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El terror enluta festival

Visitantes de varios países, organizadores del evento y autoridades del estado de Michoacán se dieron cita a las afueras del Teatro Morelos para desfilar por la alfombra rosa —en lugar de roja— y presenciar el concierto inaugural del 27 Festival de Música de Morelia. 

El inicio del concierto de la Geneva Camerata, orquesta suiza dirigida por David Greilsammer, estaba pactado para las 8:00 de la noche, pero el espectáculo no comenzó hasta pasadas las 21:00 horas. 

El gobernador Silvano Aureoles intentó hacer un chiste y dijo que estaba sentado entre un Habsburgo  y un Juárez

Visitantes de varios países, organizadores del evento y autoridades del estado de Michoacán se dieron cita a las afueras del Teatro Morelos para desfilar por la alfombra rosa —en lugar de roja— y presenciar el concierto inaugural del 27 Festival de Música de Morelia. 

El inicio del concierto de la Geneva Camerata, orquesta suiza dirigida por David Greilsammer, estaba pactado para las 8:00 de la noche, pero el espectáculo no comenzó hasta pasadas las 21:00 horas. 

Antes de que comenzaran los primeros acordes de la Obertura La Speziale, de Franz Joseph Haydn, tuvo lugar un largo evento protocolario donde pronunciaron discursos el alcalde de Morelia, el gobernador de Michoacán, y representantes de la Embajada Suiza en México, de Conaculta y del comité organizador. Luisa María Calderón, senadora y hermana del expresidente Felipe Calderón estaba entre los asistentes.  

Carlos Felipe de Habsburgo, presidente del patronato del Festival, comenzó su discurso comentando que su hijo, quien actualmente vive en París, le llamó por teléfono para informarle de la tragedia que había sucedido horas antes en la capital francesa. 

El presidente del patronato pidió a la audiencia ponerse de pie para guardar un minuto de silencio por las víctimas del atentado. 

Después de esto los demás oradores fallaron en entusiasmar a la audiencia. El ambiente a partir de ese momento fue solemne y dejó claro que esa primera noche no sería la más entusiasta del festival. 

El gobernador Silvano Aureoles Conejo intentó hacer un chiste, cuando subrayó que se encontraba sentado entre un Habsburgo y un Juárez 

–Felipe, el presidente del patronado, y Saúl Juárez, secretario cultural de Conaculta– y que esperaba que se llevaran bien durante el concierto. 

Las risas de una audiencia impaciente por la demora fueron muy escasas, pero el gobernador continuó alabando a los organizadores y al estado como capital cultural de México.

Al final de su intervención, Aureoles también mencionó el atentado terrorista de París. Hubo más silencio de los asistentes. 

Cuando la Geneva Camerata sonó por primera vez en México no hubo una explosión de júbilo, pero el desempeño de los suizos fue impecable. 

La orquesta se compone de algunos de los solistas más virtuosos y versátiles de la actualidad y ha sido alabada como un conjunto dinámico y aventurero. Los europeos no decepcionaron. 

La primera parte del programa, con la ya mencionada pieza de Joseph Haydn, seguida por la interpretación de la Sinfonía No. 5 en si bemol, de Franz Shubert, fue lo mejor de la velada. 

Cabe destacar una segunda interrupción entre la obertura y la sinfonía, la cual fue ocasionada por el sonido insistente de un teléfono celular en las primeras filas. El director de la orquesta volteó molesto en la dirección del asistente con el móvil y no comenzó a tocar hasta que el aparato electrónico fue silenciado.  

A partir de ahí, no hubo interrupciones. Los aplausos del público no se anticiparon durante las transiciones entre movimientos de la 5ª sinfonía de Shubert.  Estos llegaron hasta el final del último movimiento, tal y como lo dictan los cánones de la música clásica. 

Para la segunda parte del programa, la Geneva Camerata abrió con una obra experimental del compositor Martin Jaggi titulada Uruk, en referencia a la ciudad más importante de la antigua Mesopotamia. 

Fue un cambio radical en la trayectoria sonora del evento. Acordes disonantes, rasgados angustiantes de cuerdas y silencios arrítmicos sirvieron para fortalecer el tono desigual de una noche afectada por las terribles noticias en Europa. 

Durante los nueve minutos que duró la ejecución de Urek, las imágenes del terror que actualmente se vive en el Medio Oriente y en el mundo parecían más identificables que las de los tiempos gloriosos de Gilgamesh. 

El programa culminó con el concierto para piano No. 17 de Wolfang Amadeus Mozart. 

El concierto enlistado en el opus del histórico vienés con el número K453 fue interpretado magistralmente por Grailsammer, el director de la orquesta como, en el piano. 

Los aplausos del público michoacano forzaron a un encore, pero la noche no fue apoteósica. 

Las actividades de la edición 27 del Festival seguirán hasta el 29 de noviembre. Habrá conciertos, exposiciones escultóricas, clases magistrales, conciertos para niños, tianguis gastronómico, bazar y un coloquio dedicado a Miguel Bernal Jiménez, compositor michoacano y fundador del Festival.