Música que deja huella

La música del pasado moldea nuestra memoria autobiográfica, razón por la que nos gustan las canciones “del año del caldo”.

Según una investigación realizada por expertos de la Universidad Cornell y la de California, en Santa Cruz (UCSC), los jóvenes adultos responden de la misma manera a la música que fue popular durante la juventud de sus padres, específicamente a comienzos de los 80. 

La música del pasado moldea nuestra memoria autobiográfica, razón por la que nos gustan las canciones “del año del caldo”.

Según una investigación realizada por expertos de la Universidad Cornell y la de California, en Santa Cruz (UCSC), los jóvenes adultos responden de la misma manera a la música que fue popular durante la juventud de sus padres, específicamente a comienzos de los 80. 

En el estudio, encabezado por la psicóloga Carol Lynne Krumhansl, se observó que los participantes mostraron una afinidad especial con la música –reconstrucción de recuerdos, reconocimiento y gusto, calidad percibida y conexión emocional– que fue popular durante esta época, cuando los padres de los participantes tenían entre 20 y 25 años. 

“De acuerdo a estudios previos, este (periodo) sería el momento en el que se establecieron las preferencias de los padres. Uno asume, por lo tanto, que esta música se tocó durante el tiempo en el que estos criaron a sus hijos, y que dejó una huella en nuestros oyentes (adultos jóvenes) cuando eran niños”, señala el estudio, publicado en Psychological Science. 

Pese a que esta nostálgica evocación de recuerdos fue menor con las canciones populares de los 60, los participantes también expresaron simpatía a los clásicos de este periodo (por sus abuelos).

“La música que se transmite de generación en generación moldea las memorias autobiográficas, las preferencias y las respuestas emocionales (…)”, dijo Carol Lynne.

Y añadió que los hallazgos reflejan que el impacto de la música en la infancia ayuda a la prevalencia de la música en el entorno familiar.

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