la discriminación es vista como un acto negativo

La discriminación a la inversa no existe

Desde la Conquista, los europeos comenzaron a normalizar que aquellos de piel blanca eran merecedores de más privilegios que los de tez oscura. Hoy en día, de acuerdo con especialistas, sería un error ignorar las diferencias, sino empezar a reconocer las diversas características y orígenes para lograr una convivencia

Aunque hoy en día la discriminación es vista como un acto negativo entre la mayoría de la sociedad, es parte del ser humano ver a algunos sectores con mayor potencial económico o educativo que otros, pues estas costumbres han sido enfatizadas desde hace cientos de años.

La semana pasada, en el programa televisivo del canal Once, La Maroma Estelar, el comediante Carlos Ballarta visitó las instalaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), con el fin de entrevistar a algunos de los estudiantes.

Una de las entrevistas realizadas por Ballarta causó revuelo en redes sociales, pues le cuestionó a dos estudiantes cuántos mayordomos tenían en casa, esto en referencia al color blanco de su piel.

“¿Cómo es posible que hoy siga al aire? ¿Cómo es posible que no se le pida la renuncia al director del canal?”, expuso al respecto la conductora de televisión Ana Francisca Vega en Twitter, donde también recibió comentarios en su contra, asegurándole que la discriminación a la inversa no existe.

“Resaltar los privilegios que hemos tenido en este país históricamente por el tono de piel es una forma de problematizar las desigualdades. Aquí se hizo con humor. Tú y yo sabemos, y mucho se ha escrito, que no existe la discriminación al revés”, le respondió el analista político Hernán Gómez Bruera.

El desglose del problema de la discriminación

Emiliano Villavicencio Trejo, jefe de Posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, comenta, en entrevista con Reporte Índigo, que a lo largo de la historia se ha venido construyendo toda una creencia, o una fantasía, con respecto a la piel blanca, incluso desde la de la época de la Conquista. “Finalmente, cuando vienen los europeos, miran al mexicano de raza morena inferior, desde ahí empiezan ciertos tratos”, dice.

Alrededor de este genotipo de piel blanca se construye toda una serie de creencias que se refuerzan con el supuesto de que son personas que pertenecen a cierta clase social, o que tienen poder económico, incluso se les asocia niveles a educativos y culturales que no necesariamente tienen
Emiliano VillavicenciaPsicólogo

En ese sentido, de acuerdo con la Encuesta de Movilidad Social 2017 (EMOVI), en los índices de riqueza es mayor la presencia de mexicanos con tez clara, con un 22 por ciento, los más blancos, y un 41 por ciento los mestizos. Aquellos de piel oscura se reportan con sólo el 4 por ciento.

Además, se registró que el 65 por ciento de los mexicanos con tez blanca tienen mayor ingreso económico, mientras que el 35 por ciento de piel morena, una menor.

Villavicencio Trejo destaca que la razón psicológica a la que se recurre para entender este fenómeno es una muy sencilla, y es que la diferencia le genera amenaza a la gente; y eso, explica, es parte de la naturaleza del ser humano.

En entrevista, comenta que cuando las personas perciben algo distinto a la norma tienden a apartarlo porque, como seres humanos, son entes que se apegan a los hábitos, a la rutina. “Es parte de nuestra naturaleza alejar o apartar a lo que rompe el patrón, como ver a la gente blanca hablar de discriminación”, dice.

Para evitar este tipo de problema social, como la que hay en torno a las variaciones de piel, según Villavicencio Trejo, la sociedad debe ser consciente de su identidad y de sus orígenes, así como comenzar a mirarse como parte de una diversidad cultural ideológica, e incluso de razas, con el fin de poder convivir mejor.

Sin embargo, remarca que evitar las diferencias entre cada uno sería tan absolutamente equivocado como fingir una parte de la naturaleza humana, ya que todos son diferentes, pues aunque se compare el color de piel, las personas se van a seguir diferenciando por su modo de pensar y sentir.

El sector político aún llega a externar en sus discursos temas discriminatorios

Por otra parte, el académico confiesa que aún hay mucho camino por recorrer, pues no es fácil dejar a un lado las costumbres de diferenciación históricas. Por ejemplo, destaca que todavía hay racismo en el discurso de los propios políticos.

Además, Villavicencio Trejo describe como “curioso” cómo es que los mexicanos tienden a solidarizarse ante las diferentes acciones de la política exterior de Estados Unidos en contra del color de piel y la educación de los centroamericanos, y no ven la discriminación que hay entre la sociedad mexicana.

“Primero, debemos dejar de ver lo que está pasando afuera para poner más atención a lo que hay aquí, ocuparnos en la discriminación para con nosotros los mexicanos”, puntualiza el académico.

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