‘Los niños están bien’

¿Por qué tendría que haber un “problema” con la paternidad homosexual si ni siquiera repercute de forma negativa en la salud mental de los niños? De hecho, los pequeños que son criados por parejas del mismo sexo crecen igual de bien o incluso mejor que quienes son criados por padres heterosexuales. 

Este es un resultado preliminar del “Estudio Australiano de Salud Infantil en Familias del Mismo Sexo” (ACHESS, por sus siglas en inglés), la investigación más amplia, a nivel global, que se ha realizado a la fecha en la materia. 

¿Por qué tendría que haber un “problema” con la paternidad homosexual si ni siquiera repercute de forma negativa en la salud mental de los niños? De hecho, los pequeños que son criados por parejas del mismo sexo crecen igual de bien o incluso mejor que quienes son criados por padres heterosexuales. 

Este es un resultado preliminar del “Estudio Australiano de Salud Infantil en Familias del Mismo Sexo” (ACHESS, por sus siglas en inglés), la investigación más amplia, a nivel global, que se ha realizado a la fecha en la materia. 

En el estudio, encabezado por el Dr. Simon Crouch de la Universidad de Melbourne, se recolectaron datos de 500 niños –hasta los 17 años de edad– de todo el país. De los 315 padres con distintas orientaciones sexuales –gays, lesbianas y bisexuales– que contestaron el Cuestionario de Salud Infantil, el 80 por ciento eran mujeres. 

En términos de autoestima, bienestar emocional y la cantidad de tiempo que pasaban con sus padres, no se encontró diferencia alguna entre los niños criados en familias del mismo sexo y los que están bajo el cuidado de parejas heterosexuales. 

Sin embargo, a la hora de evaluar la cohesión familiar y la salud en general, fueron los niños de padres del mismo sexo quienes puntuaron más alto. 

Crouch explicó al sitio australiano The Age que su hipótesis es que dada la situación en la que se encuentran, los padres del mismo sexo suelen estar más dispuestos a abordar los problemas que cualquier niño puede enfrentar en la escuela, como el bullying (o acoso escolar). 

“Esto fomenta la apertura y contribuye a que los niños tiendan a ser más fuertes (a nivel emocional)”, señaló.

Te puede interesar