¿Es realmente tan fácil dejar de utilizar los combustibles fósiles?

Desde hace mucho tiempo se habla de la necesidad de reducir el consumo de estos combustibles para frenar el cambio climático. Pero también de que las reservas mundiales de este tipo de combustibles llegaban a su fin y de que había que investigar alternativas

Desde hace ya unos cuantos años, los científicos intentan responder a la pregunta de si es tan fácil dejar de utilizar los combustibles fósiles. Y parece que la respuesta sigue siendo la misma: no es nada fácil.

 

Desde hace mucho tiempo se habla de la necesidad de reducir el consumo de estos combustibles para frenar el cambio climático. Pero también de que las reservas mundiales de este tipo de combustibles llegaban a su fin y de que había que investigar alternativas. 

 

Para quienes invierten en el trading con CFD es una cuestión especialmente importante, porque les va el dinero en ello. Lo cierto es que, sin entrar en el impacto de los combustibles fósiles en el calentamiento global, el mundo ha invertido mucho los últimos años para mantener el ritmo de la producción de combustibles fósiles a la par que la creciente demanda. 

 

Llevamos muchos años oyendo que nos quedan combustibles fósiles para un máximo de 50 años y nunca ha dejado de ser cierto. Porque las tecnologías han evolucionado y ahora obtenemos esos combustibles en lugares donde antes era imposible o mediante tecnologías que permiten maximizar las extracciones en zonas que pensábamos que ya estaban agotadas. 

 

Para ponerlo en contexto, el 80% de la energía que consumimos procede hoy todavía de combustibles fósiles. Está cayendo el consumo del más contaminante, el carbón, y subiendo el del menos contaminante, el gas natural, pero eso es todo. 

 

Daños medioambientales

Por lo tanto, si la parte de la ecuación que impulsaba la inversión en combustibles alternativos se cae, no es necesario modificar el uso de combustibles fósiles por problemas de oferta, sólo nos queda una alternativa: que el cambio esté impulsado por razones medioambientales. 

 

Hay una tercera vía, que sería demostrar que las tecnologías de obtención de energías limpias resultan más económicas que las tecnologías de mejora en la obtención de combustibles fósiles.  Pero de momento eso no es así. Todavía resulta más económico invertir en tecnologías para la obtención de combustibles fósiles porque las infraestructuras ya están en funcionamiento, que en las de energías alternativas porque hay que levantarlas de cero.

 

Esto es muy interesante para quien hace trading con CFD de materias primas: los estudios siguen demostrando que para que el vehículo eléctrico sea realmente competitivo el precio del petróleo debe superar por mucho los 100 dólares. Aún y así, hemos visto esos precios en el mercado recientemente, tras la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia. Y la demanda de vehículos eléctricos no se ha disparado. 

 

Crece sí, quizás más cada año, pero motivada por el deseo de minimizar los daños de los combustibles fósiles más que por el incentivo de un precio reducido comparado con los vehículos con motores de combustión. 

 

El problema del almacenamiento de energía

Otro problema de difícil solución en la actualidad es el de las tecnologías que mejoren el almacenamiento de energía. Muchas de las nuevas fuentes proceden de la electricidad y la electricidad no puede almacenarse. Pero el petróleo, el carbón y el gas natural, sí. 

 

De nuevo se está invirtiendo en estas tecnologías, pero la solución no va a llegar pronto. Sigue siendo más rentable invertir en CFDs de petróleo o carbón que en CFDs de CO2; es más rentable y transparente invertir en CFDs de petroleras y mineras que en CFDs de empresas de nuevas tecnologías limpias.

 

Los inversores ponen su dinero allí donde perciben visibilidad en el crecimiento de los beneficios. Hoy lo tienen en las empresas y los CFDs de materias primas y no en los de las empresas de nuevas tecnologías. 

 

Las ventajas de los combustibles fósiles siguen siendo que se trata de una fuente de energía excelente, que ya se extrae en todo el mundo, que han mejorado las tecnologías de extracción, que sigue habiendo materias primas para los próximos 50 años, son baratos y se pueden almacenar y transportar de forma sencilla.

 

Por el contrario, las alternativas operan de forma intermitente, todavía no son competitivas y no se pueden almacenar o transportar cómodamente. Con el impulso que reciben por parte de su mayor limpieza medioambiental sólo pueden aspirar a reducir el consumo de combustibles fósiles, pero no a sustituirlos. 

 

El dinero es sabio: inversiones con visibilidad

Digamos entonces que un inversor que quiera invertir en CFDs en estos momentos, percibe más rentabilidad en las materias primas fósiles o en empresas dedicadas a esta actividad que en las dedicadas a las energías alternativas. 

 

Es cierto que estas últimas reciben subvenciones para estimular su uso, pero cuando hablamos de poner el dinero sin ayudas públicas como hacen los inversores en el mercado, mejor CFDs de materias primas que de energías renovables. 

 

No es que no haya visibilidad en que en un futuro todo sea más renovable; es que ese futuro todavía está demasiado lejos y quien invierte en CFDs no opera a un plazo tan largo ¿Hay rentabilidad en CFDs de empresas renovables? Sí, por supuesto. Pero a menor escala. 

 

Digamos que, como ocurre con el mercado, una cartera bien diversificada de CFDs todavía daría más peso a las materias primas fósiles que a las firmas de renovables. 

 

El dinero es sabio: ¿qué utilizas en tu casa?

Y eso que algunas, como la energía hidráulica, llevan con nosotros muchos años. Pero no son buenas para el medioambiente porque embalsan los ríos, por ejemplo. O porque dependen de que llueva. 

 

La energía eólica es buena, cuando hace viento a una velocidad determinada, pero estropea los paisajes y algunas aves se chocan con las turbinas. 

 

La energía solar funciona en zonas con mucho sol, pero no por la noche y también tiene un impacto visual importante en el mundo. Además, ocupa mucho espacio y las placas solares todavía son caras.

 

La biomasa es más ecológica que los combustibles fósiles, pero no deja de ser un combustible fósil que debe quemarse para obtener energía. 

 

Y la energía geotérmica tampoco es barata, aunque impulsemos en algunos lugares el uso de la geotérmica superficial, esa que no perfora más allá de los 200 metros. 

 

Por lo tanto, alternativas a los combustibles fósiles hay muchas, pero cuántas y cuáles de ellas tiene un inversor de CFDs en su casa. Lógicamente, si como consumidores buscamos la mejor relación calidad/precio, nos decantamos por las fuentes de energía tradicionales. 

 

¿Cerramos la puerta a las energías renovables en nuestra vida? No, pero cuando hablamos de gastar dinero o de ganar dinero, vamos a lo seguro, lo de toda la vida. Y eso supone invertir en CFDs de materias primas y de empresas energéticas de combustibles fósiles en gran medida y sólo un poco en empresas que obtengan su energía de fuentes renovables. 

 

Por lo tanto, la respuesta a la pregunta de si es realmente tan fácil dejar de utilizar los combustibles fósiles la tienes en tu factura de la energía más que en tu cartera de inversión. 

 

Si quieres ahorrar, apuestas por las energías tradicionales, aunque vayas abriendo la puerta a las renovables. Así, si quieres ganar dinero apuestas por las energías tradicionales en tus CFDs, aunque vayas dejando sitio en tu cartera a esas empresas de energías renovables que pueden también aportar valor, pero quizás a más largo plazo.   

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