Para conocer el origen de esta receta hay que volver al México prehispánico, ya que el pozole es un platillo lleno de historia: Foto: Pexels

La historia del pozole, el sangriento origen del platillo prehispánico hecho con carne humana

Actualmente se tiene registro de 20 variantes de pozole; sin embargo, todas ellas distan mucho de la receta original

Uno de los platillos que no pueden faltar durante las noches mexicanas es el pozole, pero, ¿sabías que esta tradicional preparación tiene un origen bastante macabro, si lo vemos desde nuestra perspectiva actual?

Pues éste tiene una larga historia, ya que se creó durante la época prehispánica y sí, su origen está relacionado con los sacrificios humanos, la sangre y, ¿el canibalismo? Así es, debido a que el ingrediente principal era la carne humana de los guerreros.

Pero vamos poco a poco, ya que ahora te puede parecer desagradable, no obstante, todo era parte de un ritual para los antiguos mexicas y la receta cambió debido a la conquista y la evangelización.

El sangriento origen del pozole

Como te contábamos, el pozole se remonta a la época prehispánica, aunque en ese momento la preparación recibía otro nombre: tlacatlaolli, que en náhuatl significa “maíz de hombre” y solo se preparaba en ceremonias muy especiales.

Pues se realizaba luego de hacer los rituales a los dioses, en especial cuando se hacían las ofrendas para Xipe Tótec, el señor de la fertilidad y la regeneración, ya que como parte de estas celebraciones se le sacaba el corazón a un hombre.

El objetivo de hacerlo, es que se tenía la creencia de que, al sacar el corazón éste liberaba una esencia que alimentaba a los dioses, de acuerdo con el chef del restaurante El Jolgorio Rodrigo Llanes en entrevista para el portal Verne.

Cuando esta ceremonia finalizaba, dejaban caer el cuerpo por las escaleras del templo, el cual era tomado por los guerreros, quienes se lo llevaban para cortarlo en piezas y prepararlo para hacer los alimentos.

“No se trataba de un mero acto de crueldad, efectivamente estaban convencidos de que la sangre y el corazón humanos eran necesarios para mantener con vida todos los fenómenos necesarios para la sobrevivencia humana, como la fertilidad”, compartió la historiadora Laura Ibarra para el diario Milenio.

El pozole, o tlacatlaolli, se realizaba al hervir la carne humana del hombre que habían sacrificado a los dioses, junto con el maíz, de acuerdo con las recetas recabadas por los frailes españoles después de la conquista.

¿Por qué comían la carne humana con el pozole?

A pesar de lo extraño que pueda parecer, para las culturas prehispánicas este era un ritual serio y muy importante, ya que incluso el pozole no era una comida para todas las personas, sino que únicamente se destinaba para las más altas jerarquías.

Así, luego de que se preparaba, el platillo era dividido entre el tlatoani, es decidir el emperador, quien se llevaba el muslo, la parte más preciada; y los parientes de quien había capturado al muerto, de acuerdo con las crónicas de fray Bernardino de Sahagún.

Pero todo tiene una explicación y “es que la vida del sacrificado, una vez muerto, pertenece a la divinidad, a la fuente de toda vida y que, por lo tanto, su ingestión es una forma de revitalización”, señala la historiadora Laura Ibarra.

Es así que para las culturas comer la carne de los sacrificados era una manera de apropiarse de la energía, similar a un tratamiento de belleza o salud que los renovaba y les daba una vida mucho más larga, comenta la experta.

Pero, además de mantener el vigor de los guerreros, Yolanda García González, doctora en Historia considera que comían la carne humana debido a que el sabor y la textura eran muy delicados: “por eso solo se destinaba a las altas jerarquías“, dijo en entrevista con la BBC.

Por su parte, Rodrigo Llanes explica que: “comer la carne del vencido (…) te hacía sentir que eras un guerrero poderoso y todos los que comían de esta carne lo hacían desde el privilegio. Daba una sensación de poderío y fuerza”, para el diario Verne.

¿Quiénes eran las personas que sacrificaban?

Los guerreros que morían sacrificados formaban parte de los grupos enemigos capturados por los mexicas, aunque no todos participaban en la ceremonia de manera forzosa, ya que había quienes se ofrecían para los rituales.

“Un guerrero capturaba a un enemigo de su mismo rango en el campo de batalla. Ese momento era como ir al mercado a conseguir buenos ingredientes”, compartió el también historiador Rodrigo Llanes.

Otros guerreros lo hacían voluntariamente debido a que “cuando eran guerras muy cercanas a Tenochtitlan, realmente se consideraba un honor formar parte de ese sacrificio”, de acuerdo con Yolanda García González para la BBC.

¿Cuándo se dejó de usar la carne humana?

Cuando comenzó la conquista, los evangelizadores se dieron cuenta de esta práctica, por lo cual decidieron modificar solo el uso de la carne humana y la cambiaron por piezas de cerdo.

Así, se mantuvo el uso del maíz como símbolo religioso, sociocultural y económico del México prehispánico, pero colocaron un ingrediente propio de España, señala la historiadora Yolanda García González.

Y poco a poco se fueron agregando más ingredientes hasta llegar a las recetas que conocemos hoy en día; además adquirió el nombre de “pozole” por tlapozonalli, que significa espumoso, ya que cuando los granos de maíz hierven se abren como flor, lo cual les da una apariencia de espuma, según con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Actualmente se tiene el registro de al menos 20 variantes de la receta del pozole, ya que a los tradicionales blanco, rojo y verde; se unen preparaciones que incluyen mariscos, frijoles y hasta trigo, como parte de los ingredientes.

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