Rivelino, interviene la realidad mexicana con arte

El escultor Rivelino platica sobre La ciudad que habla y Tú, piezas que se presentarán en el parque La Mexicana y que invitan a la reflexión sobre el momento presente que la humanidad está viviendo, bajo las reglas de interacción de la llamada ‘nueva normalidad’
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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El artista jalisciense José Rivelino Moreno Valle, mejor conocido como Rivelino, busca, con sus obras, crear un lazo entre el espectador, su trabajo y él, un puente de manera artística, ya sea a través de una pieza matérica o intangible, que le permita entablar un diálogo con la sociedad para narrar un determinado momento histórico o una problemática.

Desde que tenía entre 15 y 16 años, cuenta, trabajó con distintos materiales como madera, bronce, plastilina, yeso, cerámica, acero, oro y plata, dependiendo de la emoción que busca transmitir, ya sea desde el relieve o desde la intervención del espacio público.

“Le he dedicado 25 años de mi vida a la exploración, a la documentación y la investigación del relieve. ¿Qué significa el relieve en la época contemporánea actual de las artes plásticas o de las artes visuales? ¿Cuál es su capacidad de comunicación? Digamos que eso es el 80 por ciento de mi trabajo, el estudiar el relieve y eso lo hago a través de muy diversos materiales”, platica el escultor en entrevista con Reporte Índigo.

Hay personas que esperan a que el que se está retratando u observando la calcomanía se vaya para acercarse, hay una especie de reacción, de trucos de distancia, un cierto orden implícito que hay que seguir. Creo que es un momento en el que podemos registrar y quedará registrado el cómo nos comportamos distinto
RivelinoEscultor

El otro 25 por ciento se lo dedica a la intervención del espacio público, que siempre busca hacerlo en una coyuntura que tenga que ver con libertades, ya sean de expresión, de tránsito o de igualdades, tratando de que su obra incida en un momento en el presente e interactúe con la manera en la que se está viviendo determinado momento o problemática social.

“Hay muchos artistas que trabajan en algún momento de su vida el relieve, pero no toda su carrera, sin embargo, estamos rodeados todo el tiempo todo el tiempo de ellos y no nos damos cuenta, la mayor parte de la historia de la humanidad se redactó así, ya sea en templos egipcios o en piedras como la Piedra Rosetta, nosotros tenemos seguramente una moneda que tiene un relieve, es tan cotidiano que no nos parece relevante, pero el inconsciente y el inconsciente colectivo están profundamente relacionados para entenderlo”, considera el artista.

Rivelino cree que a través de él, que es una forma de la escultura, puede transmitir muy directamente ciertas emociones de manera clara; entonces, dependiendo de cuál sea la emoción que está trabajando, utiliza determinado material, para que esto coadyuve para comunicar de mejor manera la idea.

El gran laboratorio de Rivelino

Con la intención de ser uno de los primeros artistas en ver cómo la gente interactúa con el arte bajo las reglas de la llamada “nueva normalidad”, Rivelino intervino el parque La Mexicana, ubicado en la zona poniente de la Ciudad de México, con la pieza de soporte lingüístico La ciudad que habla.

Antes de llegar a México, esta intervención se realizó en Houston, Texas, Estados Unidos, a principios de mayo de este año, justamente cuando todos estaban confinados. En conjunto con las autoridades y el gobierno de aquella ciudad se colocó en banquetas, semáforos, bancas, museos y universidades.

“Ahí sólo eran frases que recibían al ciudadano después de la cuarentena, porque allá era casi obligatorio estar encerrado; entonces, había un día determinado donde todos podían salir y ese era el momento para el cual fue creado La ciudad que habla”, comparte el escultor.

Ahora, en La Mexicana se presenta una versión distinta por decisión de Rivelino. En Houston sólo eran ocho frases, como “Te extrañé”, “Que gusto volver a verte”, “¿Cómo has estado?” y “No es lo mismo sin ti”, entre otras, más como de bienvenida, mientras que en el parque son 35 frases colocadas en 300 calcomanías o estampas, de entre 20 centímetros y 25 metros de largo, que abarcan 20 hectáreas del lugar.

“Hay desde las muy pequeñas que te encuentras caminando, paseando en pequeños espacios del suelo, hasta muy grandes de 25 metros que fueron colocadas para que el espectador de los edificios que rodean La Mexicana pueda verlas, ya que hay gente que sigue confinada. Pusimos estas frases gigantescas donde puedes leer desde los condominios, por ejemplo, ‘La normalidad es una realidad individual’; es una exposición inmersiva de base lingüística”, aclara el artista jalisciense.

A partir de septiembre de este año, llegará al parque Tú, pieza monumental de Rivelino formada por dos dedos índices de bronce, cada uno pesa 15 toneladas. En 2015, la expuso en Londres, luego en 2017 llegó a la Macroplaza en Monterrey y todo 2018 estuvo en el patio mayor del Hospicio Cabañas. Nunca se ha presentado en Ciudad de México.

“Decidí que era un buen momento, porque parecía que la realidad alcanzaba al arte, esos son dos dedos índices separados por 1.5 metros que no se pueden tocar, siempre tiene que haber un tercero que entre en ese espacio y una a estos dos dedos. Tiene mucho que ver con que los humanos no podamos tocarnos y estemos separados, mínimo por un metro y medio”, describe.

El artista asegura que no le molesta que las personas interactúen con sus piezas a través del teléfono, nunca ha estado en contra del autorretrato, porque le parece que es increíblemente democrático.

“Es verdad que eso hacen en medio de los dedos, o se retratan así mismo siendo señalados o alguien los retrata siendo señalados dentro de mi obra, pero también no olvides que es una escultura material que está realizada en bronce, pintada con pintura de avión y es muy suave al tacto, muy lisita; entonces, la gente, la toca, la acaricia, sí hay un contacto físico, táctil, también con la obra”, indica.

La ciudad que habla está formada por 35 frases colocadas en 300 calcomanías o estampas, de entre 20 centímetros y 25 metros de largo

Tú se va a presentar, primero, con un espejo en el interior, que no va a permitir que la gente entre, como en otras parte del mundo, por el momento, para que no puedan estar tocando, pero conforme se vaya moviendo el semáforo, la pieza se irá liberando poco a poco, hasta que en algún momento sea como normalmente es.

“Lo que estoy haciendo es interviniendo la coyuntura que estamos viviendo, más allá de un espacio físico, es como un tubo de ensayo en donde puedes ver qué será del arte público, cómo se va a relacionar la gente con él. Yo que llevo 12 años haciéndolo en distintas latitudes, con diferentes ideologías y momentos políticos, religiosos y económicos, como artista es un momento histórico”, considera Rivelino.

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