucciones al pequeño robot. En el proceso, los niños, aprenden conceptos básicos de programación.

Si preguntamos a un estudiante qué quiere ser de mayor es poco probable que en sus vocaciones esté “informático” o “programador”. Sin embargo, las tecnologías de la información y, especialmente, la programación prometen ser de los sectores con más proyección laboral a mediano y largo plazo.

Root, está “conectado” a los jóvenes estudiantes y les enseña a programar adaptándose a las habilidades de cada uno de ellos.

“Root es un robot muy interesante, puede moverse por la pizarra y dibujar, pero lo que lo hace poderoso son todas las formas en las que se puede programar. Los niños entienden cómo funcionan las consecuencias: ‘Si hago esto entonces pasa esto otro’. Ahora los niños pueden programar las consecuencias para su robot”, explica Radhika Nagpal, profesora en el Wiss Institute y miembro del equipo que ha desarrollado a Root.

Amiguito educativo

El cuerpo de Root es una figura hexagonal achatada rodeado de parachoques con un escáner en su parte inferior y recubierto de una superficie táctil en la superior.

Es capaz de sostener un rotulador para pintar con él y de adherirse magnéticamente a ciertas superficies, como por ejemplo las pizarras blancas.

Pero lo que convierte a este artefacto en una herramienta educativa es Square, una aplicación diseñada para ejecutarse en una tableta permitiendo que los estudiantes den instrucciones al robot y controlen su comportamiento.

Square puede ser utilizado en tres niveles de dificultad por los que los estudiantes deben ir a medida que aumenta su madurez y sus conocimientos en la materia.

El primer nivel sólo utiliza bloques gráficos para dar instrucciones simples, el segundo implica combinaciones cada vez más complicadas y el tercero permite programar libremente utilizando texto.

Al subir de nivel es posible crear programas con instrucciones cada vez más complejas para que el robot las ejecute. “Root es más que un robot para enseñar una clase, es una plataforma que se puede adaptar a distintos niveles de estudios, desde la guardería hasta la universidad”, explica Dubrovsky.

De uso sencillo

El sistema está diseñado para ser intuitivo y accesible para los niños, quienes no suelen tener problema para entenderse con las aplicaciones de tabletas y teléfonos móviles.

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