No es magia, es la nueva arquitectura

La época en la que se competía por tener el edificio más alto ha quedado atrás. Ahora la ambición, innovación y enfoque de la arquitectura va más allá de lo imaginable, en donde las emociones y las experiencias sensoriales se han vuelto clave para la creación de conceptos.

Como la tendencia apunta a que en un futuro no tan lejano habrá menos personas trabajando de manera presencial en los grandes corporativos y consorcios, las mentes maestras de la arquitectura le están apostando a la creación de espacios personalizados para la clase laboral.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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"(Con la tecnología llamada ‘cobertura-nano’), se podrá transformar nuestra fría e insensible oficina en un entorno expresivo”
Derek Clements-Croome Universidad de Reading
"Cultivar fachadas vivientes podría enfriar las ciudades como lo hace un bosque, donde puedes encontrar arboledas frescas porque toda la evaporación permanece a tu alrededor”
Sean AffleckMake, firma de arquitectura
Las algas en los edificios son una de las opciones sustentables del futuro, pues absorben el 80% del gas, liberando oxígeno
Imagínate tan solo por un momento que al llegar a tu oficina, la pared te reconozca y en base al perfil que se haya archivado sobre ti, el ambiente y entorno cambiaran exclusivamente para ti, ese día

La época en la que se competía por tener el edificio más alto ha quedado atrás. Ahora la ambición, innovación y enfoque de la arquitectura va más allá de lo imaginable, en donde las emociones y las experiencias sensoriales se han vuelto clave para la creación de conceptos.

Como la tendencia apunta a que en un futuro no tan lejano habrá menos personas trabajando de manera presencial en los grandes corporativos y consorcios, las mentes maestras de la arquitectura le están apostando a la creación de espacios personalizados para la clase laboral.

No solo eso, la innovación también llega con la agricultura urbana en las oficinas, una de las propuestas arquitectónicas más fuertes. Piensa en verduras y frutas frescas listas para consumirse; eso será posible con alimentos cultivados en las paredes de las oficinas. 

¿Suena loco?, esto es el camino hacia la personalización del espacio.

¿Edificios comestibles?

Durante una conferencia impartida por el Consejo Británico para Oficinas de Trabajo, se hizo principal hincapié en los llamados “edificios comestibles”.

Este tipo de espacios “responderán a las necesidades de la gente, aumentará la cantidad de personalización, estaremos en control del entorno y seremos capaces de adaptarlo a nuestras necesidades”, apuntó Derek Clements-Croome, profesor emérito de la Universidad de Reading, Inglaterra.

Y el diseño no se queda atrás, de hecho los diseñadores de interiores buscan construir y ambientar espacios con paredes digitales, con los que los trabajadores podrían interactuar. Adiós a la oficina cuadrada, oscura y a los despachos colmados de madera.

De acuerdo a un artículo de la BBC, una de las implementaciones en esas paredes “vivas”, sería a base de “células solares sensibles con capas de óxido de titanio en una lámina con moléculas absorbentes de luz con una superficie capaz de generar energía eléctrica”.

Imagínate tan solo por un momento que al llegar a tu oficina, la pared te reconozca y en base al perfil que se haya archivado sobre ti, el ambiente y entorno cambiara exclusivamente para ti, ese día. Es decir, si eres friolento, podrías regular la temperatura en la sala de juntas con tan solo entrar en ella. 

Clements-Croome dice en BBC que la tecnología hará posible “transformar nuestra fría e insensible oficina en un entorno expresivo”, gracias a la interacción llamada “cobertura-nano”.

John Monaghan, a cargo de esta tecnología en Cisco Systems, dice que “cuando alguien entra en un lugar (esa tecnología) puede reconocer quién es y ofrecerle el nivel adecuado de servicio”.

Y no solo eso, también se busca que los edificios no solo sean “inteligentes”, sino también autosuficientes. Para ejemplo está el área de la aerolínea Air France en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, en París, Francia, la cual está hecha a base de un tipo de concreto que se limpia solo.

Ese concreto es de cemento con dióxido de titanio, que descompone la suciedad, y con la lluvia, el resto de los químicos se va. La sede de Air France es de las pocas que siguen “relucientes”, ya que el resto sí se ve afectado por los contaminante que arrojan los aviones.

Este tipo de ideas y planes se topan con obstáculos, sobre todo de dinero, “un montón de buenas ideas requieren a gente que corra un gran riesgo”, añadió Andrew Hunter, quien es director de servicios técnicos de Skanska (una empresa multinacional de construcción).

En las empresas, después del personal, las oficinas son lo que más inversión requiere y tener un edificio inteligente y autosuficiente podría representar un ahorro de agua, energía y, claro, un beneficio para el medio ambiente.

Y qué decir de la notable mejora que significaría en el ambiente laboral, por ende en la productividad.

De afuera hacia adentro

No solo el interior de los edificios tendría la aplicación de tecnología de ese tipo, también las fachadas y exteriores podrían transformarse.

En este espacio ya hemos hablado sobre la agricultura urbana y en casa, pero lo cierto es que también en la oficina se podrían cultivar los recursos, al igual que hemos aludido a los edificios “en obra verde”, con jardines verticales.

Sean Affleck, de la firma de arquitectos Make, dice que las fachadas pueden cobrar vida con lo que llama “campos verticales” en las oficinas, cuyas paredes crecerían plantas, de manera que se absorba el dióxido de carbono (CO2) y se libere oxígeno. Otra medida sustentable que podría ayudar a combatir el calentamiento global.

Y es que “cultivar fachadas vivientes podría enfriar las ciudades como lo hace un bosque, donde puedes encontrar arboledas frescas porque toda la evaporación permanece a tu alrededor”, dice Affleck.

Por ejemplo, “las algas son un 200% mejores absorbedoras de CO2 y producen mejor biomasa que, digamos, el aceite de colza”, recalcó.

Además, las algas absorben el 80 por ciento del gas, liberando oxígeno. Al terminar su función, las algas pueden reciclarse y con generadores de biomasa, puede producirse biodiesel.

Sean dijo que el futuro estaba en “envolver” de algas a los edificios, de esa manera éstas harían el trabajo de limpieza y los residuos gaseosos que capturen se almacenarían para transformarse en energía. La que a su vez, podría abastecer de otros servicios con la tecnología adecuada.

Ciudades en 3D

Las impresoras 3D están revolucionando la manera de hacer cosas y la arquitectura no ha quedado excluida de esta tecnología. El arquitecto holandés, Janjaap Ruisjssenaars, planea construir edificios completos impresos en 3D alrededor del mundo.

“Las impresoras 3D son increíbles. Como arquitecto me ha permitido elaborar este diseño específico, que no tienen ni principio ni final, y que la impresora 3D puede hacer que luzca así”, enfatizó Janjaap.

La primera construcción podría ser un museo nativo en Brasil y se estima que quedaría en el año 2014.

Pero, ¿cómo se imprimiría? Se utilizaría arena y un especie de aglutinante, el cual daría como resultado algo parecido al mármol, que incluso es más fuerte que el cemento, según el holandés.

Arquitectura orgánica

Vice muestra las revolucionarias ideas de ONE Lab (escuela de ciencia y diseño en Nueva York), con las que se busca regresar al pasado, integrando la naturaleza a las construcciones, de esa manera es más factible mantener lo “verde” en las casas. En ONE Lab están convencidos de que el problema somos nosotros, los humanos, no la Tierra, por lo que debemos adaptarnos al “metabolismo” del planeta.

Construcción orgánica
Video en Vice

 

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