La importancia de enseñar sobre consentimiento a los más pequeños

El panorama de violencia sexual en México empeora año con año, los índices no dejan de mostrar terroríficas cifras y abundan las historias en las que las víctimas de violencia sexual pasan a ser las ‘culpables’ según las autoridades e incluso la opinión pública. Es inevitable preguntarse cómo llegamos aquí y qué se puede hacer para cambiarlo.

El panorama de violencia sexual en México empeora año con año, los índices no dejan de mostrar terroríficas cifras y abundan las historias en las que las víctimas de violencia sexual pasan a ser las ‘culpables’ según las autoridades e incluso la opinión pública. Es inevitable preguntarse cómo llegamos aquí y qué se puede hacer para cambiarlo.

La violencia sexual no es un problema específico de México, alrededor del mundo la OMS estima que hasta una de cada tres mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de sus parejas, o violencia sexual no de sus parejas. En México sólo en 2016 se reportaron casi 30 mil casos de delitos sexuales a investigar en el país. El 43 por ciento responden a violaciones.

Belinda Rivera, directora general del Colegio Ciprés, explica que a nivel primaria la SEP aborda el tema sexual a través de Formación Cívica y Ciencias Naturales. En la primera se hace un repaso para enseñar a poner límites hacia el cuerpo, mientras que en Ciencias Naturales la aproximación es desde lo biológico y fisiológico. Después de hablar con diferentes maestros de primaria, algo queda claro: la enseñanza sobre sexualidad y consentimiento depende casi por completo de la escuela y del maestro de asignatura.

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El foco de la educación sexual generalmente está en dos temas: la prevención del embarazo y la prevención para no contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS). La enseñanza sobre la diferencia entre un acercamiento sexual consensuado y uno no consensuado, y la importancia de poner límites o denunciar, simplemente se menciona. La SEP ofrece manuales de apoyo sobre estos temas de acuerdo a cada nivel académico que están disponibles para quien lo busque.

Accesoría es un grupo que se dedica a dar talleres de sensibilización sexual para enseñar a los niños a decir que no a través de dinámicas, cuenta Rivera y apunta: “En general los talleres que hay más que ser preventivos son para después de que ya pasó”.

PESI es otro programa educativo al que varias escuelas recurren para aprender sobre cómo tratar estos temas. Lina Olano, psicóloga y docente en primaria explica que hay distintas técnicas, una de ellas es “la regla del traje de baño” con el que se les enseña que lo que cubre el traje es íntimo y privado y nadie lo puede tocar sin su consentimiento.

Cambio de perspectiva

Enseñar sobre consentimiento cambia la perspectiva de buscar preparar a las mujeres o niñas, quienes son víctimas en un porcentaje mucho más alto de estos crímenes, para no ser violadas y centra la atención en los niños que han demostrado ser los mayores perpetradores del delito al crecer. En su texto ‘Le enseñé a mi hijo cómo no ser un violador’, Amy Hatvany escribe: “le había hablado a mi hija de maneras para protegerse de ser violada, nunca le había hablado directamente a mi hijo sobre cómo no ser un violador”.

Hatvany recalca la importancia de hablar explícitamente sobre el tema para que los niños tengan las herramientas adecuadas para tomar una decisión correcta en un momento determinado.

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Asociación Our Whole Lives

Hay iniciativas que buscan prevenir este tipo de agresiones explicando a los niños, desde una edad tierna, que pueden y deben decidir sobre su cuerpo, así como respetar la dignidad del de los demás. La tarea no es sencilla, en varios países del mundo la sexualidad sigue siendo tabú al grado de que incluso hay marchas en contra de la educación sexual de los niños.

En un texto Cassie Werber habla sobre el proyecto Our Whole Lives, el cual diseña planes de estudio para guiar a padres y escuelas sobre el sexo consensuado y satisfactorio. Estos están dirigidos desde a niños desde kinder hasta a adultos.

En ellos se aprende a no besar a alguien si no quieren, ni a “la tía Juanita”. “Discuten cómo se siente un ‘tocamiento amoroso’, incluyendo una explicación de la masturbación y que se debe hacer en un lugar privado”, escribe Werber. Además menciona la técnica que se realiza partiendo una cebolla para enseñar la diferencia entre una respuesta fisiológica y un emocional o intelectual. Al partirla existe una reacción: llorar, se trata de una respuesta natural física pero eso no quiere decir que la persona esté triste. Lo mismo ocurre cuando alguien que es atacado sexualmente y tiene reacciones como una erección o un orgasmo, esto no significa que no hayan sido violentados, sino que es la respuesta a una determinada estimulación, apunta el texto.

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Cómo hablar con los niños

A la pregunta de cómo hablar de sexualidad con los niños, la sexóloga tántrica Silvia Abraham, dijo a Reporte Índigo: “hay que hablar desde la verdad y con claridad”. El consentimiento es un concepto que contempla el poder de decisión sobre el cuerpo en sí. “Es muy importante que los papás entiendan y respeten cuando sus hijos no quieren darle beso o abrazos a alguien, es terrible forzarlos” dice la sexóloga. Olano explica también la importancia de las dinámicas de juego donde los niños aprenden a expresar cosas como: “ya no quiero jugar, no me hagas cosquillas o no me gusta que me abraces”.

La sexóloga indica que idealmente se debe hablar con claridad a los niños acerca del cuerpo, la sexualidad y el placer. Dice que se debe dejar de promover la sexualidad como un tabú y derrocar la idea de que “el sexo es pecado”. Es importante también cambiar las creencias de los padres: “Se nos debe enseñar desde pequeños a amarnos, tocarnos y querernos. Se vale vivir con placer y amor”.

 
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