Todos los niños son emprendedores, sin embargo, al crecer van perdiendo la capacidad

Niños emprendedores para el futuro

Es importante que los más pequeños aprendan a ahorrar, invertir, gastar con inteligencia y entiendan el valor de donar, para que conforme vayan creciendo tengan las herramientas necesarias para enfrentar la vida de la mejor manera

Todos los niños son emprendedores, sin embargo, al crecer van perdiendo la capacidad de crear, soñar y explorar nuevos horizontes. Por esa razón, es importante proporcionarles desde temprana edad las herramientas para enfrentarse a la vida con la creencia de que serán capaces de lograr todo aquello que se propongan.

Las competencias propias de un emprendedor, tales como la proactividad, la responsabilidad, la capacidad de trabajar en equipo, la organización, la negociación y la persuasión, se van perdiendo conforme un niño se va llenando de miedos y nuevos paradigmas.

“Los golpes de la vida, que van sumándose, van haciendo que una persona no crea en sí misma, por ejemplo, la autoconfianza de un adulto se basa en lo que él percibía que sus papás veían en él entre los 6 y los 12 años”, explica Mary Carmen Cabrera, fundadora y directora general de BusinessKids, empresa líder en emprendimiento infantil.

Y aunque lo que el niño cree que sus padres piensan de él no es la realidad, porque puede que sí se sientan orgullosos, pero no lo demuestren, sí marcará su autoconfianza cuando crezca.

La experta asegura que es importante trabajar con los tres escudos protectores que son el autoestima, la autoconfianza y la inteligencia emocional

“A diferencia de los deportes, en los cuales se estimula el trabajo en equipo y la competitividad, porque siempre hay un ganador y muchos perdedores, en el emprendimiento infantil todos ganan; entonces, tienes a todos los niños con una elevación de autoestima importante”, comenta Cabrera.

La experta asegura que es importante trabajar con los tres escudos protectores, como les llaman en BusinessKids, que son el autoestima, la autoconfianza y la inteligencia emocional, ya que con ellos se protegen de todo lo que les pasa en la vida, desde un divorcio, la muerte de algún ser querido, hasta que se les pierda un juguete, porque al final todos son golpes de la vida.

“Cuando recibes muchos golpes, pero tus escudos protectores no están defendiéndote, entonces, acabas con el desarrollo y la autoconfianza de esa persona, pero si tú vas blindando al niño, le das la capacidad para enfrentarlos”, indica Cabrera.

Por lo que para ella el divorcio no es un problema, sino cómo se lo explican al niño, al igual que una pandemia, sino cómo le enseñas a enfrentarla, así que evitar llenarlos de miedo ante situaciones que no puede manejar es parte de la solución.

“Por eso el emprendimiento en BusinessKids es más un modelo psicopedagógico que un modelo de negocios que se aprende en 10 minutos, lo importante es forjar ese temple emprendedor súper fuerte que haga que sean niños seguros de ellos mismos”, afirma Mary Carmen.

De acuerdo con Cabrera, un padre no puede desarrollar esas cualidades en su hijo, pueden influir, pero no tomar el control por completo. Eso se debe a la “jerarquía de vida”; es decir, que papá y mamá siempre estarán arriba y el pequeño no se sentirá con la confianza de superarlos; ese es el gran problema de los negocios familiares.

“Por eso en los centros BusinessKids no entran papás, es el niño el que tiene que crecer desde los cuatro o tres años. También tenemos propedéuticos para que desde los dos aprendan lo que es el dinero, pero no es para que emprendan ni nada, es para que sepan que no todo es suyo, que las cosas se compran y se venden”, dice Mary Carmen.

Falta una cultura del emprendimiento, no solo en los niños

Las crisis siempre son reacomodos de la economía; sin embargo, la gente las ve como algo malo, el punto es que se tiene que salir del lado de los ganadores y para ello hay que estar preparados, algo que hace falta en México.

“Durante el tiempo que duró el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) se trabajó muchísimo en la cultura de negocios y financiera de la gente, por eso tantos semilleros de nuevos negocios, pero el problema es que ya no existe y que nadie está tomando el rol como estaba”, indica Cabrera.

Ahora lo que está pasando es que los negocios son informales, porque la gente dice “me late vender esto y me lanzo sin preparación, me vale gorro aprender del mercado, sólo se me ocurre vender esto y lo vendo”, pero no existe una planeación financiera ni personal y mucho menos corporativa, porque no saben, ya que eso se aprende en la infancia.

“Si yo desde niña sé ahorrar, invertir, gastar con inteligencia y aprender el valor de donar, entonces voy a tener unas finanzas personales y corporativas sanas en la edad adulta, pero se va aprendiendo en la infancia”, considera Mary Carmen.

Cabrera formó parte de la última reforma educativa de la Secretaría de Educación Pública para incluir en las escuelas la cultura del emprendimiento, a través del modelo “El viaje del emprendedor”, el cual está activo en más de 500 escuelas públicas del país.

Los miedos y los golpes de la vida pueden matar el espíritu emprendedor de un niño

“Con la reforma educativa nos dan la gran oportunidad de llevar el espíritu emprendedor a los niños. Se trata de nivelar y que no sólo los niños de escuelas privadas tengan acceso a otras cosas”, comenta Cabrera.

Apostar por este tipo de educación, opina Mary Carmen, es invertir en la formación de los niños para el futuro, porque este llega más rápido de lo que uno piensa.

“Esta pandemia nos está enseñando que los negocios preparados somos negocios fuertes y sólidos, que no hay una crisis que te tumbe, al contrario, te permite reinventarte”, señala.

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