Después del lanzamiento de “Sin rencor ni mal de amores", el trío agropecuario decidió tomar más retos. Foto: Especial

A la banda Nunca Jamás le gusta “alborotar la bitachera”

Nunca jamás, agrupación originaria de Ciudad Obregón, Sonora, presenta su sonido de rock agropecuario. En entrevista, el bajista Pedro Verdes cuenta cómo ha sido su trayectoria hasta el día de hoy y sobre su última colaboración junto a DLD

“Los mejores negocios e ideas surgen en las borracheras”, dice el bajista Pedro Verdes al contar cómo surgió en 2007 la banda Nunca Jamás. Originarios de Ciudad Obregón, Sonora, Pedro Verdez (bajo), Omar Sáinz (voz y la guitarra) y César Bernal (batería) un día decidieron reunir sus gustos musicales y crear un sonido que autodefinen como rock agropecuario, es decir, rock con regional mexicano.

“En las pedas nosotros siempre empezamos escuchando rock, pero a altas horas de la noche, ya con tres cheves encima, la raza empieza a poner la bandona, el norteño, la cumbiona, y dijimos ¿por qué no pueden vivir durante toda la party juntos? Decidimos mezclar la party completa, pero donde cada género respira y vive de manera independiente dentro del mismo ecosistema. Yo creo que les va a gustar este cotorreo de la fusión del rock agropecuario que traemos”, relata Verdez.

Al inicio, confiesa, su ritmo tardó en ser aceptado, principalmente, en la Ciudad de México.  Debido a este sentir, Nunca Jamás comenzó “más neutral”, y así pertenecer a una escena que ya existía; luego se dieron cuenta que no se identificaban.

 

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“Nos sentimos bien orgullosos de nuestra tierra. Pero dijimos ‘pa´qué nos hacemos locos, este es el rock que hacemos y ni pedo, vamos a darle y lo que tenga que ser’. Le inyectamos nuestra identidad”, narra el bajista.

“Nos gusta la música, los instrumentos piratones, podemos hacer locuras. Hay gente a quien le gusta, a otros no, pero es tratar que la obra le llegue a la mayor cantidad de gente posible en el mundo”
Pedro VerdezBajista

Poco a poco la banda se fue adentrando a la escena musical, a usar sombreros, botas y en cada show hacer una tocada con bailes gruperos.

Ahora a 16 años de distancia, ya con una carrera profesional marcada han decidido ir por más y no cerrarse a nuevos géneros. De esta investigación, decidieron mezclar su ritmo con el bolero, y así surgió Sin rencor ni mal de amores, junto a la cantante Yoss Bones.

“Con Yoss fue otro cotorreo distinto, porque hacía falta un bolerito rancherón. Pensamos que estaría curado meterle este toque rancherón y tratamos de llevarlo como hacia una power balad. Ella, junto al productor Francisco Oros, nos ayudaron mucho con algunos cambios, agarró otra vida, otro color”, narra.

 

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Su colaboración con DLD

Después del lanzamiento de “Sin rencor ni mal de amores, el trío agropecuario decidió tomar más retos. En esta ocasión, se unieron al grupo DLD  para lanzar el sencilloNo puede parar de soñar”, el cual recién se estrenó el 14 de julio.

“En un principio les quisimos rendir una especie de tributo a su sonido, pero tropicalizarlo a nuestro cotorreo. Nos dijeron los plebes, ‘estaría más chilo algo como lo harían ustedes’, así que propusimos varias rolas hasta que les gustó “Sin rencor ni mal de amores” y vámonos ricky”, platica el bajista.

Aunque Nunca jamás aún no tiene la certeza si estas canciones formarán parte de un nuevo disco, lo que sí están seguros es que durante todo este año lanzarán piezas sobre esta nueva etapa musical.

 

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De esta forma, el bajista celebra que la banda, después de haber batallado por muchos años, por fin, estén pisando escenarios importantes como el Auditorio Nacional o el haber recorrido varios circuitos de festivales a nivel nacional e internacional.

Nunca Jamás ganó reconocimiento en México gracias a su estilo distintivo, incluso Christian Nodal se declaró su fan e invitó al grupo a abrirle los conciertos en la gira 'Forajido Tour” en Estados Unidos

“La neta nos gusta alborotar la bitachera, como decimos acá. Agarrar el panal de abejas y avispas y sacudir. Nos sentimos muy bien, porque al inicio, la verdad, lo hacíamos para cotorrear, agarró forma y  llegó muy lejos el chiste.

“Funcionó nuestro desmadre, a la gente le gustó, y pues nos sentimos muy felices porque el proyecto está agarrando forma. Pisar el Auditorio Nacional abriendo el concierto a los  DLD, en el Lunario, girar a Estados Unidos. Están sucediendo cosas bien bonitas que de adolescente uno soñaba y veía”, finaliza.

El boom del norte

El bajista Pedro Verdez está de acuerdo que hay un boom de música del norte; sin embargo, considera, era algo que ya empezaba a suceder desde hace muchos años.

“El norteño se empezó a poner de moda en la Ciudad de México hace como 10 años debido a la centralización que existe en el país y las oportunidades que ofrece la ciudad. Se hicieron fusiones de acordeón, docerolas, guitarra, con requintos, tuba y charchetas, instrumentos que antes normalmente no se mezclaban.

“Pero no terminaba de cuajar, hasta que sale la MS con el Snoop Dogg y la industria le empezó a dar importancia. Ya venía fuerte, pero se necesitaba que los dos principales exponentes de cada género para que tuviera  pedigrí. Nunca había tenido tanta relevancia ni tanto impacto mundial el regional mexicano como en este momento”, considera el bajista.

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