Turismo médico ¿la solución a todo?

Países como Tailandia, Israel, Jamaica, Singapur y Hungría destinan parte de sus recursos para fomentar que los extranjeros viajen para visitarlos. 

Su objetivo específico es que los turistas vayan para obtener servicios médicos de mayor calidad, a costos más bajos. Sin embargo, un estudio de la Universidad de York, en Reino Unido, sugiere que los beneficios podrían ser menores que los sacrificios para estas naciones.

Una investigación de expertos británicos sugiere que factores geopolíticos son cruciales para fomentar el llamado turismo médico

Países como Tailandia, Israel, Jamaica, Singapur y Hungría destinan parte de sus recursos para fomentar que los extranjeros viajen para visitarlos. 

Su objetivo específico es que los turistas vayan para obtener servicios médicos de mayor calidad, a costos más bajos. Sin embargo, un estudio de la Universidad de York, en Reino Unido, sugiere que los beneficios podrían ser menores que los sacrificios para estas naciones.

Los autores de la investigación mencionada niegan la creencia popular de que un gran número de personas está dispuesto a viajar más allá de sus fronteras para tener acceso a ciertos tratamientos. 

Y advierten que los países “deben tener cuidado de apantallarse con el atractivo de un mercado global de la salud, y de perseguir mercados que no existen”.

Neil Lunt, autor que encabezó este proyecto, señala junto a sus colegas que no existe evidencia de que el mercado para estos servicios esté creciendo. 

Y asegura que son los lazos históricos y la ubicación geográfica lo que realmente beneficia a algunos países.

“Los destinos de los turistas médicos se basan en factores geopolíticos como el colonialismo o patrones de comercio”, precisa el doctor Daniel Horsfall, del Departamento de Política y Trabajo Social de la Universidad de York.

Es por ello que ciudadanos de Medio Oriente van a Alemania o Reino Unido, y los de Europa Oriental visitan países como Hungría.

¿Qué es más importante?

Pero aún en países en los que el turismo médico llega en una cantidad considerable, sus efectos no son únicamente positivos.

En Israel, por ejemplo, donde solo en 2009 llegaron 23 mil extranjeros con fines relacionados a la salud, y se recolectaron 16 millones de dólares, el Ministerio de Salud tiene una nueva preocupación.

Yael German, cabeza de la entidad, podría establecer un límite de pacientes extranjeros para los hospitales, que según críticos asignan cada vez más habitaciones a estos y provocan que los nacionales deban esperar hasta meses para obtener un espacio.

Incluso existe el temor de que el sistema médico de Israel se haya dividido, y los mejores doctores y recursos se asignen a pacientes foráneos, con capacidad de pagar más que los ciudadanos del país, y estos sufran las consecuencias en la calidad de los servicios que se les ofrecen.

“El crecimiento en el turismo médico debe preocuparnos”, dice el abogado Elad Mann, quien considera que este tipo de turismo se ha convertido en “una industria que no tiene estándares ni vigilancia”.

Pero los hospitales rechazan la medida, argumentando que, si bien debe haber un equilibrio, sin los ingresos que obtienen del turismo médico muchos establecimientos sanitarios no podrían sostenerse. 

En el 2011 estos ascendieron a 33.5 millones de dólares.

Contra la crisis

Sin embargo, en algunos casos esta clase de turismo puede significar un muy necesitado estímulo para la economía.

España se considera un país emergente en este aspecto, ya que recibe entre 20 y 50 mil pacientes extranjeros cada año y hasta ahora ha recaudado alrededor de 75 mil millones de euros. 

Se espera que para 2015 esta cifra alcance los 128 mil millones.

Sus tratamientos para asistir la reproducción y cirugías plásticas lo colocan en los primeros lugares del mundo, compitiendo con países como Francia, Alemania, Estados Unidos, Brasil y Venezuela. Estas áreas son las más populares entre los turistas médicos de todo el mundo.

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