‘Cheves’ después del partido

A cualquiera le ha pasado. Llevas días de realizar ejercicio y llegado el fin de semana celebras ese ritmo de vida saludable con una cerveza helada, o qué decir de quienes festejan los goles anotados con una bebida después del partido.

 

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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18 a 75
años fueron las edades que se abarcaron en el estudio
La investigación revela que los deportistas tienden a beber más 

A cualquiera le ha pasado. Llevas días de realizar ejercicio y llegado el fin de semana celebras ese ritmo de vida saludable con una cerveza helada, o qué decir de quienes festejan los goles anotados con una bebida después del partido.

 

Y esto no se debe a falta de fuerza de voluntad, sino a la relación que hay entre la ingesta de bebidas alcohólicas y las actividades físicas.

 

De hecho, de acuerdo con estudios y estadísticas de las universidades de Houston y Pensilvania, hay una correlación entre hacer ejercicio y beber alcohol.

 

A más ejercicio, más alcohol

 

La Universidad de Pensilvania reunió a 150 hombres y mujeres de entre 18 y 75 años de edad.

 

A éste grupo de voluntarios se les aplicaron cuestionarios y luego descargaron una app en la que registraron el tiempo que realizaron ejercicio, junto con los líquidos que consumieron a lo largo del día, durante 21 días seguidos. Los datos llegaban a los científicos de manera automática.

 

Tras el transcurso de un año, cada voluntario completó tres series de 21 días.

 

Los investigadores concluyeron que “la gente bebía más de lo normal en los mismos días en los que realizaba más ejercicio que de costumbre”, según el diario español El Mundo.

 

Por su parte, una publicación en Psicología de la Salud, la relación ejercicio-alcohol se produjo durante todo el año, sin importar la estación en la que se encontraba el grupo voluntario.

 

Es decir, que las vacaciones o las posadas no fueron excusa para la ingesta de alcohol. La edad, profesión o sexo de los voluntarios tampoco fueron determinantes.

 

Y es que éste estudio también señala que, inclusive, algunos deportistas tienden a beber más.

 

Una copa como recompensa

 

Por otro lado, una revisión de dicha investigación, publicada en Frontiers in Psychiatry y realizada con roedores, indica que la razón de tal correlación podría radicar en que el alcohol y el ejercicio estimulan al cerebro de manera similar.

 

Leigh Measure, una de las autoras de la investigación, señala que sí es posible que los humanos sean estimulados de esa manera, e indica que aún no se ha comprobado.

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