Hora de comer… fuera

Comer fuera de la oficina o área de trabajo repercute positivamente en la vida personal y laboral de los trabajadores, según una investigación liderada por la marca de alimentos Kingsmill, a cargo de científicos de la Universidad de Sussex, Inglaterra.

Esto no significa que una persona deba invertir semanalmente en restaurantes y comidas fuera de la oficina. Con el simple hecho de alejarse del área de trabajo y llevarse su comida fuera del edificio, el empleado se siente más feliz acerca de sus actividades laborales. 

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Quienes comen en sus escritorios se pueden sentir más “miserables” y eso afecta su productividad

Comer fuera de la oficina o área de trabajo repercute positivamente en la vida personal y laboral de los trabajadores, según una investigación liderada por la marca de alimentos Kingsmill, a cargo de científicos de la Universidad de Sussex, Inglaterra.

Esto no significa que una persona deba invertir semanalmente en restaurantes y comidas fuera de la oficina. Con el simple hecho de alejarse del área de trabajo y llevarse su comida fuera del edificio, el empleado se siente más feliz acerca de sus actividades laborales. 

Los expertos indicaron que quienes comen en sus escritorios se pueden llegar a sentir más “miserables” y esto puede afectar negativamente su productividad en el día a día.

Durante este trabajo de investigación, se aplicaron diferentes pruebas, tests y cuestionarios de psicología y se midieron los resultados para graficarlos.

Y es que ir al café o restaurante cercano a la oficina no tiene efecto alguno sobre la denominada “gráfica de la felicidad”, dicen los investigadores.

Un portavoz de Kingsmill dijo que “es fascinante que comer afuera (…) tenga un impacto tan dramático en el bienestar emocional y la actitud hacia el trabajo” y que al comer con el sol en la cara o una brisa refrescante “verdaderamente ayuda a refrescar y reenfocar tu mente por la tarde por delante”.

No solo eso, un snack o bocadillo durante el trayecto en autobús, metro o tren también anima a las personas y las hace más felices. Al igual que ir a comer a sus casas.

Así que no dudes la próxima vez que un colega de trabajo proponga un plan para comer aunque sea en la terraza o patio de tu oficina y qué decir de un picnic en el parque más cercano.

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