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Boullosa: el arte de evocar

Para la poeta, novelista y dramaturga Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954), siempre han existido menos mujeres en el mundo de las letras, que la historia no les hace justicia.

Ganadora de los premios Xavier Villaurrutia, Anna Seghers, Literaturpreis, Café Gijón y NY-Emmy, considera que aún quedan mujeres que, no sólo no han sido reconocidas por ser piezas clave de la literatura universal, sino que además, han caído en el olvido y se quedan fuera del canon literario.

“Esta Narcohistoria es más como un deber, un activismo. No podía no hacerlo. México es mi casa y mi infancia. Fue como si me hubieran cambiado las reglas del juego y estoy intentando entender a este nuevo México”
Carmen BoullosaEscritora
“Pues creo que actualmente hay un deseo de publicar autoras mujeres porque el público lector es en su mayoría femenino y existe una mayor posibilidad comercial, que es lo que suele interesar a las grandes casas editoriales”
Carmen BoullosaEscritora
“Para imaginar la obra que habría podido escribir Ana primero la recuperé a ella como personaje, y como mujer. Ana se perdió por decisiones equivocadas y, ciertamente, por el trágico destino que le impuso su autor”
Carmen BoullosaEscritora
“Hace falta mirar la historia para darse cuenta que las mujeres no son reconocidas. Y no es que sean menos talentosas, o que sus obras sean menos importantes: es que son mujeres”
Carmen BoullosaEscritora
Boullosa transita entre diversos géneros: el teatro, la poesía y la novela, pero le fue inevitable involucrarse en un proyecto sobre el tema de las drogas en México ‘Narcohistorias’
https://youtu.be/KVlC_T5oT9I

Para la poeta, novelista y dramaturga Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954), siempre han existido menos mujeres en el mundo de las letras, que la historia no les hace justicia.

Ganadora de los premios Xavier Villaurrutia, Anna Seghers, Literaturpreis, Café Gijón y NY-Emmy, considera que aún quedan mujeres que, no sólo no han sido reconocidas por ser piezas clave de la literatura universal, sino que además, han caído en el olvido y se quedan fuera del canon literario.

Y es que para la escritora, el caso de Sor Juana Inés de la Cruz fue uno muy especial, al ser rescatada por dos grandes escritores: Octavio Paz y Amado Nervo, que son también sus dos grandes biógrafos, “pero que no todas han corrido con la misma suerte”.

A la caza de las olvidadas

Pero, ¿qué las hace estar fuera del canon?

“Que son mujeres”, afirma Boullosa, que tiene una pasión por descubrir autoras olvidadas.

“Hace falta mirar la historia para darse cuenta que las mujeres no son reconocidas. Y no es que sean menos talentosas, o que sus obras sean menos importantes: es que son mujeres”.

A lo largo de los últimos años, los días de la escritora han transcurrido entre la Ciudad de México y Nueva York, a la caza de autoras olvidadas e impartiendo cursos en la Universidad de Nueva York, desde donde habla de las escritoras de las que nadie más habla con el objetivo de “moldear un canon nuevo”.
“Uno en donde la mujer tenga un papel protagónico en todos los aspectos. Yo necesito hablar de todas ellas y recuperarlas. Y Ana Karenina, aunque es un personaje de ficción, también fue una escritora, tuvo un libro olvidado y muy poca gente lo sabe”.

Homenaje a Tolstoi

En la historia escrita por León Tolstoi se dice que “Ana Karenina fue la autora de un libro de primera calidad… notable” y que habría dejado un manuscrito antes de suicidarse.

Es con esta idea que Boullosa escribe el “Libro de Ana”, publicado por el sello Alfaguara, y que ella lo concibe y desarrolla como la autora formal, pero que le pertenece metafóricamente a este personaje de ficción del Siglo XIX.

“Tolstoi dice que ella escribió ese libro. Y no sólo eso, los personajes de su novela lo han leído, y se dice que es muy bueno. Pero después no se vuelve a mencionar nada de él”.

Imaginar la faceta de Ana Karenina como escritora es para la autora mexicana una manera fascinante de reivindicar al personaje de Tolstoi.

“Es rendir un homenaje al personaje principal de esta novela que, para Flaubert y Nabokov, fue la más grande jamás escrita”.

Entre dos mundos

En la novela se transita entre la ficción y lo histórico. La escritora imagina todo un universo ficticio para poder dar a luz al libro que hubiera podido escribir Ana Karenina antes de suicidarse, dotando a la historia original de personajes nuevos a los que hace convivir con los personajes históricos.

“Para imaginar la obra que habría podido escribir Ana primero la recuperé a ella como personaje, y como mujer. Ana se perdió por decisiones equivocadas y, ciertamente, por el trágico destino que le impuso su autor. Pero ella no merecía perderse. Era una mujer brillante, inteligente, sensible y que además era escritora”.

“Si su destino fue terminar bajo los rieles de un tren por la insatisfacción, el desamor, el aislamiento, la tristeza o quizá el opio, yo le quise regalar la publicación de ese manuscrito que nunca se publicó”.

“Para lograr imaginarlo, me fijé en la mirada de Sergio, el hijo que abandona a los siete años en la historia original”.

En la obra de Tolstoi, Sergio aparece como un niño. En el “Libro de Ana”, Carmen Boullosa nos sitúa en San Petersburgo en el año 1905, han pasado tres décadas, y Sergio ya tiene la misma edad de su madre.

La poesía está viva

“Se lee más poesía gracias a las redes sociales”.

Es absurdo pensar que no se hace poesía hoy en día. Se hace poesía de primera. Se hace poesía distinta. Se hace poesía popular. Poesía experimental. Y según Carmen Boullosa, la poesía se lee cada vez más, gracias al fenómeno de las redes sociales.

“El formato virtual favorece a la poesía y le da algo muy especial con la pantalla. Yo sigo el ritual del papel, el gusto por el objeto. Mi relación con el libro y el verso es muy estrecha. Pero entiendo que lo virtual es muy favorable al verso”.

“La cantidad de clicks que tienen los sitios de poesía es enorme. Yo creo que nunca hubo tantos lectores de poesía como ahora. Esto sucede, paradójicamente, en un tiempo que se dice, de manera muy absurda, que la poesía ha muerto”.

Para la escritora de 62 años, que empezó a escribir a los 15 y que nunca ha dejado de lado su oficio, la lectura, el amor por la lengua, el sentimiento de fragilidad propio, es parte de un laboratorio de creación constante.

“Yo no tengo nunca una voz estable. Y además, hago un trabajo diario: diario escribo, diario leo, diario dudo, diario corrijo, diario regreso”.

Violencia en México

En el conjunto total de su obra, la escritora transita entre diversos géneros: el teatro, la poesía y la novela, pero asegura que le fue inevitable involucrarse en un proyecto sobre el tema de las drogas en México.

Pues además del “Libro de Ana”, en mayo de este año se publicó el libro “Narcohistorias”, en el cual la autora, junto con su esposo, el historiador norteamericano y ganador del premio Pulitzer por “Gotham: A History of New York City”, Mike Wallace, exploran de manera conjunta el fenómeno del narcotráfico en México y la llamada guerra contra el narco.

“Narcohistorias surge como una curiosidad de otro tipo, ciertamente, no literaria. Me intrigaban el mundo de los narcos, pero sobre todo me dolían las caídas de cuerpos en México, la violencia y la descomposición social”.

“Co-escribí este libro con Mike porque no pude hacerlo sola. Necesitaba entender qué estaba pasando con mi país.

“Esta Narcohistoria es más como un deber, un activismo. No podía no hacerlo. México es mi casa y mi infancia. Fue como si me hubieran cambiado las reglas del juego y estoy intentando entender a este nuevo México.

“Son demasiadas víctimas y es demasiada la descomposición. Son cosas que nunca vi venir y de las que ahora necesito hablar. Así que escribirlo no fue una elección, sino una necesidad. Es decir, estaba, estoy obsesionada con el tema”.

‘Limpia de pobres’

Hace un par de meses, Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), aseguró que el narcotráfico se está quedando con el bono demográfico de México.

Pero para la autora, el narcotráfico se está quedando con eso y más.

“El 82 por ciento de los jóvenes que han muerto tienen entre 17 y 23 años de edad. Esto ha sido una limpia de pobres. El narcotráfico no sólo se lleva nuestro bono demográfico, se ha llevado los proyectos de salud pública, de educación, de convivencia y al propio país”.

Y si la experiencia y los miles de muertos han demostrado que el problema de las drogas es un problema de salud y no de seguridad. Entonces ¿quiénes son los que se están beneficiando con la guerra contra el narco?

“Ciertamente no el campesino. Desde luego no los mexicanos de a pie, sino los bancos en Londres, el dinero ilegal que escapa a los impuestos y el negocio de las armas”.

“Con la publicación de este libro, yo me propongo iluminar esta tragedia para señalar culpables: Estados Unidos y sus armas. Y México y su gobierno”.

Mujeres publicando

La presencia de las mujeres en la literatura comienza a ser cada vez más evidente, para Carmen Boullosa el espacio ganado para las autoras en el mundo de las letras es, sin duda, “una conquista del movimiento feminista”.

“Como decía Octavio Paz, ésa fue la mejor revolución del siglo XX: la más fértil y la que nos dio un capital moral y práctico mayor”.

-Y, ¿cómo le habría ido a la Karenina de haber escrito ese libro en el 2016?

-Le habría ido muy diferente en todos los sentidos. Si su manuscrito hubiera reaparecido en la vida real y en el siglo XIX, ahora lo hubiera podido publicar sin problemas.

“Pues creo que actualmente hay un deseo de publicar autoras mujeres porque el público lector es en su mayoría femenino y existe una mayor posibilidad comercial, que es lo que suele interesar a las grandes casas editoriales”.

“Con los primeros Best Sellers la balanza cambió. Antes, ser mujer y escritora, era sinónimo de muchísimo talento, pues era un mundo muy difícil de acceder”.

“No bajó la calidad, pero bajó la sensibilidad del medio literario. Mi sensación es que a las autoras de primera clase, se nos considera injustamente. Incluso, hacer esta declaración es visto como un gesto arrogante. Pero no es arrogancia, es realidad. Tengo la certeza de que hoy no existe el mismo reconocimiento, que sí tuvieron nuestras contrapartes masculinas, pues existen varas de medir muy distintas para una mujer, que para un hombre”.

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