La obra es un abanico de expresiones mediante el cual las y los lectores pueden explorar su trabajo mientras conocen las voces de distintas mujeres. Foto: Especial

‘Negra Estrella’, de Eugenia Martínez, conjuga arte, comunidad y feminismo

La artista mexicana se sumerge en los movimientos feministas locales e internacionales a través de un libro conformado por ensayos y visitas a su trayectoria

“Ellas, las de ascendencia zapatista, pobres y analfabetas, echan tortillas en el fogón, curan heridas, llevan mensajes, vigilan caminos, trasladan armas escondidas en sus costales o bolsas de verduras, ocultan a los rebeldes en sus viviendas”, se lee en una página del libro Negra Estrella, obra de la artista mexicana Eugenia Martínez.

Se trata de una cita de Raquel Jaramillo que comparte espacio con una imagen de una protesta feminista y con otra sentencia de Elena Garro.

En las siguientes páginas caen como cascada varias frases más: unas hacen referencia a la violencia machista, otras buscan mantener viva la memoria de las mujeres desaparecidas.

Todo ello forma parte de la sección “El mundo en que vivimos. Visiones de mujeres en lucha en México” incluida en la publicación de Martínez, oriunda de Monterrey, Nuevo León.

El libro es una visita a su trayectoria artística, pero también un repaso por el trabajo de otras mujeres creadoras que han conjugado el activismo en favor de los derechos de las mujeres con su inquietud creativa.

“Lo que tienes en tus manos es un conjunto de voces de mujeres y cuerpos feminizados que vibran de inconformidad rabiosa ante las ganas de detener a aquellos que les ponen la mano en la boca para provocar su silencio, o en el cuello para ocasionar su muerte.

“Lo que tienes en tus manos son todas esas voces y un intento por recuperarlas a través del trabajo de una artista: Eugenia Martínez”, reza el prólogo de Negra Estrella, título inspirado en la canción homónima de la cantante Jeanette.

Asimismo, hace alusión a la creencia popular de que, al nacer con negra estrella, ciertos cuerpos carecen de posibilidades para cambiar su “fatídico destino”, pero la obra precisa que no hay nada más erróneo, pues los cuerpos celestes, al igual que los femeninos, son continentes compuestos de una extraña materia oscura que, al ser usada como combustible, tienen la posibilidad de expandirse y brillar aún más.

Un conducto de voces

Contenta por la publicación, Eugenia Martínez dice a Reporte Índigo que la obra es un abanico de expresiones mediante el cual las y los lectores pueden explorar su trabajo mientras conocen las voces de distintas mujeres que provienen de ámbitos y generaciones diversas.

“Como mi trabajo no tiene principio ni fin, el libro es igual, tiene dos índices, tiene un lado A y un lado B, y en medio converge con una sección que se llama ‘El Mundo en el que vivimos’, en donde se incluyen fotos de marchas de un archivo histórico de María Victoria e imágenes mías de mis investigaciones en las marchas en la Ciudad de México”, explica.

De este modo, la obra, que tomó dos años de elaboración, tiene distintas autoras y diferentes perspectivas, pero encuentran como punto en común el feminismo y el arte.

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Del otro lado del teléfono, se escucha la voz de Martínez leer las primeras líneas del texto “Una sociedad de castas con una estética de castas” de la activista Mariana García Ortíz, con el que inicia el “Lado A” del libro:

“La dominación de les cuerpes (sic.) por los cuerpos sigue anclada en la ficción de la sangre pura. Intenta fingir su muerte, mientras se escabulle y cambia de forma para seguir alimentándose en silencio de las mismas almas de siempre”.

Además, recita el poema “No hay belleza en la pobreza” de Gloria Anzaldúa, como parte del viaje conjunto para abordar Negra Estrella.

Anticolonialismo y la ‘herejía’ del tarot

La artista cuenta que para acompañar ese ensayo se utilizaron algunas piezas suyas de la época en la que trabajó sobre el colonialismo, como una fotografía de Benito Juárez en la que es posible ver al expresidente mexicano con una tonalidad más blanca en su rostro que en sus manos.

“Y ahí pregunto si se puede cambiar el destino de una nación, de un Estado o de una raza para hablar de estas estructuras que son tan difíciles de mover. ¿Qué tal que a México siempre le va a tocar ser México? Y siempre vamos a estar ‘ay, ojalá que Tesla ponga acá una planta y le regalamos todo para que nos dé 20 trabajos’.

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Respecto al tarot incluido en la publicación, la creadora menciona que es una obra que surgió en la pandemia y busca “despatriarcalizar la fortuna” a través de símbolos que cuestionan al denominado sistema patriarcal.

“Empieza con esta frase de Audre Lorde que dice que ‘las herramientas del amo nunca desmantelan la casa del amo’ y es aquí donde está la clave, el tarot es hereje, lo prohíben todas las religiones patriarcales, por eso me pareció interesante tomarlo.

“Por ejemplo, a partir de las espadas, hablar del desarrollo del pensamiento feminista, que es el hijo no querido de la Ilustración; con los bastos hablo de la sexualidad, del aborto; con las copas, del amor romántico; con los oros, de la brecha salarial y la dependencia económica de la mujer”, concluye.

El arte feminista

Sobre el arte hecho por mujeres actualmente y cómo este ha evolucionado desde la década de los 70 cuando las artistas comenzaron a denominarse feministas, Eugenia Martínez subraya que, si bien el retrato de las mujeres sobre su cotidianidad y los problemas de género entra en el terreno de ese tipo de arte, hay quienes lo hacen de manera más marcada como aquellas colectivas que tejen en comunidad o se juntan para hacer pancartas.

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Por lo anterior, afirma que hay dos frentes para entender este tipo de expresiones, aunque tienen un mismo objetivo: Hacer conscientes a las personas de las diferentes realidades. “Cuando son problemáticas que están normalizadas o negadas como el racismo en México o la violencia de género, es muy complicado darse cuenta en cuándo incurres en esos actos”, menciona.

Añade que el término mal entendido del feminismo es aquel que se entiende como un polo opuesto al machismo; no obstante, aclara que es una idea de centro porque intenta crear un balance entre las estructuras sociales y culturales donde las mujeres sean reconocidas por su valor.

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