Ellos olvidan primero

El Alzheimer no solamente es una enfermedad “de viejitos”. Desde que una mujer tiene 60 años puede empezar a presentar lesiones cerebrales características de este padecimiento neurodegenerativo.

Y es que, a pesar de que hay más mujeres que la padecen, son los hombres quienes presentan señales de este trastorno a más temprana edad que ellas, de acuerdo al Banco Nacional de Cerebros.

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Millones de personas tienen Alzheimer a nivel global, según la OMS
En la República Mexicana, el Alzheimer está entre las 10 causas de muerte más frecuentes
Las mujeres comienzan a dar señales a los 60 años, mientras que los hombres desde los 40
La OMS señaló que entre un 5 y un 8 por ciento de la población general de 60 años o más sufre demencia en determinado momento

El Alzheimer no solamente es una enfermedad “de viejitos”. Desde que una mujer tiene 60 años puede empezar a presentar lesiones cerebrales características de este padecimiento neurodegenerativo.

Y es que, a pesar de que hay más mujeres que la padecen, son los hombres quienes presentan señales de este trastorno a más temprana edad que ellas, de acuerdo al Banco Nacional de Cerebros.

Las razones de ello poco tienen que ver con la genética, ya que solo el 5 por ciento de los casos se relaciona a cuestiones genéticas. De hecho, gran parte de las ‘causas’ son los malos hábitos alimenticios, la ingesta excesiva de alcohol, el tabaquismo y la contaminación.

Un estudio del Banco Nacional de Cerebros señaló que cuando se trata de un factor genético, este trastorno se detecta cuando la persona tiene 45 años. Y cuando el caso está asociado a otros factores (como los mencionados) y/o causas desconocidas, el trastorno se presenta cuando la persona tiene 65 años o más.

Dichos factores no solamente aumentan el riesgo de desarrollar Alzheimer, también incrementan la incidencia de enfermedades como Parkinson.

Así como las personas se preocupan para no desarrollar cáncer –o aumentar el riesgo de padecerlo–, también deberían tomar en cuenta que el Alzheimer aún no tiene cura, pero sí hay diversas medidas preventivas que se pueden adoptar.

José Luna Muñoz, coordinador del Banco Nacional de Cerebros, dijo que la lectura, tener una alimentación balanceada y realizar juegos del pensamiento puede reducir los estragos que provoca el Alzheimer.

Podrá sorprender que el alcohol pueda ser un factor determinante para el desarrollo de trastornos neurodegenerativos, pero lo cierto es que sí influye, sobre todo para que sean los hombres quienes presenten señales a más temprana edad.

¿Por qué? Muy sencillo, ellos beben en cantidades mayores, ya que toleran mejor esta sustancia y tienen mayor capacidad para metabolizarla.

A lo anterior se agrega que en México no se diagnostican ni tratan los trastornos mentales de manera adecuada y no hay suficientes especialistas (solo hay poco más de 2 mil 400 psiquiatras en el país, según Eli Lilly and Company), por lo que más vale comenzar a hacer crucigramas y es hora de fomentar el hábito de lectura entre la población.

Con mayor razón si se toma en cuenta que en el país hay más de 800 mil personas con Alzheimer y para 2050 podrían ser 3 millones de afectados, de acuerdo al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INN).

En la República Mexicana, el Alzheimer está entre las 10 causas de muerte más frecuentes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el planeta hay 47 millones de personas con este padecimiento que afecta el intelecto y la memoria y cada año se registran 9.9 millones de nuevos casos.

Este trastorno no solamente afecta a quien lo padece, ya que tiene “un impacto físico, psicológico, social y económico en los cuidadores, las familias y la sociedad”, como señaló la OMS.

Señales de Alzheimer

Enfermedades neurodegenerativas hay muchas y la demencia senil es común en la mayoría de los adultos mayores. Sin embargo, hay cada vez más casos de personas con Alzheimer, cuyas señales comienzan a manifestarse desde antes de que lleguen a la tercera edad.

Entre algunas de ellas están:

>> Cambios en la capacidad de memoria, que dificultan la vida cotidiana (olvidar nombres e información que recién se aprendió). Un ejemplo es olvidar fechas importantes, como un cumpleaños.

>> Dificultad para resolver problemas o trabajar con números (inclusive problemas como sumar o restar).

>> Problemas para realizar tareas y actividades triviales en casa (desde recordar cómo se juega algo hasta no poder prender un dispositivo como la TV o un microondas).

>> No “encontrar” las palabras que se quieren usar para elaborar una oración escrita o hablada, por lo que no se dicen ideas coherentes.

>> Colocar objetos fuera de su lugar o en donde no es adecuado (el control remoto dentro del refrigerador.

>> Cambios en la vista y dificultad para orientarse en el tiempo y en algún lugar.

>> Falta de buen juicio o problemas para emitirlo.

>> Pérdida de ganas de acudir a eventos sociales, cambios en el humor, personalidad y cansancio.

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