Lento, pero seguro

Se dice que “El que come y canta, loco se levanta”, y el que come apresurado, se vuelve obeso podría ser un nuevo refrán.

El ritmo de vida acelerado, la falta de tiempo libre y los malos hábitos alimenticios han contribuido a que las personas desarrollen problemas de salud tales como sobrepeso y obesidad.

De hecho, este año, la Secretaría de Salud declaró estado de emergencia sanitaria por diabetes y obesidad en México. En el país, el 71.2 por ciento de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad.

Y la diabetes mata a más de 98 mil mexicanos al año.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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98,000
mexicanos mueren cada año por causas relacionadas a la diabetes
Comer rápido y hasta sentirse lleno triplica el riesgo de padecer sobrepeso, de acuerdo a British Medical Journal

Se dice que “El que come y canta, loco se levanta”, y el que come apresurado, se vuelve obeso podría ser un nuevo refrán.

El ritmo de vida acelerado, la falta de tiempo libre y los malos hábitos alimenticios han contribuido a que las personas desarrollen problemas de salud tales como sobrepeso y obesidad.

De hecho, este año, la Secretaría de Salud declaró estado de emergencia sanitaria por diabetes y obesidad en México. En el país, el 71.2 por ciento de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad.

Y la diabetes mata a más de 98 mil mexicanos al año.

Si se regresa el tiempo unos cuantos años, en la década de los 90, cuando apenas iba a salir al mercado el iPod y los efectos de las películas comenzaban a ser completamente digitales, se puso de moda un método de alimentación: slow eating (o comer despacio).

Y es que suena un poco simple, pero es una práctica que puede revolucionar completamente tu plan de nutrición y de alimentación, pues al comer despacio, las personas ingieren menos calorías, disfrutan más los alimentos y se sienten llenas más rápido.

Masticar los alimentos entre 20 y 40 veces ayuda al proceso de digestión y fomenta la convivencia entre los comensales.

Un estudio a cargo de la Universidad de Osaka, en Japón, analizó los hábitos alimenticios de 3 mil personas y concluyó que aquellas que se “devoraban” los alimentos tenían dos veces más riesgo de aumentar de peso.

La investigación –que fue divulgada por la revista científica British Medical Journal– reveló que hombres y mujeres tienden a consumir más calorías cuando comen rápida y aceleradamente. Mientras que las personas que comen despacio se sienten llenas más rápido e ingieren menos calorías, sobre todo a la hora de la comida.

Y las personas que además de devorar sus alimentos, “comen hasta sentirse completamente llenas, aumentan al triple las probabilidades de ser obesas”, indicó una publicación en BBC Mundo.

Por su parte, el profesor de la Universidad de Nottingham, Ian McDonald, señaló que comer rápido afecta el sistema de señalización que le avisa al cerebro que deje de consumir alimentos porque el estómago se está distendiendo.

McDonald agregó que “si uno come rápidamente está básicamente llenando el estómago antes de que la información gástrica tenga una oportunidad de generarse – uno podría estar rebosando la capacidad del estómago”.

“El viejo dicho de masticar cada bocado 20 veces (o más) puede ser verdad – si uno se tomara un poco más de tiempo, eso podría tener un impacto”, subrayó McDonald.

Y es que comer rápido no solamente afecta tu digestión y tu peso, también repercute en la producción de hormonas.

Esto debido a que comer rápido reduce la segregación de hormonas en el intestino, las cuales provocan la sensación de estar satisfecho, según científicos de la Universidad de Atenas.

Así que podrías comenzar por alimentarte sanamente en primer lugar y comer despacio.

A su vez, una publicación en la revista Appetite señaló que prolongar el proceso de masticar durante la comida provoca que se antojen menos los snacks durante la tarde.

Experiencia ‘religiosa’

Así como el slow eating está de regreso, la práctica mindful eating es una tendencia y una práctica cada vez más común, en la que la ingesta de alimentos se vuelve “una experiencia religiosa”, como dice la canción de Enrique Iglesias.

De acuerdo a The New York Times, “el mindful eating involucra que estés consciente del reflejo de urgencia que tienes de comer como Lucas Comegalletas (…). Resiste a esa urgencia. Deja el tenedor en la mesa. Mastica despacio. Deja de hablar. Concéntrate en la textura de la pasta, en el sabor del queso, en el color brillante de la salsa en el plato y el aroma que surge del vapor”.

‘Despacio’ en las posadas

Qué mejor oportunidad para poner en práctica un cambio en tus hábitos alimenticios que las fiestas decembrinas.

En las posadas, come despacio y distráete con los villancicos, así evitarás la ansiedad y la ingesta excesiva de alimentos, botanas y postres como los tradicionales churros rellenos.

Beneficios de comer despacio

No solo disfrutarás más el sabor de los alimentos, también evitarás aumentar de peso y disminuirás el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con los hábitos alimenticios.

• Mejor digestión porque masticas más los alimentos.

• Menos estrés porque te concentras en tu platillo y no en los pendientes que tienes en la mente.

    •    Mayor convivencia con otros comensales, porque disfrutas la plática durante el desayuno, la comida o la cena. Y te centras en la sobremesa y no en los snacks que comerás cuando vuelvas a la oficina.

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