¿Cuestión de género?

Durante décadas, la responsabilidad sobre la salud reproductiva ha recaído en las mujeres. Para ser más exactos, desde 1962, año en el que fue lanzada la píldora anticonceptiva femenina.

 

40%
de los embarazos a nivel mundial son involuntarios
La mayoría de los participantes del estudio indicaron que usarían ese método incluso fuera de la prueba 

Durante décadas, la responsabilidad sobre la salud reproductiva ha recaído en las mujeres. Para ser más exactos, desde 1962, año en el que fue lanzada la píldora anticonceptiva femenina.

 

En el año 1976 se comenzaron las primeras investigaciones en torno a la contracepción masculina y, a 30 años, un estudio reciente demostró tener un 96 por ciento de mayor eficacia que el condón. Sin embargo, se cancelaron porque 20 de los sujetos de prueba, de un grupo de 320, dijeron tener reacciones “adversas” a la inyección tales como acné, aumento de la libido y depresión. 

 

Los análisis estuvieron auspiciados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU), la UNICEF y el Banco Mundial, y fueron publicados por The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, incluyendo el resultado de las investigaciones.

 

La buena noticia es que un equipo de científicos perfecciona en Suiza un anticonceptivo inyectable para hombres, patrocinado por los mismos organismos mundiales -y otros más que se han sumado al proyecto-.

 

La oposición a la cancelación, de lo que prometía no sólo ser la responsabilidad compartida sobre el control natal, sino también de que el hombre tomara las riendas sobre su paternidad, se dejó sentir a través de las redes sociales y hasta la comunidad científica se mostró descontenta con tal postura. 

 

Sin embargo, y a pesar del cierre del estudio que muchos consideran injusto y sin motivo razonable, la inyección anticonceptiva masculina representa ya una esperanza para que en el corto plazo aparezca de manera comercial pues éste método se podría posicionar como uno de los más seguros y efectivos: se estima que los condones tienen un 82 por ciento de efectividad, mientras que la píldora femenina es el anticonceptivo más eficiente con una seguridad del 99 por ciento.  

 

De acuerdo con cifras del Instituto Guttmacher, el 40 por ciento de los embarazos a nivel mundial son involuntarios, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud ha señalado que cada vez son más necesarios los métodos anticonceptivos para el hombre.

 

No ha muerto la esperanza

 

El nuevo proyecto, retomado en Suiza luego de saber los resultados del primero, busca reducir los efectos secundarios que obligaron a paralizar los ensayos en 2011 y por los que 20 de los 320 sujetos de pruebas abandonaron de forma abrupta y prematura la investigación del anticonceptivo inyectable Vasalgel, de acuerdo con la Endocrine Society. 

 

Una de las mayores ventajas del Vasalgel, con respecto a los contraceptivos tradicionales, es que bastaría una sola aplicación cada dos meses, por lo que se evitaría así la engorrosa ingesta diaria de la píldora femenina. 

 

No es feminismo, es equidad

 

La responsabilidad de traer un niño al mundo debería ser compartida, ya que son ambos quienes participan en la concepción. Pero mientras que las mujeres pueden elegir entre una serie de métodos para evitar un embarazo no deseado, los hombres tienen pocas opciones para manipular su propia fertilidad, de hecho sólo cuentan con el condón, la vasectomía y la interrupción del coito. Este último conlleva un alto grado de riesgo. 

 

Para mantener los embarazos a raya las mujeres pueden optar por la píldora diaria, la inyección mensual, los parches, el dispositivo intrauterino (DIU), los geles espermicidas, condón femenino, el anillo vaginal, entre otros. Los más usados son los que tienen base hormonal por el alto grado de efectividad, 99 por ciento.

 

Cabe resaltar que los trastornos o efectos secundarios suelen ser variados, molestos y riesgosos, entre ellos se destacan sangrados irregulares, cambios de humor, depresión, náuseas, dolores de cabeza, musculares, hinchazón y dolor en senos, caderas, dolores menstruales más fuertes (cólicos) 

y disminución de la libido (deseo sexual). 

 

Los anteriores son considerados “comunes” y médicos como la doctora Hilda Hutcherson y profesora de la Universidad de Columbia en Nueva York, proponen sólo cambiar de marca en caso de que los síntomas persistan por más de tres meses.

 

Este hecho es de los que más ha generado polémica en las redes sociales como Twitter, donde hombres y mujeres mostraron su molestia por la postura de los investigadores responsables del estudio. Por fortuna, en Suiza no se han dado por vencidos.

 

Trastornos en mujeres

 

Efectos secundarios que ha padecidoel género femenino desde que fue lanzada la píldora (1962):

 

• Dolor de cabeza

 

• Dolor muscular

 

• Depresión y acné

 

• Aumento o disminución de la libido

 

• Náuseas

 

• Dolor en el área de la inyección

 

• Aumenta el riesgo de padecer cáncer cervical o mamario

 

• Sangrado irregular

 

• Fuertes cólicos 

 

• Aumento de peso

 

• Infecciones en el tracto urinario

 

• Favorecen la aparición de quistes

 

• Trombosis (causa de muerte)

 

• Alto riesgo cardiovascular

 

• Favorece el desarrollo de la diabetes mellitus (y no es reversible), entre otros más

 

Trastornos en hombres

 

Efectos secundarios por los que el Vasalgel no fue aprobado:

 

•  Dolor de cabeza

 

•  Dolor muscular

 

•  Acné

 

•  Náuseas

 

•  Aumento o disminución de la libido

 

•  Dolor en el área de la inyección

 

•  Depresión

 

Riesgos y molestias comprobadas 

 

Son varios los estudios que demuestran la relación que existe entre la depresión y las píldoras hormonales femeninas. 

 

Uno de ellos, publicado en septiembre de este año en la revista científica JAMA -que no causó ni la mitad del alboroto- reveló que entre el 20 y 30 por ciento de las mujeres que planificaban con la pastilla estaban en tratamiento por depresión, debiendo tomar más fármacos para aliviar los problemas. Al igual que muchas otras que se medican con analgésicos para controlar los dolores y otros malestares causados por las descompensaciones hormonales de los anticonceptivos.

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