Bajo la dirección de Amada Domínguez y Marcela Aguilar, Enredo Barroco se presenta como un espectáculo que utiliza el movimiento como lenguaje para contar historias. foto: Especial

Damián Alcázar apoya las artes escénicas y el rumbo del gobierno actual

El actor destaca su compromiso con proyectos cinematográficos críticos y su apoyo a la danza contemporánea, como se evidencia con su participación en la obra Enredo Barroco. Además, reflexiona sobre el papel del arte como catalizador del cambio social y su contribución a la conciencia política en México

A Damián Alcázar le complace pasear por su barrio, interactuar con la gente y recibir saludos. Aunque ya no le solicitan tantas fotografías, pues considera haberse tomado todas las posibles, la cordialidad con la que es tratado es algo que valora. Este reconocimiento impulsa su compromiso de ofrecer un trabajo que no solo brinde entretenimiento, sino también momentos de reflexión.

La dedicación se refleja en sus colaboraciones cinematográficas, especialmente en aquellas en las que ha trabajado con Luis Estrada, como La Ley de Herodes, El Infierno y ¡Que viva México!

“Me nutro de todo lo que puedo ver y leer, así como de la realidad que experimento, porque es en ese espacio donde habita la audiencia. Es crucial abordar ciertos temas, acercarlos y hacerlos más comunes.

“Soy de una generación en donde nos enseñaron que en la mesa no se habla ni de política, de futbol, ni de religión, y creo, tendría que ser todo lo contrario. Se debe hablar de cualquier tema, sin que haya ninguno vetado, para que los niños y los jóvenes crezcan con una conciencia”, explica en entrevista con Reporte Índigo.

Con el fin de seguir impulsando la creación y a los jóvenes, Damián se unió al proyecto de la compañía teatral Travesías Escénicas, Enredo Barroco.

Enredo barroco se presentará este viernes 24 de noviembre, en el Teatro de las Artes, a las 20:00 horas. El 9 y 10, en el Centro Cultural Los Pinos, en el Auditorio C

Conocido por su destacada carrera actoral, comparte un capítulo menos conocido: su sueño frustrado de ser bailarín. Este anhelo encontró su redención en el apoyo a esta obra, una travesía en la danza contemporánea que Alcázar respalda.

Después de graduarse de la Universidad Veracruzana, el actor cofundó el Centro de Experimentación Teatral (CET) en la Ciudad de México con Luis de Tavira. Durante cuatro años, recibió formación de la destacada bailarina y coreógrafa Marcela Aguilar. En ese periodo, conoció a Amada Domínguez, coproductora de Enredo Barroco.

“Primero soy un actor y luego Damián Alcázar, es una cosa rara. Entonces yo quisiera que así fueran todos los artistas. Si Amada hubiera volado, ahorita sería la bailarina mexicana con más prestigio y presencia; sin embargo, en México hay poco apoyo económico y promoción de nuestra danza contemporánea y clásica”, expresa el actor.

Ante esta situación, Alcázar alentó a Domínguez a emprender un proyecto propio y formar una compañía de danza. El apoyo a la danza contemporánea se materializó al presentar la propuesta a la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, quien, sin dudarlo, le ayudó para que esta obra se presente hoy, 24 de noviembre, en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CENART).

“Tengo amigos bailarines, que dan dos o tres funciones al año y de eso no se puede vivir. Por eso le dije a Amada ‘ándele, haga un proyecto, deberías tener tu compañía’. No soy mecenas, porque no tengo dinero, pero puedo, de alguna manera, apoyarla”, explica el histrión que formará parte de este proyecto al recitar poemas de Arabella Salaverry y Dora Moro.

Un viaje al realismo mágico

Bajo la dirección de Amada Domínguez y Marcela Aguilar, Enredo Barroco se presenta como un espectáculo que utiliza el movimiento como lenguaje para contar historias impulsadas por las pasiones que guían la vida.

La obra incorpora un cruce de culturas y disciplinas, desde el compositor Scarlatti hasta el jazz de Lucio Sánchez. La estructura de siete partes incluye representaciones visuales y danza.

“Es un realismo mágico en escena, como teatro corporal. Estoy feliz de haberles apoyado. Después de esta presentación, en 2024 voy a promoverla con todos los alcaldes y alcaldesas y ver las posibilidades de que la gente lo vea, que se presente donde ellos consideren, tenemos plazas públicas, yo así comencé haciendo teatro”, cuenta.

El arte, al ser una de las herramientas que cohesionan a la sociedad de una mejor manera gracias a los valores como la armonía y el disfrute de lo estético, Alcázar insiste en la necesidad de un mayor apoyo para la danza. Por ello, espera que Enredo barroco logre ese alcance y que las jóvenes generaciones se vean beneficiadas.

“La danza necesita más promoción y apoyo, entonces tendríamos que tener espacios suficientes para verla, como las plazas públicas o los salones, vale la pena que nuestros jóvenes y niños vean este tipo de proyectos, porque el arte brinda los mejores valores. Lástima que acá, por ejemplo, no tenemos la tecnología ni el dinero, sino hasta en holograma podría yo estar en todas las en todas las funciones”, aclara.

Damián Alcázar reflexiona sobre la naturaleza del arte y comparte su convicción de que ninguna obra estética, película, obra de teatro, novela o composición musical puede ser una revolución por sí sola. Para él, el arte debe tener contenido y voz para tener un impacto significativo.

“Ninguna obra estética hará una revolución; sin embargo, sí participa activamente. El arte que no tiene contenidos ni voz no me interesa. El artista se debe al tiempo, a su gente y no a una cosa abstracta llamada arte; el talento es el resultado del esfuerzo absoluto, no salvo ciertos casos”, expresa el actor.

Damián tendrá nuevos proyectos a partir de enero, colaborando con Luis Estrada en la serie basada en el libro Las muertas de Jorge Ibarungoitia. Además, concluyó una película mexicana y otra española, sumando a su agenda la filmación de Noche de ficheros, una comedia dirigida por Anabel Caso

El arte como catalizador del cambio social

Damián Alcázar comparte su perspectiva sobre el impacto del cine en la conciencia social y la evolución política en México. Destaca cómo la cinta La Ley de Herodes marcó el fin de la censura en el cine mexicano y abordaron temas que antes eran tabú, como la crítica al PRI y sus prácticas.

“A partir de esta película se acabó la censura. Además, abordamos temas de los cuales no se podía hablar como del Ejército o la Virgen de Guadalupe. Hablamos de lo que era el PRI y mira en qué situación está en estos momentos, ojalá que cambien, incluso de siglas, porque eso ya no servía, al contrario. Estaba pudriéndolo todo.

“No digo que gracias a nosotros, pero le hicimos ver a la gente de manera caricaturesca, estética, creativa y muy crítica  la situación por la que estaba pasando el país y quiénes eran nuestros políticos”, enfatizó Alcázar, señalando el papel crucial del cine en exponer la realidad política.

El actor también subrayó su participación activa en la creación de una conciencia social a través de proyectos cinematográficos críticos como Un Mundo Maravilloso, El Infierno, y La Dictadura Perfecta. Estas películas, según Alcázar, han contribuido a la reflexión y la conciencia social en México.

La situación política del país

Damián Alcázar expresa su apoyo a la actual administración y resalta los cambios positivos, como el aumento del salario mínimo; además, percibe que ‘la gente de a pie’ recibió mejoras en sus condiciones de vida. Sin embargo, Alcázar reconoce la persistencia de conservadurismos y resistencias al cambio, especialmente entre aquellos “menos urgidos de transformación”.

'La conciencia se ha logrado, no gracias al arte, pero sí a una nueva visión. El logro extraordinario de nuestro presidente es movilizar a la sociedad. Ahora, unos están en contra y otros a favor, pero la gran mayoría ya participa. Había una dejadez absoluta del mexicano en el abandono y así lo trataban. Ahora no; sí hay cambios'
Damián AlcázarActor

“Vamos por buen rumbo. Sin lugar a dudas, la señora Sheinbaum es la mejor opción, lo otro es regresar al pasado, con todas las mentiras y manipulación de los medios. Pero la gente ya no se deja engañar; el obrero ya sabe lo que es haberle subido un 80 o 90 por ciento el salario mínimo, cosa que antes subía un tres o cinco por ciento. La gente de abajo sabe que las condiciones son mucho mejores. Los que no quieren reflexionar y pensar no quieren darse cuenta, no quieren cambiar”, opina.

Te puede interesar