Furor eclipsado

El eclipse solar pasó por México dejando grandes expectativas entre los ciudadanos que se tomaron el tiempo de observar el cielo. La nubosidad del día de ayer se adueñó del Astro Rey que fue poco a poco cubierto por la luna al filo de las 13:20 horas.

Cientos de personas se congregaron en las calles del Valle de México esperando que llegara el acontecimiento astronómico tal como en 1991, cuando se suscitó de manera total y logrando la noche por casi siete minutos.

Muchos adelantaron su hora de comida para ser testigos del eclipse

El eclipse solar pasó por México dejando grandes expectativas entre los ciudadanos que se tomaron el tiempo de observar el cielo. La nubosidad del día de ayer se adueñó del Astro Rey que fue poco a poco cubierto por la luna al filo de las 13:20 horas.

Cientos de personas se congregaron en las calles del Valle de México esperando que llegara el acontecimiento astronómico tal como en 1991, cuando se suscitó de manera total y logrando la noche por casi siete minutos.

“Por lo que yo leí es total, se va a ver la luna muy chido”, esperaba con emoción André junto a su amiga Noemí, quienes se prepararon con filtros especiales para fotografiar el eclipse en las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, aunque ambos desconocían que era parcial.

El vidrio de soldar sombra 14, el único realmente funcional para no dañar la vista al ver el sol directamente, se agotó en varias ferreterías de la ciudad y en algunas otras su costo llegó a rondar los 50 pesos, cuando regularmente su precio es de un máximo de 15 pesos.

En la capital del país el porcentaje de visibilidad fue del 26.7 por ciento, por lo que a simple vista no se podía percatar que estaba ocurriendo un eclipse.

“No lo estoy mirando, pero percibo que ya está pasando, no lo miro porque me afectaría a la vista, yo estoy enferma de la vista también”, indica la señora Melina, quien vende chicles, cigarros sueltos y golosinas en la Explanada de Bellas Artes.

Melina se acerca a los fotógrafos para vender las gomas de mascar, mientras hace memoria de que hace 26 años observó el eclipse total en la Ciudad de México.

“A la mejor, posiblemente en eso me afectó la vista, porque yo lo miré directo, porque lo vi tan hermoso que lo vi directo”, recuerda la vendedora que además usa silla de ruedas.

Palacio de Bellas Artes: Entre turistas y curiosos

Todo parece indicar que es un día ordinario a las afueras del Eje Central Lázaro Cárdenas en su cruce con la Avenida Juárez, ahí donde descansa el edificio de mármol blanco y es un punto neurálgico del turismo capitalino.

Jóvenes, adultos mayores, visitantes extranjeros, profesionistas y demás transeúntes caminan o descansan en la explanada, que desde antes de las 12 del mediodía luce repleta.

Entre la muchedumbre había varios preparados con su vidrio de soldador, aunque en su mayoría no prestaba atención a la interacción del sol y la luna empezado el eclipse.

Islem y Mohammed visten de manera casual, hablan entre ellos un lenguaje inentendible para los mexicanos, al preguntarles su origen confiesan ser de Egipto y se encuentran en México por un programa estudiantil para enseñar su cultura en escuelas primarias.

Ninguno de los dos porta gafas de sol y no saben que en ese instante ocurre un eclipse solar sobre sus cabezas.

Portando camisa blanca a rayas, traje gris y lentes de sol de imitación Ray-Ban Aviator, Miguel Gutiérrez se aventura a ver hacia el cielo pasadas las 12:30 del mediodía, sin importar que sus anteojos no son especiales para observar adecuadamente el fenómeno.

“Lo veo por segundos, no mantengo la mirada cinco minutos, ni siquiera un minuto, lo hago por segundos y así no lastimo la vista”, asegura Gutiérrez que es abogado de profesión.

En las fuentes aledañas del Palacio de Bellas Artes, la gente aprovechaba la acumulación de agua para ver a través del reflejo, aunque las nubes predominan mientras ocurría el suceso.

Ángel de la Independencia: Lentes al cielo

Fotógrafos de agencias, medios periodísticos y otros amateurs se congregaron en la rotonda del Ángel de la Independencia con un solo propósito: fotografiar la danza parcial de los astros.

No faltaba el curioso que de no tener protección especial recurrió al reflejo de su celular para mirar al sol, o peor aún, lo usaba para a través de él con la aplicación de la cámara observar el cielo.

A diferencia de otros puntos de la ciudad, donde los peatones no prestaban atención al cielo, los visitantes de la Victoria Alada estaban dedicados a observar el eclipse solar.

Aunque no tuvieran filtros especiales para sus cámaras, los fotógrafos improvisaban con celofanes oscuros o micas opacas para sacar la imagen digital del cielo, aunque también hubo quien llevaba su equipo de hobby con lentes y tripié especializados para luego seleccionar el material desde una iPad.

Para las sorpresa de los visitantes, el luchador Tinieblas Jr. se encontraba presente haciendo una transmisión en vivo por Facebook, pero no prestó atención al acontecimiento astronómico.

Lomas de Chapultepec: Los Godínez prevenidos

La hora de comida tuvo como pretexto adelantarse a las 12:30 del mediodía para mirar el eclipse, donde abundan edificios abarrotados de oficinistas de consorcios transnacionales.

El puente de la ciclovía que atraviesa el Paseo de la Reforma a la altura de Lomas de Chapultepec, lucía con más de 50 peatones que su único propósito era mirar al cielo nublado, aunque no faltaba uno que otro despistado.

“¿Qué está pasando?”, preguntaban de saco y corbata a quienes volteaban a ver el sol con vidrio de soldador en mano, a lo que los prevenidos respondieron que el eclipse era parcial.

Dos mujeres que no lograron encontrar la famosa sombra 14 se hicieron de todo el casco de soldador, poniendo el toque humorístico entre los caminantes del puente.

“Venimos a cargarnos de buenas vibras y de la energía solar” afirmaban las oficinistas.

La sobrecarga del paso peatonal sacudía a quienes esperaban el momento culminante de las 13:20 horas y no desaprovecharon para fumarse un cigarrillo, tomarse una selfie y compartir el material en redes sociales.