Violencia interminable

Todo estaba listo para que Susana Loayza Bravo celebrara sus 63 años el 7 de enero del año pasado en La Victoria, Perú, pero tras una disputa con su marido Manuel Veaizán Weston de 75 años, el cónyuge tomó un arma blanca de cocina y apuñaló a la mujer para después suicidarse.

Así como esta historia se repiten miles más no sólo en Sudamérica sino en el resto del mundo, y es justo como uno de estos sucesos inspiró a la cineasta Lucía Gajá a tomar la cámara para contar que la violencia de género es universal.

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Años tardaron en editar todas las tomas para la cinta documental
“Esta película no tendría que existir, pero existe justo como para poder poner este tema en las mujeres de todo el mundo”
Lucía GajáCineasta
La ONU Mujeres considera que la violencia contra la mujer es una pandemia internacional desde noviembre de 2016

Todo estaba listo para que Susana Loayza Bravo celebrara sus 63 años el 7 de enero del año pasado en La Victoria, Perú, pero tras una disputa con su marido Manuel Veaizán Weston de 75 años, el cónyuge tomó un arma blanca de cocina y apuñaló a la mujer para después suicidarse.

Así como esta historia se repiten miles más no sólo en Sudamérica sino en el resto del mundo, y es justo como uno de estos sucesos inspiró a la cineasta Lucía Gajá a tomar la cámara para contar que la violencia de género es universal.

“De pronto cuando me topo con un par de historias en donde leo –la que más me impactó era– un señor de 75 años que asesina a su mujer de la misma edad con muchísimos años de matrimonio, un día en la cocina de su casa, el día de su cumpleaños, con toda su familia ahí y la mata a cuchilladas”, sólo que esto ocurrió años antes en España, recuerda Gajá en entrevista para Reporte Indigo.

La cifra es alarmante, una de cada tres mujeres sufre violencia doméstica o sexual en algún momento de su vida, y esto sucede en todas las naciones del mundo según la ONU Mujeres.

Y bajo esta premisa Gajá salió de México para tomar cinco países y retratar que sin importar la formación académica, posición social, lenguaje o raza, la violencia de género se ejerce en todo el planeta sin haber una real equidad de género.

Finlandia, India, Estados Unidos, España y México fueron las distintas latitudes a las que acudió Gajá y después de conseguir apoyos, fondos y patrocinios que se vieron reflejados en 10 millones de pesos, 5 años de filmación, 200 horas de material grabado y dos años de edición, “Batallas íntimas” (2016) logra estrenarse en la gira de documentales Ambulante el próximo 26 de marzo.

“Para mí era muy importante sacar a la violencia doméstica de nuestro contexto mexicano, para nosotros como público, y hablar de ella como un fenómeno mundial (…) lo que yo quería era encontrar, ver si era cierto que no importando la religión, la raza, el idioma, si eran mujeres de clase alta, de clase media o de clase baja, de países del primer mundo o en vías de desarrollo, la violencia era la misma”, comparte la realizadora.

Amar no es dolor

Para Gajá era importante reflejar en el documental que la normalidad nunca debe ser la violencia física en una relación, ya que ella pudo constatar en los testimoniales de las mujeres que este es un nicho común, la agresión como muestra de amor, hasta llegar en ocasiones a la muerte.

“Me surge esta necesidad de entender qué es lo que significa matar a alguien que amas o que dices amar o sea qué tipo de situación nos rige como sociedad para que esto no sólo suceda sino se haya permitido durante mucho tiempo, incluso hayan existido leyes en donde el hombre podía pegarle a su mujer”, comenta la directora.

“Batallas íntimas” no buscaba sólo denunciar y apuntar la problemática de género sino también mostrar que hay una salida a ese círculo de violencia al cual muchas veces no logran darse cuenta del que son víctimas.

“Sin embargo, estas son cinco historias de cinco mujeres que lograron sobrevivir en un mar de mujeres que no, como dice Evelyn en la película, el 99 por ciento de las mujeres son asesinadas cuando tratan de irse de su casa y eso es cierto”, narra Gajá.

Geografía del abuso

En la actualidad en India el 90 por ciento de los matrimonios siguen siendo arreglados, en España la violencia de género se persigue a través de un Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y en Finlandia, a pesar de ser en 2009 el país de primer mundo donde se imparte la mejor educación, era también la nación con  mayor incidencia de violencia doméstica en todo el territorio nórdico.

Son estos puntos en común en los que Gajá encontró una conexión para hablar del abuso hacia la mujer, para plasmar en video historias de cinco mujeres que han superado una vida de maltrato por el género masculino.

“Ahí me empecé a dar cuenta y decir ‘bueno es que esto no es que sea el alcohol o sea tal o tal’. El clima, el desempleo, el que la mujer esté más empoderada todos estos son catalizadores pero ese no es el origen de la violencia”, dice Gajá.

Aceptando ser agresor

Aunque tal vez no sean la mayoría, si hay hombres que aceptan ser golpeadores y quieren cambiar, estas terapias grupales llevadas a cabo por Grupo Gendes fueron grabadas por Gajá, pero quedaron fuera del documental.

“Lo filmamos una vez, para mí era importante que estuviera en la cinta, sobrevivió hasta el noveno corte y Mariana Rodríguez —una coeditora que nos ayudó (…)— me dijo ‘creo que esto tiene que salir, no es que esté mal. Es interesante, pero esto es la voz de ellas’”, aclara.

No es un ataque a los hombres

Gajá expresa que este documental no es para que el género masculino se sienta como el villano, sino para crear una conciencia de cómo la violencia es una decisión no una justificación o de apuntar hacia las mujeres y decir o pensar ¡que ellas son las culpables de los golpes.

“No es una película que los ataque, o que generalice sino que estamos hablando de esta situación y de los hombres que deciden, porque eso me lo enseñaron mis protagonistas, ellos deciden ejercer violencia, no todos los hombres que vienen de hogares en donde sufrieron y vieron violencia la ejercen, entonces, es una decisión”.

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