Adiós a la locura por las compras

El momento de marcas como Abercrombie, American Eagle y Aéropostale ha terminado, por lo menos según datos de Thomson Reuters, que muestran que durante el último cuarto del año pasado, estas tiendas tuvieron peores resultados que las demás categorías de venta de ropa.

La disminución en sus ganancias era fácil de predecir, sobre todo después de los escándalos de discriminación alimentados por el CEO de Abercrombie & Fitch, quien tuvo que anunciar su retiro de la marca en lo que se lee como una medida desesperada para rescatarla.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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El momento de marcas como Abercrombie, American Eagle y Aéropostale ha terminado, por lo menos según datos de Thomson Reuters, que muestran que durante el último cuarto del año pasado, estas tiendas tuvieron peores resultados que las demás categorías de venta de ropa.

La disminución en sus ganancias era fácil de predecir, sobre todo después de los escándalos de discriminación alimentados por el CEO de Abercrombie & Fitch, quien tuvo que anunciar su retiro de la marca en lo que se lee como una medida desesperada para rescatarla.

Una de las principales razones del declive es el ascenso de las marcas de fast fashion, como H&M o Forever 21. 

Según The New York Times, sus prendas son más asequibles y más adaptadas a las tendencias de la moda.

Además, tiendas como Zara (perteneciente a la cadena española Inditex) reabastecen sus puntos de venta con modelos nuevos con frecuencias sorprendentes, en algunos lugares actualizándose todos los días.

Así, los jóvenes sienten la necesidad de comprar con mayor frecuencia. Y como la ropa se ofrece a precios más accesibles es más probable que recurran a este tipo de retailers.

Por otro lado, en Estados Unidos el nivel de desempleo entre los adolescentes de entre 16 y 19 alcanza el 20.2 por ciento, por lo que comprar una blusa (que, además, no está al último grito de la moda) de más de 50 dólares es poco práctico y no consideran que valga la pena.

Otra de las razones citadas por NYT es que los jóvenes tienen prioridades distintas, y prefieren, por ejemplo, ahorrar para un mejor smartphone que gastar en prendas que solamente usarán durante un tiempo. La posibilidad de comprar en línea y encontrar productos específicos en Internet ha sido otro de los problemas que terminó el auge de las marcas para teens.  

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