‘Nomofobia’, ‘vibranxiety’, y más trastornos que provoca el uso excesivo del celular

El abuso en el uso de los smartphones puede traer consecuencias al organismo, al grado de tener que tomar medicamentos para mitigarlas

El celular se ha convertido en un artículo indispensable para la vida cotidiana. Ya sea para estar comunicado la mayor parte del tiempo o para el entretenimiento en redes sociales o videojuegos, por lo que muchos no saben es que puede causar problemas de salud por su uso excesivo.

Expertos señalan que los problemas derivados de su utilización son más comunes de lo que parecen y cada vez más personas los padecen. Aquí se enlistan algunas de las consecuencias.

DOLORES DE CABEZA

Si aparecen dolores de cabeza con regularidad y molestias detrás de un ojo, el causante puede ser el uso del teléfono inteligente.

Este padecimiento ha sido nombrado Text neck (cuello de texto). Además de los dolores de cabeza, este puede estar acompañado de tensión en el cuello, ocasionados por la mala postura a la hora de ver la pantalla, o molestias en brazos y hombros.

De no atenderse ese problema, podría derivar en una neuralgia occipital, la cual proviene de inclinar la cabeza para mirar continuamente la pantalla del celular. Esto crea una presión intenta en la parte trasera y delantera del cuello, que resulta en migrañas.

Para tratar la neuralgia occipital es necesario modificar la postura, realizar masajes en la zona afectada y tomar antiinflamatorios o relajantes musculares.

TRASTORNOS DE SUEÑO

Los periodos en que los adolescentes acostumbran utilizar los dispositivos electrónicos son en la noche y la madrugada, situación que impide dormir y descansar de manera adecuada, señala la especialista en trastornos de sueño Margarita Reyes Zúñiga.

Estudios demuestran que entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana es cuando más mensajes de texto son enviados por los jóvenes. De acuerdo con la investigadora, esta práctica resta horas de sueño, indispensables para la actividad cotidiana.

Las consecuencias de no tener un adecuado descanso son una somnolencia diurna excesiva y un aumento del apetito, por lo que no dormir bien puede llevar a padecer sobrepeso y obesidad.

Por su parte, Lorena Aguilar Arnal, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, asegura que es recomendable no utilizar el celular durante las dos horas previas a dormir, para tener un ciclo de sueño adecuado.

ALTERACIÓN DEL RITMO CARDÍACO

Además de los problemas metabólicos que puede traer el uso nocturno de los smartphones, Aguilar Arnal asegura que los el ritmo cardiaco se altera por la exposición de la luz o de leds, de las pantallas de los dispositivos.

La exposición a la luz en periodos nocturnos, asegura la investigadora, es como si el cuerpo fuera sometido a la luz solar por la noche y esto se procesa como si fuese de día; esto genera una desincronización general que evita que los ritmos circadianos sean robustos. La consecuencia se ve reflejada en tener a mediano plazo enfermedades metabólicas.

AISLAMIENTO SOCIAL Y ANSIEDAD

Usar el celular en momentos en los que se está entablando alguna conversación, provoca que se ignore al interlocutor, lo que deja al descubierto la dependencia que se tiene con el dispositivo.

Esta acción puede llevar a que las personas con las que nos relacionamos se molesten por dicha situación. No obstante, existen casos en los que las personas disminuyen su interacción interpersonal para pasar más tiempo con el dispositivo, interactuando en las redes virtuales o consumiendo contenidos de entretenimiento.

Sin embargo, cuando las personas que hacen uso constante del celular y por alguna razón lo olvidan o se alejan del equipo, pueden presentar un trastorno de ansiedad nombrado “nomofobia” (que proviene de la abreviatura en inglés ‘no-mobile’).

La nomofobia es el miedo a no poder consultar el Smartphone cada vez que se desea; porque se ha dejado olvidado o porque se le ha agotado la batería.

Otro trastorno muy común entre los dueños de teléfonos inteligentes, es el “vibranxiety”. Se trata de la sensación de haber sentido una vibración o haber creído escuchar el celular, a pesar de que este no hizo nada. También se le llama vibración fantasma.