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Patadas de ahogado

Los gigantes de refrescos ya no saben ni qué fórmula adoptar para sobrevivir en un mundo cada vez más consciente de que las bebidas azucaradas son sinónimo de obesidad, diabetes y cáncer.

Ahí están Coca-Cola y Pepsi, cuyas ventas han ido disminuyendo en los últimos años, y no les ha quedado de otra más que “reinventar” sus bebidas. 

A principios del 2014, llegó al mercado esa lata color verde bautizada como “Coca Cola Life”, en relación al edulcorante no calórico que contiene, la stevia, extraída de la hoja de la planta Stevia rebaudiana.

6.6%
cayeron las ventas de Coca-Cola el año pasado

Los gigantes de refrescos ya no saben ni qué fórmula adoptar para sobrevivir en un mundo cada vez más consciente de que las bebidas azucaradas son sinónimo de obesidad, diabetes y cáncer.

Ahí están Coca-Cola y Pepsi, cuyas ventas han ido disminuyendo en los últimos años, y no les ha quedado de otra más que “reinventar” sus bebidas. 

A principios del 2014, llegó al mercado esa lata color verde bautizada como “Coca Cola Life”, en relación al edulcorante no calórico que contiene, la stevia, extraída de la hoja de la planta Stevia rebaudiana.

Vendido como una bebida “baja en calorías”, un análisis de El Poder del Consumidor revela que una botella de 600 mililitros de dicho producto contiene 27 gramos de azúcar, equivalente a cinco cucharadas y media cafeteras de azúcar, que cubre de entre 77 y 108 por ciento del máximo tolerado de esta sustancia diaria para un adulto, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AHA, en inglés). 

Un mes después, PepsiCo anunció la llegada de “Pepsi True”, también endulzada con una mezcla de azúcar y stevia. El envase igualmente es color verde. 

Pero las compañías siguen dando patadas de ahogado. La nueva Diet Pepsi llega esta semana a las estanterías estadounidenses sin un endulzante artificial al que se le han atribuido múltiples efectos nocivos en la salud: aspartame. 

Se trata del “cambio más grande a la bebida en tres décadas”, reportó Bloomberg. Diet Pepsi ahora contiene una mezcla de sucralosa –Splenda– y acesulfamo potásico, también conocido como acesulfame K o Ace-K (Sunette y Sweet One). 

Mientras que Coca-Cola ataca por otro lado: la “ciencia”. 

De acuerdo con The New York Times, la compañía está financiando a “científicos influyentes” para promover en revistas científicas, redes sociales y conferencias, el argumento de que la epidemia de la obesidad en Estados Unidos responde a la obsesión por contar las calorías y el énfasis en el tipo de dieta (comida rápida y bebidas azucaradas). 

A través de la organización sin fines de lucro llamada Global Energy Balance Network, Coca-Cola busca convencer al público de que la atención debería dirigirse hacia la actividad física, como si dicho factor fuera suficiente para compensar una mala alimentación.

Shakespeare se ponía ‘high’

El dramaturgo inglés William Shakespeare se drogaba. Pruebas forenses de pipas de tabaco con 400 años de antigüedad halladas en el jardín de la casa del escritor de “Romeo y Julieta”, en el municipio de Stratfort-upon-Avon, en Reino Unido, revelan residuos de cannabis. Los objetos fueron analizados por científicos sudafricanos mediante una sofisticada técnica llamada espectrometría de masas y cromatografía de gases.

El ‘LOL’ ya caducó

En Internet, hasta la jerga pasa de moda. Las siglas de “Laughing Out Loud” (LOL) o muerto de risa están por ser cosa del pasado, de acuerdo a un análisis de Facebook, en el que se observó que la mayoría de los usuarios prefieren expresar que algo les pareció gracioso con un “jaja”, seguido de un “jeje” y una combinación de emojis de carcajadas. “Como cualquier ‘dialecto’, la risa electrónica está evolucionando”, señala una publicación de la red social.