Perros y gatos pasaron meses con sus dueños, lo que les produce ansiedad

Perros y gatos: amigos con ansiedad

Perros y gatos pasaron meses con sus dueños, quienes tuvieron que quedarse en casa debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la reanudación de actividades puede ocasionarles problemas de conducta

¿La nueva normalidad consiste en puertas arañadas, muebles mordidos, calzado masticado, ropa deshilachada o cojines desplumados? La ansiedad por separación ocurre en las personas, pero también en los animales, en especial mascotas como perros y gatos.

Durante el confinamiento por el coronavirus, mucha gente pasó mayor tiempo en casa y ahora, con la reanudación de actividades, perros y gatos resienten la ausencia.

“En mucha bibliografía se encuentra como angustia por separación, que en inglés es distress. Es una conducta de animales que, por no estar en contacto con el guardián, empiezan con problemas emocionales”, define la etóloga Josefina Martín Olcina, en entrevista con Reporte Índigo.

En la mayoría de los casos la ansiedad por separación ocurre porque perros y gatos se encuentran solos en casa. Entonces empiezan las conductas destructivas y autodestructivas.

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“Regularmente son vocalizaciones, todos los perros ladran y todos los gatos maúllan, pero son atípicas, por horas están aullando o gimiendo. Una eliminación inadecuada, que se hagan pipí y popó, especialmente perros adultos que están condicionados a hacer en un lugar. En los gatos sí hay esta evacuación, pero se debe a otras causas. O que empiecen a destruir cosas, normalmente cerca de las salidas o dañan a la misma puerta, se avientan contra los vidrios y eso es más peligroso. Pueden estar lamiéndose alguna parte de su cuerpo o mordiéndola, o estar todo el tiempo en movimiento o dejar de moverse”, detalla la conductista funcional.

Además de perros y gatos, otras especies también pueden experimentar conductas emocionales que llegan a ser patológicas.

“No es precisamente una angustia por separación, pero sí son conductas estereotipadas, por ejemplo, en caballos o aves en general, en animales que están en zoológicos”, comenta la también directora de la fundación Pet Concepts.

Sin embargo, los perros son más propensos que los gatos a la ansiedad por separación. No importa si son cachorros o adultos, siempre requieren reforzar vínculos.

“Los gatos, en teoría, son más independientes, animales solitarios, pero se vuelven muy dependientes de los humanos, especialmente todos aquellos que están en casa encerrados”, precisa la doctora en Ciencias de la Etología.

Enriquecer ambientes antes de salir

Las personas que salen de casa por varias horas deben tomar las medidas necesarias para preparar a los animales de compañía para pasar tiempo solos y evitar la ansiedad por separación.

“Se combina una falta sí, de no estar con el dueño, pero también de ambientes enriquecidos que no han procurado tener los guardianes de los perros y gatos”, menciona la maestra en Etología Canina y Felina, Josefina Martín Olcina.

Un ambiente enriquecido incluye todo el entorno y las interacciones. Así, hay que realizar medidas previas para que durante la ausencia, el animal pueda estar menos angustiado.

“Hay que hacer progresivamente la separación. Si de estar todo el día con ellos de repente nos vamos a desaparecer y van a estar solos, desde luego que va a haber una afectación y hay que empezar a planear cómo vamos a trabajar esto”, recomienda la activista por los animales.

Josefina Martín Olcina pide que, incluso al quedarse en casa, se mantengan las rutinas con los perros en cuanto a los paseos.

“Sacarlos, buscar lugares en los que puedan salir, que sean caminatas largas y ejercitarlos. Depende de la raza y del clima, pero si dejan un perro cansado en casa es más fácil que se duerma un buen rato y se deje de esa angustia”, sugiere.

La separación de perros y gatos debe ser progresiva. Por ello es importante empezar desde ahora, cuando mucha gente continúa quedándose en casa. No todos los animales van a reaccionar igual, pero hay que ver cuál será su respuesta para implementar un plan.

“Enriquecer un ambiente no significa hacer un bosque o una jungla en nuestra casa, parte de esto son los juguetes de rastreo, interactivos. Hay que ir aumentando los tiempos de juegos y de dejarlos solos para empezar a ver cómo va a ser la afectación”, aconseja.

Esta medida no sólo es parte de la prevención, también de la terapia. Hay que considerar el tamaño de la vivienda y cuántas horas van a estar solos.

“Cuando hablamos de angustia por separación es la falta de contacto con el dueño y puede ser que esté en casa, por ejemplo, si él está adentro y el perro o gato en el jardín. En la minoría de los casos es por no estar en contacto con otro compañero animal”, señala.

Este problema también puede darse a pesar de que haya gente en casa, porque puede ser que la persona con la que se sienten más apego salió o porque los animales están encerrados.

Lo que hay que evitar para animales con ansiedad

A veces la ansiedad comienza minutos antes de que el dueño se vaya de casa, por ello hay que evitar potenciar su nerviosismo al avisarle al animal, sobre todo a los perros. Lo mismo se debe hacer al regresar.

“Cuando tenemos un perro con angustia por separación, otra de las características es que va a presentar una sobreexcitación cuando llega el guardián. Mientras más tranquilos, mejor, porque así no estamos alimentando la emoción. Sí hay que acariciarlo, pero no en el momento en el que está con toda la explosión emotiva, hay que sentarlo y que se calme para empezarlo a saludar”, expresa Josefina Martín Olcina.

La especialista también advierte que regañar a los animales por las conductas autodestructivas agrava el problema de comportamiento.

Si el comportamiento es más grave tendrán que buscar a un veterinario o a algún etólogo clínico. Que un experto atienda el caso de cada perro o gato y haga el plan específico con las condiciones en las que vive
Josefina Martín OlcinaDoctora en Etología

“Lo que no se tiene que hacer es llegar y regañar, someter, gritar, golpear. Lo único que estamos haciendo es reforzar que el animal siga con esa conducta. Es un castigo que estamos adicionando al problema emocional que ya tiene y lo va a volver a hacer, porque en vez de calmarlo estamos incrementando el pánico”, informa.

En el periodo de ausencia tampoco hay que sobrealimentar a un perro o a un gato.

“A veces comen compulsivamente, porque es su forma de salvar su angustia y hay muchísimos animales que acaban con obesidad o con anorexia”, dice la experta.

En el caso de los gatos de casa, tampoco hay que dejarlos salir porque pueden contraer enfermedades, ser atacados por perros o los pueden atropellar.

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