La exposición está conformada por 100 obras, entre obra pictórica, gráfica, fotografías, esculturas e instalaciones. Foto: Especial

Sumérgete en las instalaciones de Helen Escobedo en esta exposición

El Laboratorio Arte Alameda presenta una muestra que revisa la obra de la pionera de la instalación artística en México. Recrea cinco piezas a gran escala que invitan al público a interactuar

¿Qué es el espacio? ¿Cómo se crea? ¿Cuáles son las posibilidades de habitarlo? Esas fueron algunas de las preguntas que guiaron a Helen Escobedo (1934-2010) en su producción artística y que desembocaron en experimentos espaciales únicos, como se puede ver con sus esculturas públicas, instalaciones y objetos intervenidos.

Una selección de su obra se puede ver en la exposición Helen Escobedo: Ambientes totales que abrió ayer sus puertas al público en el Laboratorio Arte Alameda.

Considerada la pionera de la instalación en México, Escobedo es una artista conocida y aunque su obra es bastante difundida, la intención de esta exposición es atraer a nuevos públicos y repensar aspectos  de su trabajo artístico, según Lucía Sanromán, directora del recinto.

“Quizá ciertos aspectos de su trabajo nos ayuden a entender cómo es que esta artista, que comienza siendo figurativa, luego geométrica, muy asociada con el trabajo de la Ruptura, se vuelve representante del arte de instalación y cómo vincula su obra a una variedad de procesos sociales complejos, como la migración hasta temas de medioambientalismo”, dijo ayer Sanromán en el recorrido a medios.

La muestra Helen Escobedo: Ambientes totales se expondrá en el Laboratorio Arte Alameda, de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas

Conformada por 100 obras, entre ellas 80 piezas de obra pictórica, gráfica y escultórica, documentos, fotografías, y cinco instalaciones artísticas, la muestra invita a habitar y sumergirse en las piezas reproducidas específicamente para este museo que tiene como sede el Ex Convento de San Diego.

Esculturas transitables

Es el caso de su obra Corredor Blanco (1969), la primera instalación efímera y transitable que produjo la artista fallecida en 2010. La pieza, cuyos planos resguarda el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), consiste en un pasaje con marcos blancos que conduce a un espejo, el cual da una proyección hacia el infinito.

Esta instalación, explicó Paola Gallardo, curadora de la exposición, marca un antes y después en su producción artística, pues fue a partir de allí que la también gestora cultural se alejó de crear obra figurativa o de bronce para experimentar con geometrías tridimensionales.

En el montaje, este corredor conduce a otra faceta, cuando Escobedo empieza a explorar el espacio público, sus problemáticas y transformaciones.

“Es una etapa que tiene que ver con la urbe, qué pasa en estas ciudades, especialmente en el contexto de la ciudad de México. Empieza a tomar referencias muy puntuales de escaleras, cigarros, todas las cosas cotidianas que podemos ir viendo en la ciudad, moviéndose hacia todo aquello que no es tradicionalmente considerado bello, estético o que no puede entrar dentro del canon de arte”, sostuvo.

De acuerdo con la curadora, es ahí cuando la artista empieza a moverse hacia un arte más político y crea piezas sobre los problemas cotidianos de una ciudad, como la migración y la basura.

Ejemplo de esto es Los Mojados (2005-2010), que consiste en 12 figuras de alambre con impermeables, colgados de ganchos sobre un piso con piedras. Montadas en un espacio oscuro, las siluetas que asemejan fantasmas o seres anónimos hacen referencia al tránsito y desplazamiento de grupos de personas hacia otras ciudades, como sucede en la frontera de México y Estados Unidos, así como en otros países de Europa.

“Es un ejercicio muy interesante, donde el espacio, en vez de hacerse evidente y recurrir a sacarlo de su plano secundario, más bien desaparece. De ahí que el espacio sea negro y no sepamos donde estamos cuando entramos y nos remite a la condicion de ambiguedad identitaria por la cual pasa toda la gente que está migrando en la frontera México-Estados Unidos”, comentó Gallardo.

La exposición llega a la Ciudad de México después de haberse presentado en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), el año pasado

Su preocupación por el medioambiente

Muerte de la ciudad (1990), que consiste en una serie de carritos de basura con escobas y cascajo, es otra de sus instalaciones con trasfondo político. Ahí la artista plasma su preocupación  por la basura, visual o física, así como las repercusiones ambientales y sociales que acarrea la contaminación en una ciudad.

Según los archivos de Escobedo, la pieza original, montada en 1990, incluía una tonelada de cascajo del temblor del 85 y los carritos de basura fueron prestados a la artista por el servicio de limpieza de la ciudad. Para esta reproducción, los curadores tuvieron que mandar a fabricar los carritos y conseguir el cascajo.

Otra de las instalaciones que da cuenta de su preocupación por el medioambiente y fenómenos como el consumismo es Moda papalotera (2010), una instalación hecha en PVC negro, montada como una pasarela de moda aérea.

“Aquí es este humor mexicano, un poco negro, sobre la industria de la moda, que ella percibe como algo rídiculo, que tiene repercuciones económicas para el medioambiente y en la identidad de uno”, apuntó la curadora.

Finalmente, en la recién remodelada Capilla de Dolores del museo,  se exhibe la última pieza de arte instalación realizada por Escobedo en 2010, Hoy como ayer. Es una pieza que creó específicamente para ese espacio en el marco de una exposición para conmemorar el Centenario de la Revolución Mexicana.

La obra se asemeja a un tradicional monumento con cañones que se refleja sobre un espejo de acrílico que lo distorsiona. Una pieza creada para cuestionar la historia.

Según Paola Gallardo, la instalación actual tuvo que ser recreada, a partir de los catálogos que dejó la artista, pues los materiales originales ya no existían.

“Lo único que teníamos todavía eran unos rifles que usamos para modelar los nuevos. Ella fue partidaria de que fueran siempre objetos encontrados, que se puedan disponer y desechar fácilmente, no apostaba por el objeto como algo permanente, no le interesaba que se quedaran elementos para remontarse”, explicó la curadora.

Junto a estas cinco instalaciones a gran escala recreadas, se exhiben documentos, planos y fotografías que ilustran los procesos artísticos de cada pieza, así como fotografías y obra pictórica  de la artista.

Su mirada femenina

Sui generis, un bocho intervenido por  Escobedo en los años 70, fue una de las primeras piezas donde experimenta el arte como un ambiente envolvente y habitable. Además, ese Volkswagen, que da la bienvenida al público en esta muestra, es una de las obras que hacen referencia a sus vivencias como mujer, como madre.

“Su obra está llena de referencias de su vida, donde entran, por ejemplo, sus hijos, quienes nunca están explícitamente mencionados, pero están en todas partes. Por ejemplo, Sui generis, donde ella prácticamente vivió con sus hijos, Pedro y el lobo (libro objeto), que es un juego para niños, o Monumento a la leche materna, donde ves a un niño bebiendo leche de unas vacas”, comentó la curadora Paola Gallardo.

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