Marte: la curiosidad de la vida

La presencia de nitrógeno en el planeta rojo puede ser un componente que indique la existencia de habitabilidad orgánica como en la Tierra, en el pasado o futuro; el hallazgo fue posible gracias al vehículo Curiosity y a la herramienta SAM de la UNAM

Hay posibilidades de que exista vida en Marte. Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) encontraron compuestos orgánicos que podrían confirmar esta aseveración.

En la base del cráter Gale de Marte, en donde existió un lago hace aproximadamente tres mil 500 millones de años, el vehículo explorador Curiosity de la NASA encontró nitratos, es decir, formas de nitrógeno esenciales para la vida y la habitabilidad como la conocemos en la Tierra, pues a partir de ellos se forman moléculas como proteínas y ADN.

Así lo dio a conocer en la conferencia de prensa conjunta Hallazgos de la misión Curiosity. Los impactos de asteroides y el nitrógeno, claves para la vida en Marte, Rafael Navarro, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. También estuvo presente Miguel Alcubirre Moya, director de este instituto en Ciudad Universitaria.

12
kilómetros fue el recorrido de Curiosity para colectar piedras

“El vehículo robótico ha colectado rocas desde la base del cráter Gale en capas ubicadas aproximadamente a cada 40 metros de altura durante su ascenso a la montaña Sharp, en un recorrido de casi 12 kilómetros”, indicó el astrobiólogo.

En 14 de 17 muestras de roca obtenidas por el robot explorador Curiosity, los científicos encontraron que en los sedimentos lacustres más antiguos se presentan las concentraciones más altas de nitratos, mientras que en los más recientes hay una menor cantidad. Se trata del primer análisis de la concentración de este elemento químico en piedras del lago Gale.

14
muestras de roca se encontraron con los sedimentos más antiguos

Este hallazgo fue posible gracias a la herramienta desarrollada en el laboratorio de Navarro llamada SAM (Sistema de Análisis de Muestras de Marte, según la traducción de sus siglas) que calentó, liberó los gases de los componentes que están en las rocas pulverizadas y mostró su composición molecular.

Los resultados, publicados en la sección Planetas del último número de la revista Journal of Geophysical Research, explican la evolución de la química atmosférica en Marte y lo que estos cambios pueden implicar para la existencia de vida orgánica o sustentable.

“Marte tiene actualmente una atmósfera muy tenue que impide la existencia de agua líquida. En la actualidad es un planeta hiperárido y frío, no obstante, hace tres mil 250 millones de años, el agua líquida fluyó en su superficie y pudo haber favorecido la existencia de la vida”, mencionó Navarrete

Los investigadores señalan que la presencia del hidrógeno, un gas de efecto invernadero producido en los volcanes de Marte, pudo contribuir en la oxidación del nitrógeno para mantener la temperatura superficial.

“Si hubiera seres vivos en Marte, estarían en el subsuelo y dependerían de los nitratos generados en la atmósfera por impactos de asteroides. Si hubo, la gran incógnita que tenemos es qué les pasó a esos seres vivos”, aclaró el doctor Rafael Navarro.

El ser humano en Marte

En 2030 podrían lanzarse expediciones a Marte con seres humanos y no con robots, si en los siguientes años se logra hacer una atmósfera respirable. Así lo sostuvieron los científicos de la NASA, Jennifer Stern y Christopher McKay, en el enlace que realizaron a la conferencia de prensa.

“Son especulaciones, la posición oficial de la NASA es que podríamos enviar a seres humanos hasta 2030, mientras, tenemos que enviar muchas expediciones tripuladas por robots”, dijo McKay, integrante del área de Sistemas Planetarios, quien participa en la planificación de futuras misiones a Marte, incluida la exploración humana.

La doctora Jennifer Stern, científica especializada en el estudio de la química de la atmósfera y la superficie de Marte en el Godard Space Flight Center de la Nasa, argumentó que para ello se requiere mayor análisis de la información con la que ya se cuenta desde el lanzamiento de Curiosity el 26 de noviembre de 2011.

“Todavía estamos en Marte viendo y analizando los datos. Aunque no estamos tomando muestras tan frecuentemente, seguiremos haciéndolo los siguientes meses”, mencionó Stern.

Los astronautas podrían estar expuestos a radiaciones cósmicas si llegan desde este momento al planeta rojo. El vehículo tipo rover aterrizó en Marte el 6 de agosto de 2012, aunque en realidad el proyecto tiene cerca de dos décadas de haberse concebido. Por lo tanto, para los investigadores representa un gran avance que el ser humano llegue al planeta rojo en aproximadamente una década.

“Soñábamos con cuestiones espaciales como ver Marte y poner un robot que tomara imágenes, procesara muestras de Marte y los resultados los mandara a la Tierra y hoy es completamente real”, pronunció William Lee, el coordinador de Investigación Científica en la UNAM, y reconoció la exploración que hizo el grupo sobre los mecanismos de producción de nitrógeno y el historial de su concentración en las rocas.

Tanto para los investigadores mexicanos y estadounidenses el trabajo en equipo que han realizado juntos da cuenta de la capacidad científica y tecnológica que tienen instituciones como la UNAM y la NASA y los resultados de gran importancia a nivel mundial.

“Es un eslabón más de la historia de Marte, estamos muy lejos del final, pero tenemos un camino andado muy interesante”
Patrice CollInvestigador

Son casi seis años de que el vehículo ha monitoreado diferentes capas de rocas en la superficie de Marte y puede continuar en funcionamiento debido al buen estado en el que se encuentra y a que la zona en la que se ubica podría arrojar mucha información.

Este lugar fue formado por el impacto de un asteroide y el surgimiento de un lago. En el momento del choque pudo haber ocurrido el nacimiento de vida microbiana, al tiempo que este acontecimiento sucedía en el planeta Tierra.

Las hipótesis seguirán descartándose científicamente, mientras que uno de los siguientes objetivos a cumplir, aunque parezca ambicioso, es capturar el agua de la atmósfera de Marte para consumo humano y no tener que llevarla desde la Tierra.

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