La muestra incluye 267 piezas de esa colección de arte popular, así como de acervos particulares. Foto: Especial

Deforestación, sobreexplotación, turismo y crecimiento urbano afectan la producción artesanal en México

La exposición “No por natural es sostenible”, que se exhibe en el Museo Franz Mayer, ofrece una mirada a las distintas problemáticas que enfrentan artesanos en el país para preservar, rescatar o sustituir sus materias primas

La deforestación, la sobreexplotación, el crecimiento urbano, la falta de conservación y el desdén al patrimonio biocultural está acabando con la materia prima de cientos de artesanos en el país.

En la costa de Oaxaca tintoreros llevan años librando batallas para proteger el caracol Plicopurpura pansa, el molusco que les da un tinte inigualable a sus textiles, mientras que, en Sonora, danzantes de la región mayo están buscando alternativas para proteger los casi desaparecidos capullos de mariposa cuatro espejos que usan en sus bailes rituales.

En Puebla, los artesanos de papel amate tienen que recorrer kilómetros, incluso hasta la frontera con Guatemala, para encontrar la corteza de árboles extintos, mientras que en Tonalá, Jalisco, las minas de barro que alimentan los talleres de alfarería están siendo ocupados por conjuntos residenciales.

En un país donde las artesanías son el rubro cultural que más contribuye al PIB y desde el discurso institucional se elogia el arte popular, artesanos en distintas partes del país están padeciendo las consecuencias del deterioro del medio ambiente, la sobreexplotación de materias primas naturales o de la propia transformación de sus procesos tradicionales por los de tipo industrial.

Una mirada a esa problemática con muchos pliegues es lo que se puede ver en la exposición No por natural es sostenible. Experiencias desde el arte popular, que actualmente se exhibe en el Museo Franz Mayer.

Curada por el Centro de Estudios Ruth D Lechuga, coordinado por la antropóloga Marta Turok, la muestra incluye 267 piezas de esa colección de arte popular, así como de acervos particulares.  Se trata de emblemáticas piezas que trazan un mapa de la diversidad artesanal del país, pero también de sus múltiples problemáticas en torno a la sostenibilidad.

Naturaleza y sostenibilidad

Después de años de trabajo de campo y acompañamiento a distintos proyectos comunitarios, la antropóloga Marta Turok, con apoyo de Carlos Bravo Marentes, plasman aquí la premisa de que aunque gran parte de las materias primas de los artesanos son naturales, no todos los procesos son sostenibles.

“La idea viene de algo que en algún momento escribí sobre los tintes naturales. La palabra natural está muy mal usada. Por ejemplo, si voy al súper y quiero comprar un yogur, me dicen que es ‘natural’ cuando el contenido está lleno de azúcar. Entonces, lo mismo aquí, no solamente porque lo recuperas de la naturaleza es sostenible”, plantea la antropóloga, en entrevista con Reporte Índigo.

A lo largo de seis apartados, la muestra da ejemplos claros de la escasez o extinción de recursos naturales o fauna que utilizan los artesanos para sus creaciones y de proyectos que están luchando por preservar lo poco que les queda. También se pueden ver casos de innovaciones o alternativas que han encontrado para continuar con la producción artesanal, algunas veces exitosas y otras con consecuencias que afectan el medio ambiente o a su propia salud.

Ahí está, por ejemplo, el caso del papel amate que pasó del uso local y ritual en la comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán, en Puebla, a convertirse en una codiciada artesanía en los años 70 y 80, provocando la extinción del árbol de jonote blanco y otras especies en esa zona.

“Desde los años 70 van incorporando más especies de árboles, aparecen los jonoteros, que son los que van y buscan por las veredas y hay un momento donde no es muy fácil extraer el papel y empiezan a usar sosa cáustica, cloro, para hacer el papel y blanquearlo”
Marta TurokAntropóloga

Este caso, dice, ilustra bien las consecuencias del éxito de una artesanía y la sobreexplotación de los recursos naturales sin un manejo adecuado. “Hay mucha creatividad en encontrar las alternativas, sin embargo, no hay planes de manejo. Se hicieron intentos de cultivo y reforestación, pero no hemos podido sustituir la sosa cáustica”, lamenta.

Las consecuencias del turismo

En contraste, en la costa de Oaxaca, artesanos tintoreros lograron desde finales de los 80 la protección y rescate del caracol púrpura cuyo hábitat está en las zonas rocosas de Huatulco. En esos años el problema era la explotación salvaje de empresas japonesas que sacaban el tinte del molusco para teñir telas de seda, ahora es el turismo y el uso gastronómico de la especie.

“Es la especie artesanal más protegida, más investigada y aún con toda la experimentación y los logros obtenidos, hemos ganado batallas, pero estamos perdiendo la guerra”, dice la antropóloga, quien junto a tintoreros de Pinotepa de Don Luis lograron a finales de los 80 que se creara un acuerdo intersecretarial para regular el desarrollo, conservación y aprovechamiento de esa especie.

“El problema desde hace 10 o 15 años es que lo consumen. La gente no sabe, pero la lapa, que es una cucaracha de mar, se la mezclan con el caracol púrpura. Se lo están comiendo. Ya no son los japoneses el problema, ahora es la tragadera del caracol. La baja ha sido brutal”, señala la especialista, quien añade que actualmente colectivos de artesanos están exigiendo que se hagan monitoreos anuales en el Parque Nacional Huatulco para evaluar la salud de la especie.

La falta de maderas para la producción de artesanías en comunidades seris, la escasez del barro en Jalisco, la introducción de productos industriales para el teñido de textiles, así como los esfuerzos de danzantes por crear mariposarios para reproducir los capullos que requieren para sus danzas rituales son otros de los casos que se pueden ver en esta muestra que se podrá ver hasta el 14 de enero de 2024.

Consumo responsable

A través de distintos ejemplos la muestra también busca apelar al consumidor y a los interesados en el arte popular.

Los consumidores, dice Marta Turok, deberían poner más atención en el proceso de producción de los objetos que adquieren: “que se pregunten de dónde viene la materia prima, cuál es el proceso de producción y que se enfoquen en pagar un poco más por aquello que viene de fuentes de manejo sustentable”.

A nivel institucional, dice, las instancias de gobierno, tanto culturales como las encargadas de la biodiversidad y el medio ambiente, deberían poner más atención en estas problemáticas.

Toma nota

  • No por natural es sostenible. Experiencias desde el arte popular incluye 267 piezas de la colección del Centro de Estudios Ruth D Lechuga y otros acervos particulares
  • Estará disponible hasta el 14 de enero de 2024
  • En el Museo Franz Mayer, en Av. Hidalgo 45, Centro Histórico de la Ciudad. de México
  • Horario: Martes a viernes, de 10:00 a 17:00 horas. Sábado y domingo, 11:00 a 18:00 horas