Por qué leer a Don Quijote en ebook no lo hace ciberliteratura

Casi 97 millones de mexicanos son potencial consumidores de ciberliteratura. En México los jóvenes creadores le apuesta a nuevos formatos de lectura.

La tendencia a que toda lectura, impresión, video, o expresión de cultura que se encuentre albergado en el espacio se le puede colocar el mote de ciber es un error propio de las generaciones que preceden a los millennial.

Es decir, leer al Quijote en ebook no lo hace ciberliteratura. En todo caso el formato permite una mayor acceso y comodidad pero no se trata de un producto propio de la comunicación 2.0.

Son las obras concebidas para la red, sin importar el formato, aquellas que exigen una lectura hipertextual por los diferentes soportes que se utilizan para enriquecer la experiencia del lector.

En México, hay 65 millones de usuarios de internet y en promedio cada uno dedica al día siete horas y 14 minutos a navegar.

No es de extrañar que ante cambio globales en la concepción de la vida misma, la lectura exige nuevos paradigmas.

Ahora no solo se trata de un escritor, sino de múltiples; se pueden unir un pintor, un coreógrafo, un sonorista, así como un desarrollador y un diseñador gráfico. La lectura se vuelve tan heterogénea o tan homogénea como sea el bagaje cultural del lector.

Aunque la mayor parte de los exponente son de otras latitudes, en México, a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) para Jóvenes Creadores se da rienda para que los autores den rienda suelta y creen a partir de los nuevos formatos que exige la sociedad actual.

Actualmente, todo autor, que no se limite a los medios análogos y mucho menos le tenga miedo a armar productos multimedia y transmedia, se enfrenta al reto de conquistar a los casi 97 millones de usuarios de smartphone en México, consumidores potenciales de ciberliteratura.

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